Tercer Sector

Enric Morist, nuevo presidente de la Mesa del Tercer Sector: "No podemos depender de las subvenciones"

El ex director de Cruz Roja sustituye a Francina Alsina y encabeza una junta directiva continuista

Francina Alsina y Enric Morist, en el relevo en la Mesa del Tercer Sector.

BarcelonaRelieve en la Mesa de Entidades del Tercer Sector. El activista Enric Morist es el nuevo presidente de la gran plataforma de asociaciones sociales y federaciones en sustitución de Francina Alsina, quien ha agotado los dos mandatos máximos. La de Morist ha sido una candidatura única en las elecciones para renovar la junta directiva, que se ha presentado como un órgano continuista con la labor de sus antecesores. Como diferencia, ahora han quedado fuera la Federación Catalana de Entidades Contra el Cáncer y la Fundación Pere Tarrés, mientras que, por el contrario, han conseguido un representante de Cohabitac (dedicada al derecho a la vivienda) y la Asociación San Juan de Dios de Cataluña.

Morist (Igualada, 1965) llega a la presidencia de una Mesa que conoce bien porque había sido vicepresidente entre 2014 y 2023, coincidiendo con su marcha de la dirección de Cruz Roja de Cataluña después de dos décadas. Educador social de profesión, actualmente es el director general de la Fundación Ayuda y Esperanza –entidad que gestiona el Teléfono de la Esperanza– y miembro de los consejos asesores de Fundesplai y la Federación de Entidades con Proyectos de Pisos Asistidos (Fepa), la asociación que presentó su candidatura a las elecciones.

En las primeras palabras como responsable de la Mesa, Morist ha lamentado las críticas que reciben entidades y voluntarios que dedican tiempo y esfuerzos a ayudar a los miles de personas que lo han perdido todo en Valencia. Por extensión, ha querido valorar el papel de las organizaciones sociales y de los voluntarios que atienden a dos millones de personas al año en Catalunya, "allí donde la administración no estaba, no ha sabido o no ha querido atenderlas", ha afirmado para subrayar el "servicio público" del sector.

Morist ha avanzado que su gran objetivo es que el proyecto de ley del tercer sector vuelva a "incorporarse a la agenda del Parlament", ya que debe ayudar a que las entidades puedan trabajar mejor. También es necesario hablar, ha afirmado, de financiación para garantizar la excelencia de los servicios sociales. "¿Os imagináis que las escuelas o los hospitales dijeran que no saben si van a abrir en diciembre?", cuestionó, ilustrando así que los servicios sociales siguen siendo la pata más débil del estado de derecho. "No podemos depender de subvenciones importantes en temas tan importantes, es el momento de reducir esa distancia con servicios sociales fuertes", ha concluido el nuevo presidente, que este miércoles empieza ya con la agenda plena.

Dos décadas de institución

Desde su creación en 2003, la Mesa se ha convertido en un agente social muy presente en la acción y política sociales. Lo demuestra que el presidente de la Generalitat, Salvador Illa; la consejera de Derechos Sociales e Inclusión, Mònica García Bravo, y el presidente del Parlament, Josep Rull, han sido invitados a la primera fila del auditorio lleno hasta los topes de representantes de las más de 3.000 entidades que forman parte de la plataforma. El acto se ha convertido en un pequeño homenaje de despedida a Alsina, una grafóloga que lleva décadas relacionada con entidades sociales, y que, muy emocionada, ha exhibido la satisfacción de que ahora ya "nadie habla de la rotura del sector, uno pensamiento apocalíptico" que reinaba cuando accedió a la presidencia. En este sentido, Morist le ha agradecido que haya aportado "paz y unidad" al tejido asociativo.

En su intervención, el presidente Illa, así como el alcalde de Barcelona, ​​Jaume Collboni, ha subrayado su carácter "dialogante". "A Francina nunca la he visto enfadada, quizá preocupada", enfatizó Illa, quien habló de la necesidad de tener "la máxima ambición para mejorar las cosas y hacerlo mejor que nadie", al tiempo que se ha comprometido a luchar contra la desigualdad social y acabar con la concentración de la riqueza en pocas manos.

A la hora de hacer balance, la presidenta saliente se ha felicitado por haber logrado un nuevo convenio de precios o el aumento del IRSC (el índice que fija las prestaciones sociales). Ahora bien, también ha lamentado que se marche sin haber revertido la infrafinanciación del tercer sector ni la aprobación de la ley del tercer sector, que quedó bloqueada por el fin de la anterior legislatura. Esta norma debe servir para dar una financiación estable a las entidades que trabajan en el territorio e incluso en la propia Mesa.

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