La cuarta oleada llega con las UCI ya llenas
Los ingresos han aumentado un 19% en diez días y los enfermos covid ya ocupan más de la mitad de las camas
BarcelonaHace más de un año que los hospitales viven en un déjà-vu constante: las camas nunca acaban de vaciarse del todo y cada oleada nueva ahoga más los servicios de medicina intensiva. Hace pocos días que ha estallado la cuarta oleada del coronavirus –o el repunte de la tercera oleada, dependiendo del interlocutor– y las unidades de cuidados intensivos (UCI) ya se resienten. La ocupación en las áreas de críticos se ha disparado un 19% en los últimos diez días y ha pasado de los 406 enfermos de covid del 31 de marzo a los 495 que se atendían este viernes. Los centros ya tenían comprometida buena parte de su actividad por el covid, puesto que desde el verano Catalunya no ha conseguido bajar la ocupación por debajo de los 300 enfermos, y el afán para continuar garantizando la atención al resto de enfermedades somete a los profesionales a un gran estrés.
De hecho, el ritmo de ingresos actual, ha admitido este viernes la consellera de Salud, Alba Vergés, no se había observado desde la primera oleada, y los expertos consultados por el ARA atribuyen este aumento repentino de casos graves a la influencia de la variante británica. A pesar de ser predominante desde principios de año –ya representa el 90% de los contagios–, se había conseguido modular su impacto a golpe de restricciones. "Pero con el levantamiento del confinamiento comarcal a mediados de marzo hemos ido conociendo la verdadera cara de la variante británica, que es más transmisible y más virulenta", explica el presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Intensiva y Crítica (SOCMIC) y jefe de medicina intensiva del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida, Jesús Caballero.
Durante semanas las camas de críticos se han mantenido ocupadas a pesar de las altas y no han conseguido vaciarse lo bastante. Ahora, la elevada ocupación a las UCI amenaza con volver a llevar al límite el sistema sanitario y despierta de nuevo el fantasma del colapso sanitario. "El problema es que partimos de más de 400 enfermos ingresados en las unidades de críticos [de la tercera oleada] y el ascenso ya empieza desde aquí. Esto es insostenible", avisa la jefa del servicio de urgencias del Hospital de Sant Pau, Mireia Puig, que asegura que se está "tocando techo antes que en oleadas anteriores". Catalunya alcanzó el pico asistencial de la tercera oleada el 31 de enero, con 728 enfermos ingresados en la UCI solo por covid, y desde entonces, durante tres meses, la curva ha ido disminuyendo muy poco a poco.
El crecimiento se está produciendo desde unas cifras de ocupación basal muy elevadas (392 camas) y los hospitales, que no han conseguido liberar suficientes camas, todavía no habían dado por acabada la tercera oleada. Por este motivo, el epidemiólogo del Hospital Clínic Antoni Trilla prefiere hablar de repunte "de la tercera oleada" más que de cuarta oleada.
Trilla recuerda que la variante británica es claramente más contagiosa y esto se ve en ámbitos en los que el contagio es más fácil, como dentro de los domicilios o en espacios cerrados. "Antes tenías un positivo y un 20% de sus contactos tenía enfermedad sintomática, pero ahora el 80% o el 90% de los contactos de los pacientes acabarán siendo positivos. Estamos viendo familias enteras contagiadas", corrobora Puig.
Algunos miembros, incluso, acaban ingresados en un hospital a la vez. "En las últimas semanas atendemos en la UCI varios miembros de una misma familia y esto solo puede ser el efecto de la variante británica. En el Reino Unido ya se observó este comportamiento", relata el director médico del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, Josep Maria Mòdol, uno de los centros que recibe más pacientes críticos de áreas densamente pobladas como el Barcelonès Norte y el Maresme.
En el Consorci Hospitalari de Vic, una de las zonas más damnificadas por brotes de difícil control desde septiembre, califican de "catastrófica" la situación que se vive en el servicio de medicina intensiva. El jefe de la UCI de este hospital comarcal, José Luis Lopera, asegura que la plantilla perdió la noción de las oleadas en noviembre : "Ahora tenemos 80 enfermos de covid hospitalizados, 12 de ellos intubados. Pero no son los únicos pacientes graves que atendemos: tenemos unos 12 más en el área de semicríticos recibiendo el tratamiento que se da en las UCI porque no tenemos espacio", admite el médico, que resume la actividad en el área de críticos como "desesperante". "Sale un intubado y entra otro, y ni siquiera los curamos: sólo podemos ofrecerles tratamientos que actúan como extintores para deshincharles los pulmones", subraya.
60 años, la edad media del paciente
A estas alturas, Catalunya destina el 52% de las camas de críticos a enfermos de covid, los cuales representan el 16% de los pacientes que se están atendiendo en un hospital, tanto en la UCI como en planta. La epidemióloga del Hospital de la Vall d'Hebron Magda Campins se muestra preocupada por este comportamiento: "Lo que más me preocupa es que el incremento de ingresos en las UCI es mucho más rápido y desproporcionado que el número de ingresos en planta y que el número de diagnósticos". Si antes los pacientes ingresaban en las unidades de críticos después de cuatro o cinco días en planta, ahora ingresan directamente desde urgencias.
La biofísica del Grupo de investigación en Biología Computacional y Sistemas Complejos (BIOCOM-SC) Clara Prats también cree que la responsable de esta tendencia podría ser la mutación detectada en el Reino Unido, ahora ya mayoritaria al continente europeo, pero puntualiza que todavía no hay suficiente evidencia para demostrar plenamente su influencia por el efecto que hasta ahora han ejercido las restricciones. "A medida que aumenta la presencia, aumenta el porcentaje de ingresos en la UCI. Con el mismo número de casos hospitalizados, hay más ingresos a críticos", argumenta Prats.
Las previsiones de cara a las próximas semanas son de crecimiento y esto que todavía se desconoce el impacto real de la Semana Santa. Las autoridades sanitarias y los profesionales sanitarios se mantienen a la espera de conocer los efectos del puente sin el sesgo característico de los festivos, que reduce a la mínima expresión los contagios y distorsiona los indicadores. Si se confirma que ha habido más movilidad, aumentarán los contagios y los enfermos. Y, de aquí pocos días, se pueden colapsar unas unidades que ya están llenas desde hace semanas.
Además, la edad de los enfermos que ingresan en la UCI también ha bajado: tienen entre 50 y 70 años y la edad media se sitúa entorno a los 60. Precisamente son las personas que tienen entre 55 y 70 años las que tienen más riesgo de acabar ingresados en cuidados intensivos debido al covid, y solo una parte muy pequeña de esta franja está vacunada. "A pesar de que la vacunación va cogiendo ritmo, no se ha protegido a la población más susceptible a entrar en la UCI. Sí que vemos menos mortalidad y de aquí a poco veremos menos hospitalizaciones convencionales, porque los mayores de 80 años están muy protegidos, pero en las UCI todavía tendremos que aguantar el tipo un tiempo más", explica Caballero.