Cerca de 6.000 desalojados el primer sábado sin toque de queda en Barcelona

Salud vuelve a reclamar el confinamiento nocturno en las grandes ciudades para evitar aglomeraciones como las del barrio de Gràcia

G.G.G.
5 min
Ambiente nocturno en las fiestas de Gracia. A la imagen, grupos bebiendo en la plaza del Diamante.

BarcelonaAglomeraciones, botellones y más de 6.000 desalojados solo en Barcelona en el primer sábado sin toque de queda. El Ayuntamiento de Barcelona ha concretado al ARA que el dispositivo conjunto de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra ha tenido que dispersar de madrugada a unas 2.500 personas de las zonas playeras y el barrio del Born y 3.500 más en el barrio de Gràcia, que estos días celebra su fiesta mayor. Fuentes de la policía también han detallado a Efe que los agentes tuvieron que actuar en los alrededores del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) –la Plaça dels Àngels es uno de los principales puntos calientes por las noches– para desalojar a unas 350 personas más. Con todo, remarcan las mismas fuentes, no se ha registrado ningún incidente relevante.

El dispositivo policial ya tuvo que desalojar a 4.000 personas la noche de jueves a viernes, coincidiendo con la caída de la restricción nocturna, y, ante la previsión de un aumento de personas que saldrán legalmente a la calle de madrugada, los agentes mantendrán el operativo durante todo el fin de semana. De momento, la mayoría de las actuaciones se han hecho en el barrio de Gràcia, donde el fin de semana ha empezado con fuerza por la fiesta mayor, que atrae a vecinos de otras zonas de la ciudad pero también de otros municipios. De hecho, más de la mitad de los desalojados esta madrugada por la policía habían decidido alargar la fiesta mayor con botellones y sin mascarilla o distancia de seguridad.

"Alargaremos la noche hasta que la policía nos avise", decían algunos, que también celebraban el fin de las restricciones. "Parece la Barcelona de 2019", aseguraban otros en declaraciones a la ACN. Todos ellos tenían claro que la noche no se acabaría a las doce y media, cuando todos los locales y las actividades tienen que acabar, puesto que no hay ninguna normativa que les obligara a volver a casa. Por este motivo los espacios donde se han producido las principales aglomeraciones han sido las calles próximas a las plazas donde se celebraban los conciertos (la plaza de Joanic, la calle Pi i Margall y la calle Bailèn), donde los participantes en la fiesta mayor se quedaron y se fueron dispersando a medida que llegaba la policía. Estos entornos solo estuvieron acordonados y vigilados por la Guardia Urbana y personal de seguridad hasta la una y media de la madrugada.

El desmadre en el barrio divide a los vecinos de Gràcia. Algunos califican el ambiente de "enloquecido" y reclaman "más control" para evitar más aglomeraciones en las plazas y las calles estrechas del barrio. Como Andreu, que dice que la situación era "muy desordenada": "Hay molida gente sin mascarilla, las calles están a reventar; impacta un poco". Y otros como Sergio, que si bien lamentan que había "mucha gente" que no tenía suficiente cuidado con la mascarilla o con el hecho de respetar las distancias de seguridad, defienden que es una reacción normal después de tantos meses con restricciones. "La gente necesitaba sacar toda la energía y las Festes de Gràcia son una forma de socializarse y encontrarse", añadía.

El Ayuntamiento no ha querido valorar este sábado las celebraciones alternativas que se han hecho en el barrio de Gràcia durante los últimos dos días de madrugada y, en un comunicado, se ha limitado a destacar que los organizadores de la fiesta han aplicado los protocolos "para garantizar la seguridad" de la celebración. Además, ha asegurado que se ha recuperado "de una manera muy controlada" la presencialidad mediante los espacios perimetrados, los formatos reducidos y las inscripciones previas a las actividades. Según el gobierno municipal, un 72% de los asistentes a las actividades culturales hicieron reserva previa en las webs habilitadas y el 28% restante dieron sus datos antes de acceder para garantizar la trazabilidad en caso de que se originara un brote.

Pendientes del TSJC

La noche de este viernes ha sido la segunda sin toque de queda en Barcelona, pero también en la mayoría de municipios catalanes. A estas alturas solo 19 localidades tienen una incidencia acumulada superior a los 250 positivos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días. Ninguna de las ciudades grandes, como Barcelona o su área metropolitana, lo mantienen por decisión del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). La justicia rechazó el pasado jueves la propuesta de la Generalitat de prorrogar una semana más el toque de queda en 148 municipios y ahora el Govern ha pedido ampliarlo a los municipios de más de 20.000 habitantes con una incidencia acumulada en los últimos siete días superior a los 125 casos por cada 100.000 habitantes.

Si el tribunal da luz verde, el confinamiento nocturno volvería a aplicarse en un total de 62 municipios. Y, ahora sí, se tendría que restablecer en Barcelona y en las otras grandes ciudades del país. Sin embargo, el TSJC ya ha anunciado que no decidirá hasta lunes si autoriza este nuevo toque de queda o no y esto implica que, al menos durante este fin de semana, la mayoría de poblaciones catalanas no tengan ninguna restricción de la movilidad entre la una y las seis de la madrugada.

Este escenario preocupa a las autoridades sanitarias, que temen que este revés judicial pueda mandar un mensaje erróneo a la población, como por ejemplo que la pandemia se ha acabado o que no hay que mantener las medidas de prevención en las últimas semanas de vacaciones. Por este motivo la secretaria de Salud Pública, Carmen Cabezas, pide mantener el toque de queda en las principales ciudades de Catalunya durante "alguna semana más", puesto que "ayuda en la situación epidemiológica actual", especialmente en los municipios con más población.

"La conselleria de Salud determina la necesidad de adoptar medidas para reducir la movilidad y la interacción social. Creemos que en los municipios de más de 20.000 habitantes es donde la interacción social se puede producir de manera más fácil", ha explicado en una entrevista de RAC1. La incidencia acumulada en toda Catalunya es de 134 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra que supone un riesgo "muy alto" de rebrote y que casi triplica el umbral máximo (50) marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ante el levantamiento de este fin de semana del confinamiento nocturno en Barcelona, el grupo municipal de Cs solicita a la alcaldesa Ada Colau que reclame al Govern la ampliación de los horarios de los locales de ocio hasta las tres y media de la madrugada y de la restauración hasta las dos de la madrugada para "evitar los botellones y el incivismo". "No tiene ningún sentido que se mantengan las restricciones para los locales de ocio y restauración cuando ha decaído el toque de queda", ha asegurado la presidenta del grupo, Luz Guilarte, en un comunicado, que también ha criticado al gobierno municipal su incapacidad para "controlar las fiestas ilegales en las playas y calles de la ciudad, y el desorden público permanente". 

Botellon multitudinario y pintadas en la iglesia de Campllong

La fiesta mayor de Gràcia no es la única que se celebra en Catalunya, si bien es la más multitudinaria. En el municipio gerundense de Campllong este sábado de madrugada se ha organizado un botellón con un centenar de personas después de los conciertos planificados por el consistorio. La fiesta alternativa se ha alargado hasta las seis de la mañana y, además de provocar las llamadas de varios vecinos a la policía por el desmadre, ha acabado con pintadas en la iglesia del pueblo. El Ayuntamiento no ha identificado todavía a ninguno de los participantes. 

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