Las UCI se llenan ahora de pacientes más jóvenes y más graves

Los médicos intensivistas atribuyen este cambio a la variante británica y alertan del inicio de una cuarta oleada

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Una enfermera a la UCI del Hospital del Valle de Hebrón.

Santa Coloma de GramenetLa ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI) es el único indicador en descenso en Catalunya, después de que se haya pasado de los 417 enfermos a los 400 en las últimas horas. Con todo, la preocupación en los hospitales catalanes no remite, sino que se han encendido nuevas señales de alarma: en las áreas de críticos cada vez se están atendiendo pacientes de covid más jóvenes y con cuadros más graves y de progresión más rápida. Además, desde hace unas semanas, el ritmo de ingresos en las UCI es superior al de las hospitalizaciones, cuando, hasta ahora, estos dos valores eran bastante proporcionales: entre un 15 y 30% de los pacientes en planta o atendidos en urgencias acababan en la UCI. Ahora, mientras que las camas convencionales se van vaciando de afectados de coronavirus -hace un mes suponían el 14,6% de los ingresados y ahora representan el 10,9%-, las de críticos se desocupan muy lentamente o, incluso, vuelven a llenarse con rapidez.

Las autoridades sanitarias no ofrecen una explicación clara sobre este cambio cuando hasta hace poco la curva de contagios iba a la baja. Los médicos intensivistas consultados por el ARA, en cambio, dirigen la atención hacia la variante británica y plantean que la mutación no solo sería más transmisible -un solo contagio afecta a familias enteras- sino que causaría que los infectados enfermen más gravemente y más rápidamente. Esto, a su vez, dificulta la liberación de camas. Además, los expertos mandan un mensaje claro: Catalunya se encara a una cuarta oleada, y mientras la vacunación no llegue la prioridad es que la población extreme las precauciones y no se mezcle con otras burbujas. Mientras tanto, dicen, la población se está relajando demasiado y temen que estos días y la Semana Santa provoquen un crecimiento exponencial de los contagios, de los ingresos y de las muertes. 

En las anteriores oleadas, en el Hospital del Mar llegó a haber 150 personas en planta y unos cincuenta enfermos en la UCI. Esto hacía que hubiera una cierta correlación entre estos dos tipos de pacientes, puesto que a medida que hay más enfermos en planta o a semicríticos, aumenta el riesgo que entren en la UCI. A estas alturas, en cambio, tienen 52 en planta y 27 en críticos. "La relación de ingresados en planta y en la UCI es de 1 a 2. Ahora, por cada dos hospitalizaciones nos está entrando un enfermo a críticos", explica el jefe del servicio de medicina intensiva del Hospital del Mar, Joan Ramon Masclans.

Unos pacientes que, además, son más jóvenes. “Si la edad media en las dos primeras oleadas y a principios de la tercera era de 63 años, la última semana nos ingresan personas de 55 años. Hace diez días que nos está bajando diez puntos la media de edad”, lamenta Masclans que, si bien ha atendido a menores de 60 años a lo largo de la pandemia, hasta ahora no habían visto tantos pacientes de entre 30 y 55 años.

En el Hospital de la Vall d'Hebrón, uno de los principales centros receptores de enfermos del país, también se ha observado este cambio. "Son enfermos con los que pasan pocas horas entre que llegan al hospital y entran en la UCI, cuando antes un perfil así podía estarse uno o dos días en planta", relata el jefe de la UCI, Ricard Ferrer. El facultativo apunta que la experiencia en la UCI empieza a confirmar una virulencia más mayor de la variante británica. “La población que nos ingresa no es más frágil que antes, al contrario, y la única explicación plausible es que el comportamiento del virus haya cambiado. Esto se explicaría con el predominio de la mutación británica”, señala. 

Este giro en el perfil del enfermo no se observa únicamente en Barcelona, sino que es transversal en todo el país. "Todavía tenemos pacientes de la tercera oleada ingresados desde hace más de 30 días, de más de 60 años, que se nos mezclan con estos nuevos enfermos, más jóvenes pero con obesidad e hipertensión, y que ingresan muy graves y hay que intubarlos", relata el jefe de la UCI del Hospital Josep Trueta, Josep Maria Sirvent. Esta coincidencia en el tiempo, dice, explica por qué cuesta tanto vaciar la UCI. “No hemos podido empezar desde cero después de la tercera oleada y ya tenemos la cuarta encima, y con muchos enfermos hospitalizados”, añade Sirvent, que puntualiza que el Trueta tiene 17 personas en críticos y el Santa Caterina 9 más.

En Lleida, los sanitarios hablan directamente de quinta oleada del coronavirus. El jefe de medicina intensiva del Hospital Arnau de Vilanova, Jesús Caballero, ha alertado que la situación que se está viviendo "recuerda a la de principios de Navidades", con la diferencia que cada vez los pacientes son más jóvenes. “Esta semana está siendo especialmente dura, con diez hospitalizaciones al día de media y la mitad directamente al área de semicríticos”, apunta Caballero. Estos enfermos podrían comportar en cuestión de horas o días una presión hospitalaria más mayor.

El riesgo de Semana Santa

Para los expertos, la forma de resolver este problema es vacunar masivamente y cumplir las medidas de contención de forma muy estricta. “Ante las reaperturas y la Semana Santa la gente se ha relajado, pero se tiene que ser consciente que las consecuencias de celebrar este festivo pueden ser catastróficas. Nos preocupa cómo estaremos dentro de dos o tres semanas cuando todavía faltan unos meses para estar vacunados", afirma Masclans. El facultativo destaca que "hay que hacerlo bien" para no perder más vidas y romper más familias. “Rogaría que la gente no haga monas ni tuviera interacción con otras burbujas esta Semana Santa. Sabemos que cuando las burbujas se juntan, explotan”, pide Sirvent.

También Ferrer cree que se está volviendo a repetir el error de Navidades, lo que sería “fatal”. “No vale la pena tocar ninguna restricción ni saltárselas. Intentemos no perder más vidas. Ya no vivimos en la incertidumbre como hace un año, dentro de poco estaremos vacunados. Hagámoslo bien los meses que quedan”, insiste. El jefe de la UCI de la Vall d'Hebrón prevé que Catalunya pueda continuar bajando los datos de ingresos en la UCI unos días más, hasta los 370 pacientes covid, pero duda que pueda disminuir mucho más. “Las altas que estamos dando se están compensando con las nuevas entradas”, lamenta Ferrer.

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