PANDÈMIA

Catalunya va conteniendo el virus a diez días de Navidad pero los indicadores son muy frágiles

Baja la presión hospitalaria pero el 44% de las camas de UCI todavía están ocupadas por enfermos de covid

Gemma Garrido Granger
4 min
La rambla d'Aragó, a Lleida, buida de gent i cotxes, el primer dia de confinament decretat

Santa Coloma de GramenetComo una espada de Damocles, la aparente mejora de los indicadores epidemiológicos de la última semana no deja margen para el error. La fragilidad de la epidemia, muy sensible a los cambios en el comportamiento y a la movilidad de la población, así como a las políticas de cribaje, impide hablar de estabilización, tal como apuntaban el lunes las autoridades sanitarias. Si bien se observa una cierta contención de la curva, el efecto del puente de la Purísima y las aglomeraciones y el aumento de la movilidad que se ha registrado todavía no se refleja en los datos. Así, Catalunya va conteniendo el virus pero avanza con pies de plomo cuando faltan poco más de diez días para Navidad.

La reapertura de los sectores económicos y el incremento de la interacción social que va asociada a ello dispararon uno de los indicadores clave para el control de la epidemia, la tasa de contagio (Rt). Su crecimiento en casi veinte centésimas en cuestión de cuatro días encendió las alarmas del Govern, que optó por frenar el avance de la reapertura cuando solo hacía diez días que se había dado luz verde a la desescalada. Dos semanas después, las fluctuaciones de la R se han ido enderezando y, a pesar de su amenaza constante, los contagios no se han multiplicado. Al contrario, la pendiente de todos los indicadores va a la baja.

Catalunya casi ha logrado el objetivo fijado por el Govern de reducir a un millar los contagios diarios -ahora se declaran unos 1.100 casos al día-, y esto es así porque la R, que indica a cuántas personas de media contagia cada persona infectada, se mantiene por debajo del 1. “Lo que tiene que quedar muy claro es que el indicador que fluctúa es la R y mientras esté por debajo del 1 habrá menos casos. Como mide a qué ritmo bajan los nuevos casos, cuanto más lejos se sitúe del 1, más rápido se reducirán; cuanto más cerca del 1, lo harán más lentamente. Y si se cruza el umbral del 1, aumentarán”, aclara la investigadora del Grup de Biologia Computacional i Sistemes Complexos de la UPC Clara Prats.

En términos de contagios, pues, Catalunya ha logrado unas cifras similares a las de septiembre y octubre, justo antes de la segunda oleada. En cambio, no se vive una situación equiparable en los datos asistenciales, que son demasiado elevadas: hay 1.436 ingresados por coronavirus, 345 de los cuales en camas de cuidados intensivos. “No nos podemos quedar solo con los datos epidemiológicos: las UCI se están vaciando muy despacio”, alerta Prats, que señala que por Navidad la ocupación no se habrá reducido lo suficiente como para bajar la guardia. “Cuando empezó la segunda oleada teníamos unos 150 ingresos y, a pesar de las medidas, casi superamos el umbral de las 600 camas de UCI ocupadas. Ahora, teniendo 345 críticos -subraya Prats-, si se reproduce el patrón el crecimiento sería mucho más rápido porque tenemos mil casos diarios y mucha gente contagiosa”, sentencia. Y, por lo tanto, no habría margen de reacción para evitar el colapso sanitario.

Aumento repentino de la R por el puente

Prats anticipa que la influencia del puente de la Purísima en la curva de contagios solo se podrá ver la semana que viene, pero advierte de que la R bajará unos días, porque no se ha diagnosticado lo suficiente, y volverá a subir repentinamente. Según la experta, la tasa de contagio refleja las subidas y bajadas más bruscas, y por eso permite detectar con un poco de antelación los posibles cambios de tendencia. “Si se dispara, tienes que buscar qué factores hay detrás: quizás son casos que llegan por el retraso del fin de semana, o porque aumenta la interacción social y, como consecuencia, también la transmisión”, explica Prats. Esta combinación es precisamente la que ya hubo hace dos semanas -la R avisó de que se tenía que paralizar el plan de desescalada y lo hizo disparándose-. “Hace dos semanas se habían reabierto los servicios y se estaban volviendo a hacer cribajes masivos, que aumentaron bastante los diagnósticos. Con todo ello, la Rt emitió una señal de alerta: no podíamos avanzar en la desescalada”, apunta Prats. Habrá que ver si se reproduce esta sacudida la semana que viene debido al puente.

Ahora, en cambio, la experta asegura que los datos solo reflejan el efecto de la reapertura y que por eso la subida del indicador, a pesar de que está muy cerca del 1, es más suave. “Y estas cifras, entorno al 0,94 y el 0,97, entran dentro de lo que esperábamos”, admite Prats. En los últimos catorce días se han diagnosticado 210 infecciones de covid-19 cada 100.000 habitantes, casi la mitad de lo que se detectaba hace apenas un mes. Pero el dato todavía está lejos del umbral recomendado (50 casos por 100.000 habitantes). La buena noticia es que la positividad de las pruebas que se están haciendo ha caído por debajo del 4%, mientras que hace dos semanas era del 6% y se estaban haciendo unas 50.000 pruebas diagnósticas menos.

Detectado un brote con 54 positivos en un geriátrico en Cambrils

La entrada del coronavirus mantiene en especial alerta a las residencias de gente mayor en toda Catalunya. El departamento de Salud informó ayer de un brote en la Residencia STS de Cambrils (Baix Camp), donde se han detectado 42 residentes y 12 trabajadores positivos mediante un cribaje rutinario al personal del geriátrico. Según la conselleria, la situación ya está bajo control y todos los afectados o bien son asintomáticos o bien presentan una sintomatología muy leve.

También en el Camp de Tarragona, el Pius Hospital de Valls informó ayer de un foco activo que afecta a 26 personas -21 profesionales sanitarios y cinco pacientes-, el origen del cual se cree que sería el acompañante de un paciente asintomático. Debido a la situación y para cortar la propagación del virus, la dirección del centro restringió de momento las visitas a los pacientes agudos. A pesar de las varias bajas profesionales, el hospital funciona con normalidad.

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