Sinhogarismo

Unas 2.000 personas duermen en las calles de Barcelona, un 43% más que hace dos años

Por primera vez, Ciutat Vella no es el primer distrito con más sinhogarismo y el avance Sants-Montjuïc

Tres personas durmiendo en un rincón de la plaza junto a la Meridiana.
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BarcelonaEn los últimos dos años, el número de personas que duermen en las calles de Barcelona ha crecido en un 43%. Los 600 voluntarios de Arrels Fundació que la semana pasada hicieron un recuento por la ciudad han contabilizado 1.982 personas que pasaban la noche al raso sobre unos cartones o colchones en una plaza, debajo de un portal o en un rincón de un jardín. La cifra es "de mínimos", admite la directora de la entidad, Bea Fernández, ya que no se tiene en cuenta a los residentes en asentamientos cerrados, naves ocupadas ni tampoco a los que se alojaban en el centro abierto en invierno, que tiene 100 plazas. Además, en el aeropuerto de El Prat se localizaron 63 personas en torno a las terminales. "Se ha incluido sólo a las personas que hemos visto, pero no a las que no hemos visto", ha indicado la responsable, que ha reclamado "más coordinación" entre administraciones y departamentos para poder dar una mejor atención.

Más allá del dato, que reafirma que el sinhogarismo es una crisis al alza, Fernández ha subrayado que sólo Sarrià-Sant Gervasi presenta una reducción del número de personas sin hogar detectadas. En el resto hay aumentos considerables, como en Sants-Montjuïc, donde duermen 489 personas, un 134% más que en el recuento de diciembre de 2024. Precisamente, este distrito es ya el primero con población en la calle, seguido del Eixample, con 389 personas (un 29% más que hace dos años).

La novedad en la distribución es que Ciutat Vella deja de ser el distrito con mayor concentración de personas que viven en la calle, aunque no se escapa del aumento generalizado: 372 personas ahora por las 337 contadas hace dos años. En Sant Martí también existe un incremento considerable, del 70%: 335 personas viven al raso. Según Fernández, esta nueva geografía humana del sinhogarismo "no es casual", puesto que en parte se explica por los desalojos de asentamientos que ha habido desde el verano y que han hecho que las personas que estaban instaladas hayan tenido que trasladarse hacia otras zonas "menos céntricas" de la ciudad. Así, Arrels ha encontrado a personas pernoctando en barrios donde hasta ahora no habían visto.

El traslado tampoco es inocuo, sino que, como ha señalado la directora de Arrels, provoca un "sobreestrés" a los afectados, a los que se les agravan los cuadros de enfermedades físicas o psicológicas y les crea un malestar emocional asociado a la pérdida de los vínculos con la comunidad, los vecinos y comer y recursos que conocen.

Personal de seguridad expulsando a las personas que duermen en el interior del Aeropuerto del Prat, en una imagen de archivo.

Del recuento también se extrae que existen "nuevas dinámicas" en el sinhogarismo. Por ejemplo, se han contabilizado muchas más personas que quizás durante el día hacen la suya, pero que al llegar la noche buscan un sitio para agruparse con otros en la misma situación para encontrar más protección y seguridad a la hora de dormir. También existe un incremento de tiendas de campaña.

Fernández ha alertado del crecimiento de discursos aporofóbicos -en contra de la presencia de los pobres- y ha indicado que los desalojos son "motivados entre otras cosas por quejas o reacciones que asocian el sinhogarismo con problemas de salubridad o seguridad y criminalizan de nuevo a estos colectivos". De esta forma, ha continuado, se justifican más órdenes de desalojo.

Pleno extraordinario en el Ayuntamiento

Juntos por Barcelona y Barcelona en Comú han forzado la celebración de un pleno extraordinario del Ayuntamiento para abordar el "fracaso" del alcalde Jaume Collboni en la gestión del sinhogarismo. Ambos grupos municipales plantean un plan de acción contra el sinhogarismo para el que resta de mandato con una dotación presupuestaria específica de 60 millones de euros y recursos distribuidos por toda la ciudad. Además, reclaman un centro de baja exigencia en cada distrito y reforzar el programa 'Housing First'.

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