Casi la mitad de los catalanes no llegan a fin de mes
La pobreza se ceba más en la infancia que entre los jubilados, según el Idescat
BarcelonaCasi la mitad de los catalanes, concretamente el 46,5%, aseguran tener dificultades para llegar a fin de mes. De éstos, un 21% afirman que los gastos del día a día los ahogan en relación con sus ingresos, según la encuesta de condiciones de vida que elabora cada año el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) para conocer cuáles son los problemas y riesgos de exclusión de la población. Pese a que se trata de un porcentaje muy elevado, son tres puntos menos que el anterior estudio de 2022, confirmando así la bajada ligera y progresiva de la tasa de pobreza, después de que en 2020 alcanzara una cifra récord debido a los estragos del confinamiento por la pandemia.
Según la misma encuesta, que se ha hecho pública este lunes, siguiendo los estándares europeos de la llamada tasa AROPE, casi uno de cada cuatro catalanes (24,4%) está en riesgo de pobreza o exclusión social, tres décimas por debajo de los resultados de la anterior. Es el porcentaje más bajo desde el estallido de la crisis de la covid. Ahora bien, todavía está casi un punto por encima de 2019 (23,6%), lo que significa que los efectos sociales de la pandemia todavía no se han estabilizado.
El umbral que se establece para la pobreza es el de tener unos ingresos inferiores a 12.564 euros anuales para una persona sola e inferiores de 26.385 euros para una familia de dos adultos y dos criaturas. En cuanto a la privación material, un tercio de los encuestados afirma que van tan justos económicamente que no pueden hacer frente a ningún imprevisto que surja, mientras que tres de cada diez no pueden hacer ni una semana de vacaciones. Un 20% tampoco pueden pagar la factura energética por mantener su casa a una temperatura adecuada.
El 18% con prestaciones no salen de la pobreza
Extranjeros no comunitarios, criaturas y mujeres son el rostro de la pobreza en Cataluña. Así, el porcentaje de pobres inmigrantes dobla el de los autóctonos (40% frente al 18%), mientras que el 26% de las mujeres sufren privaciones materiales por falta de ingresos, tres puntos más que los varones.
Un 33% de los menores de edad son pobres (400.000 en cifras absolutas) y, pese a este dato, ni en Cataluña ni en España existe una prestación económica vinculada a la infancia. Según ha denunciado la síndica de agravios, la mitad de estas criaturas vulnerables se quedan fuera de las ayudas familiares. En cambio, en el otro extremo demográfico, entre los jubilados, la pobreza afecta al 13% del colectivo, inferior incluso al 16% de los trabajadores. Esto se debe, sobre todo, a la eficacia de la cobertura de las pensiones, como ya se demostró durante la crisis financiera, cuando muchas familias jóvenes sobrevivieron gracias a las prestaciones de sus abuelos.
En este sentido, la encuesta confirma que el sistema de protección social es suficientemente efectivo, ya que el catálogo de prestaciones y pensiones que ofrecen las administraciones públicas y las ayudas de las entidades permiten reducir la pobreza a la mitad. Esto significa que, una vez se hacen las transferencias de ese dinero a los afectados, un 32% de la población pobre y en riesgo de exclusión consigue salir de la pobreza. Por el contrario, el 18% restante todavía se quedan.
