Las escuelas Viaró y Camp Joliu perderán la subvención en la ESO porque mantendrán a los alumnos separados por género
Los centros dicen a las familias que no les subirán las cuotas "el curso que viene"
BarcelonaFinalmente serán dos las escuelas catalanas vinculadas al Opus Dei que mantendrán niños y niñas separados en la ESO y que, por lo tanto, perderán la subvención de la Generalitat y pasarán a ser privadas en la etapa de secundaria: la escuela Viaró, de Sant Cugat y solo masculina, y Camp Joliu, de L'Arboç, que tiene chicos y chicas pero en clases separadas. El departamento de Educación confirmó la semana pasada en rueda de prensa que no les renovará el concierto educativo porque no han comunicado ningún cambio y separar por sexos en la escuela contradice la Lomloe (la ley Celaá), que prohíbe explícitamente que estos centros reciban fondos públicos.
"De las 10 escuelas que ahora separan por sexos, ocho han manifestado que acatan la disposición adicional 25 de la Lomloe y harán escolarización mixta el curso que viene", explicó el jueves el director general de centros concertados, Ramon Montes. Estos ocho centros son: La Farga (hasta ahora solo de chicos), La Vall (hasta ahora solo de chicas), Institució Tarragona (formada por los centros Aura, de chicas, y Turó, de chicos) y Les Alzines (de chicas), Benlloch del Pla (de chicos), Canigó (de chicas), Xaloc (de chicos) y Pineda (de chicas).
Se suman, así, a lo que ya han hecho otros centros que, debido a la pérdida de alumnado y al riesgo de quedarse sin concierto por no llenar lo bastante los grupos, habían ido mezclando chicos y chicas –también en primaria–, como en el caso de las escuelas de Igualada (Montclar i Mestral), de Lleida (Terraferma y Arabell) y de Terrassa (Airina). Estos ocho centros solicitaron la renovación de conciertos asegurando que cambiarán de modelo, pero Educación alegó que "necesitaba pruebas y evidencias" de que la no separación "es real", y pidió más documentación a los centros, como la circular en la que se informa a las familias o el acuerdo del claustro y el consejo escolar.
"Viaró no puede renunciar a este rasgo fundamental"
Hace solo cinco años en Catalunya había en total 16 centros educativos concertados que separaban por sexo y que recibían unos 30 millones de euros de subvención cada año. El curso que viene serán dos: en el inminente decreto de conciertos que el departamento tiene que publicar antes de que empiece la preinscripción (9 de marzo) no aparecerán seguro las escuelas Camp Joliu y Viaró. "No tenemos ninguna información. No han presentado la solicitud para renovar el concierto", dijo Montes. De hecho, Viaró ha defendido en una circular a las familias que desde sus inicios ha optado por "la educación diferenciada", en este caso, aceptar solo chicos, para "potenciar al máximo la personalización educativa". "Viaró no podría ser, ni ofrecer, lo que es si renuncia a este rasgo fundamental de su carácter propio", dicen en el texto, al cual ha tenido acceso el ARA. Y a pesar de que admiten que "es muy probable que el departamento de Educación no renueve el concierto en secundaria", dicen que "el próximo curso" no se incrementará el coste para las familias. La cuota mensual se sitúa sobre los 300 euros por alumno, sin tener en cuenta la matrícula y los servicios de comedor o autobús.
La escuela Viaró estuvo en el centro de la polémica hace unos años, después de que Inspección de Trabajo propusiera una multa de 50.002 euros por haber vulnerado el principio de igualdad de trato y de oportunidades en el acceso al trabajo, a raíz de una denuncia presentada por la CGT, por contratar solo profesores hombres. A raíz de la sanción, la mayoría de escuelas de la Opus empezaron a contratar profesorado femenino, entre ellas también Viaró.
Una integración "progresiva"
En todo caso, la integración de chicos y chicas no será fácil. El departamento, que desde el principio ha dicho que quería retirar la subvención a estas escuelas y ahora con la ley Celaá ha encontrado la cobertura jurídica para hacerlo, dice que controlará que la mezcla de niños y niñas sea efectiva en todos los centros que sí que han dicho que quieren cambiar de modelo educativo. En Igualada y Lleida, donde el edificio de chicos y el de chicas están muy cerca y las dos escuelas forman parte del mismo grupo, lo han tenido relativamente fácil para pasar a ser mixtas. Lo mismo puede pasar en Tarragona.
En cambio, será más complicado en La Farga y La Vall, porque, a pesar de que son complementarios, están separados por 14 km; o en Girona, porque la escuela de chicos y la de chicas no forman parte del mismo grupo empresarial. Además, se dará la paradoja de que algunas familias tendrán a sus hijos en Viaró, que continuará siendo masculina, y a sus hijas en Canigó, que a partir del curso que viene quiere escolarizar a chicos. En conjunto, un desmadre de casuísticas que el departamento quiere controlar con lupa pero también con paciencia, conscientes de que el cambio será "progresivo" y puede tardar unos años en ser definitivo. Lo que está claro es que si pierden el concierto, lo perderán para toda la etapa de ESO y no solo 1º.