¿Por qué la buena temporada de cereales es pólvora para los incendios de verano?
En un mes se registraron 1.059 fuegos, 217 de los cuales en terrenos agrícolas
BarcelonaLas lluvias de invierno y primavera han sido un arma de doble filo. Aunque favoreció el crecimiento de los cultivos como los cereales, las altas temperaturas de junio han convertido estos campos en zonas inflamables. Así lo explica en declaraciones al ARA el jefe de los Bomberos de la Generalitat, David Borrell, quien asegura que Catalunya está bajo la amenaza de fuegos agrícolas "muy violentos". Los casos más recientes son los del martes en Sanaüja y Torrefeta y Florejacs (la Segarra), que antes de darse por controlados la noche del miércoles se saldaron con dos víctimas mortales y más de 5.500 hectáreas quemadas.
Según datos facilitados por los Bomberos, los incendios de vegetación agrícola representan el 53% de los fuegos registrados en el medio natural durante el mes de junio, con 271; unas cifras que se encuentran muy por encima de los catalogados durante el mismo período de 2024 (131). Teniendo en cuenta los de vegetación urbana, en un mes se han detectado 1.059 incendios, más del doble que el pasado año. Por este motivo, los campesinos reclaman un mayor control sobre la variedad de las plantaciones en las zonas agrícolas.
"Aquí en la Segarra la mayor parte del cultivo es de cereales, muy vulnerable a los incendios. Faltan viñedos, olivos…", lamenta Josep Maria Gras. Él es labrador y miembro del Secretariado de Federaciones y Agrupaciones de Defensa Forestal de Cataluña (ADF), la entidad de voluntarios y voluntarias organizados para combatir los incendios en zonas rurales y apoyar a los Bomberos. De hecho, el martes tuvieron que intervenir en los dos fuegos de Ponent.
Además, cada vez hay más incendios forestales, un problema agravado, paradójicamente, por las lluvias de los últimos meses, que han hecho crecer mucho el sotobosque. Debido al repentino aumento de las temperaturas, todas estas hierbas y arbustos ahora se están secando y pronto se convertirán en combustible. En este sentido, Borrell alerta de que hasta ahora los bosques estaban suficientemente húmedos para que el fuego no se propagara, pero ahora esto está cambiando y en los próximos días ya podrían quemar, por lo que aumentan mucho las hectáreas potenciales que pueden calcinarse.
Salud Soler Casas, campesina del Berguedà y miembro de la Asociación de Mujeres del Mundo Rural, asegura que los propietarios rurales se encargan de reducir la densidad de los bosques por su cuenta como "medida preventiva", y subraya que es un trabajo "muy costoso". Por ello, señala que es necesario realizar una mejor gestión para evitar que se acumulen masas forestales, las cuales impiden que haya cortafuegos, y reivindica que se debe limpiar más el sotobosque con el uso de ganado. Este análisis también lo hizo el miércoles el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, cuando dijo que "en Catalunya hay demasiado masa forestal". "Debemos hacer una reflexión como país, debemos apostar más por los mosaicos de terreno agrícola y forestal", admitió.
Precisamente, este jueves del conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, ha visitado algunos campos afectados por el fuego, y el sector le ha pedido flexibilizar la normativa en materia de cremas o pastos, que consideran clave para evitar la propagación de los incendios forestales. El conseller les respondió que es necesario impulsar "una alianza conjunta" y "hacer un espacio de reflexión del mundo rural", y que el Govern impulsará una propuesta urgente de franjas de protección de zonas habitadas y desplegará medidas para minimizar los efectos devastadores de los grandes incendios.
Los retos de los "nuevos incendios"
"Los contrastes térmicos derivados del cambio climático pueden cambiar la morfología de la vegetación en pocos días, pasando así de campos verdes a secos en poco tiempo", explica el diputado delegado de prevención de incendios y gestión forestal Jordi Fàbrega, quien remarca esta tendencia como un factor que aumenta la potencia de los incendios recientes. De hecho, puntualiza que estos incendios contienen elementos nuevos "que no nos habíamos encontrado antes", que dificultan la capacidad de controlarlos aunque exista un buen mosaico agrícola-forestal. "Las características del incendio de Torrefleta y Forejacs se asimilan a un fuego de sexta generación, con una capacidad energética tan alta que evaporan el agua cuando se les intenta extinguir, un reto para el que debemos prepararnos", añade Fàbrega. Esta situación quedó constatada con el pirocúmulo de Ponent, que alcanzó los 19.000 metros de altitud (dimensiones nunca vistas en Cataluña) y provocó rachas de viento de hasta 125 km/h.
Aunque una de las hipótesis sobre el origen del incendio de Torrefeta –el que más hectáreas ha afectado– es l'chispa de'una segadora, la alcaldesa de Sanaüja, Maria Casoliva Zaldo, remarca que también son importantes las condiciones climáticas que reavivaron las llamas. En este sentido, Gras –que también forma parte de un equipo de ADF de la Segarra–, relata que cuando parecía tener el fuego controlado, las condiciones se alteraron, con la proliferación de unos fuertes vientos huracanados que agravaron la situación.
Averías en la línea eléctrica
El primero de los incendios del martes, iniciado cerca de Sanaüja, fue provocado por un "fallo en la línea eléctrica", afirma la alcaldesa del municipio. Casoliva denuncia que las redes eléctricas de la zona están en mal estado y han provocado "tres incendios de este tipo" en los últimos días. En esta línea, denuncia que el consistorio no tiene recursos suficientes para mantener los caminos correctamente, "que son un importante cortafuegos a la hora de evitar que los incendios agrícolas se propaguen con facilidad". "Pedimos que nos faciliten las herramientas para poder gestionar correctamente estos espacios", concluye la alcaldesa.