Coronavirus

Y tú, ¿ya te haces bien el test de antígenos?

Siete preguntas (con respuesta) sobre este método de detección del covid: responde el jefe de microbiología del Hospital Germans Trias i Pujol

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Un test de antigens

BarcelonaA estas alturas, después de las fiestas de Navidad y con el aumento de los contagios y la interacción social, buena parte de la población ya se ha hecho, al menos alguna vez, un autotest de antígenos en casa. De hecho, ahora un positivo autodiagnosticado con un test de farmacia se registra en el sistema como válido y se contabiliza en las estadísticas, sin necesidad de repetir la prueba en un CAP. En cambio, a pesar de esta pericia doméstica adquirida, todavía hay muchas dudas cotidianas sobre este tipo de pruebas de detección del covid. Ahora que el gobierno español quiere regular el precio de estas pruebas, el jefe del servicio de microbiología del Hospital Trias i Pujol, el doctor Pere-Joan Cardona, responde al ARA las preguntas que más se repiten sobre los tests de antígenos, un método, dice, que sirve para diagnosticar el virus "cuando ya tienes síntomas".

¿Qué fiabilidad tienen los tests de antígenos que encontramos a las farmacias?

En función del resultado: un positivo es muy fiable. "Estos test dan muy pocos falsos positivos", explica el doctor Cardona. En cambio, si el resultado es negativo "la sensibilidad baja al 50%, sobre todo cuando se hace el test sin que haya síntomas". Esto pasa porque puede ser que la persona infectada todavía se encuentre en un estadio muy inicial de la enfermedad y que, por lo tanto, la carga viral sea muy baja (el virus todavía no se ha reproducido mucho dentro del organismo) y el test no la detecte. "Estas pruebas rápidas detectan unas 100 copias del virus, mientras que una PCR puede detectar unas 1.000; por lo tanto, es mucho más fiable la PCR que el test de antígenos", admite Cardona.

¿Cuál es el momento más adecuado para hacerse un test?

Lo mejor es esperar un par de días después de haber estado en contacto con un positivo, considera el doctor Cardona, que añade que durante estas 48 horas la persona tendría que ser "muy prudente; taparse nariz y boca y socializar el mínimo posible para evitar esparcir el virus en caso de contagio". "Hacerse el test en el mismo momento de haber estado en contacto o unas horas más tarde tiene poco sentido", dice el doctor, porque la carga viral todavía será indetectable y el riesgo de falso negativo –y, por lo tanto, la percepción de falsa seguridad– aumenta. Además, el jefe de microbiología de Can Ruti anima a repetir las pruebas en caso de que sean negativas, para evitar que se pase por alto un aumento de la carga viral que un asintomático, por ejemplo, no notaría. En el supuesto de que el test se haga demasiado pronto y el resultado sea un falso negativo (por carga viral baja), no significa que el contagio sea imposible: "También depende de si hablas mucho, de si te acercas mucho o de la capacidad de generar aerosoles de cada persona; hay personas que son grandes transmisores", matiza el doctor.

¿Los test detectan todas las variantes o la ómicron puede 'escaparse'?

Ahora mismo las pruebas de autodiagnóstico que hay en el mercado están preparadas para detectar todas las variantes conocidas.

¿Qué test es mejor, el nasal o el de saliva?

Varios estudios recientes aseguran (en algunos casos con resultados preliminares) que los test de saliva, que se toman con muestras bucales, son más efectivos porque detectan antes el virus que los de hisopo nasal, y también detectan más cantidad. El doctor Cardona, sin embargo, todavía es prudente: "Lo que vienen a decir estos estudios es que como mínimo las dos pruebas son igualmente eficaces. La gracia es que el test de saliva es menos molesto que el nasal, pero yo no diría que es más efectivo", contesta.

¿Nos hacemos bien los tests?

En el caso del método nasal, el doctor es claro: "No hay que autolesionarse. Hay un momento en el que el escobillón llega a un tope que nos genera un punto de irritación y quizás alguna lagrimita; es en este punto cuando lo tenemos que dejar unos cinco segundos para que se empape, haciendo algún movimiento circular, pero no hay que hacer una gran barrida", asegura. En el caso de los test de saliva es importante toser tres o cuatro veces "con la boca cerrada o tapándose muy bien con un pañuelo para hacer salir el fluido bronquial hacia la boca", detalla Cardona. Después se recoge una muestra pasando el escobillón o hisopo por la cara interna de la mejilla. Es importante no haber comido ni bebido nada 30 minutos antes de la prueba y, por lo tanto, es menos molesto pero más lento que la prueba nasal.

En ambos casos, después el escobillón se tiene que depositar y limpiar en el líquido para traspasar la muestra a la tira reactiva.

¿Es importante de qué marca es el test?

En Europa hay centenares de empresas y, por lo tanto, de marcas, que se han dedicado a fabricar tests de antígenos y han recibido la homologación correspondiente. En Catalunya, según el jefe de microbiología de Can Ruti, hay unas 20 marcas diferentes en el mercado, de las cuales una quincena son proveedores habituales del sistema de salud pública. "En principio es igual qué marca utilicemos, todas detectan lo mismo", asegura Cardona. Las empresas, sin embargo, no son infalibles: el 9 de enero la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) pidió la retirada del mercado de los tests de autodiagnóstico fabricados por la farmacéutica china Genrui Biotech, porque en Irlanda detectaron un aumento de falsos positivos en estas pruebas.

¿Por qué en España los test son más caros que en otros países?

Los motivos son varios. Para empezar, a diferencia de otros países, el gobierno español no ha dado mucho protagonismo a este tipo de pruebas autodiagnósticas, hasta ahora. Esto ha hecho que la demanda hasta ahora no fuera tan elevada y, de paso, la producción también fuera más ajustada (había menos). Además, España también ha puesto más condicionantes para la fabricación, con más certificados que en otros países, cosa que ha retardado la producción en los momentos de pico de demanda. Además, al menos hasta ahora, el precio no estaba regulado y, por lo tanto, respondía a la ley de la oferta y la demanda. "No es un fármaco y, como tal, su precio es libre, no está regulado de entrada, como sí pasa con los fármacos", explica el doctor Cardona.

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