"Con dos hijas tienes que buscar un lugar seguro para vivir"
Cáritas alerta que el 40% de las familias con hijos menores de edad sobreviven por la ayuda asistencial
BarcelonaEn la vida de Paula Carrasco y sus dos hijas de 6 y 17 años el covid marca un antes y un después. El punto en el que se les rompe la vida y que tienen que recurrir a la ayuda asistencial para poder pagar el alquiler y llenar la nevera. “Nunca hasta ahora había necesitado ayuda de nadie pero me encontré con que no tenía ingresos y teníamos que vivir”. Son la cara de la caída en el pozo de muchas familias con hijos menores, un colectivo que Cáritas alerta que es el más vulnerable. El 40% de estos núcleos están ahora mismo en exclusión social, un porcentaje que crece hasta el 50% cuando se trata de familias monomarentales, como la de Carrasco, que "tienen dificultades para llegar a final de mes y no tienen ingresos para gastos imprevistos", explica Míriam Feu, responsable de análisis de Cáritas Barcelona.
Carrasco, de 38 años, llegó a España en 2005 desde Bolivia. Aquí se ha casado, ha sido madre y, hasta la llegada del covid, iba tirando. En pandemia se separó de su marido, el padre de las niñas, y se tuvo que espabilar para buscarse un nuevo lugar para vivir. Entonces tenía el permiso de residencia pendiente debido a la larga lista de espera, que solo pudo desbloquear accediendo al mercado negro de citas. "Me pidieron 50 euros pero yo no los tenía y después de mucho insistir me lo dejaron en 30 euros", afirma la mujer, que tuvo que sobrevivir al principio con la ayuda de la red de amistades porque los servicios sociales de Barcelona tampoco la podían atender porque estaba empadronada en otro municipio.
Cáritas advierte que la vivienda es el gran gasto que desequilibra los escasos presupuestos familiares. Los datos señalan que casi la mitad de estas familias no pueden asumir la hipoteca, el alquiler o el subarriendo de una habitación, hasta el punto que una cuarta parte se han visto obligadas a cambiar de residencia. También Carrasco tuvo que hacer un traslado y buscarse un lugar apto para las tres. "Cuando estás tú sola puedes estar en cualquier lugar, pero con las niñas no puedo hacerlo y tenía que buscar un lugar seguro", afirma, a pesar de que admite que las alternativas que tenía al alcance eran más bien escasas, porque tampoco disponía de una cuenta corriente ni de suficiente dinero para hacer frente a una fianza. Tuvo una gran "suerte” cuando una amiga del trabajo le ofreció una habitación en su casa. La pequeña y la madre duermen en una cama de los de matrimonio y la mayor en un colchón al lado. “Estamos bien, a pesar de que una habitación no es un lugar para que viva una familia”, lamenta.
Por la habitación paga 250 euros, que asume Cáritas. Y eso sí, los servicios sociales de Barcelona responden a sus necesidades de alimentación. Carrasco trabaja cubriendo suplencias en la limpieza de un hospital de Barcelona pero no tiene nada fijo. En verano consiguió contratos de 15 días o de 27, pero en noviembre, ninguno. El porcentaje de familias con niños menores de edad que no tienen ingresos ha pasado del 16% al 20%, señala Feu.
La exclusión social, advierten desde Cáritas, se hereda, y por eso su director, Salvador Busquets, afirma que es urgente "acabar con la transmisión intergeneracional de la pobreza". En este punto, la ONG de la Iglesia reclama que España aumente las partidas presupuestarias que destina a la infancia, que ahora suponen el 1,3% del producto interior bruto (PIB), lejos de la media europea del 2,4%. También pide que se incremente la prestación por hijo a cargo y se facilite el acceso a internet para eliminar la brecha digital en un momento en el que los trámites (incluso los de servicios básicos como los asistenciales o sanitarios) se hacen virtualmente.