Judicialización

Espionaje al independentismo: así se capta un confidente

Radiografía del proceso de reclutamiento de un informador a través de un joven que han intentado infiltrar en Jovent Republicà

6 min
Enric Pérez, al lado de la tueste Glorias de Barcelona.

BarcelonaEnric Pérez se espera al pie de los 144 metros de hormigón, aluminio y vidrio de la torre Glòries de Barcelona con el móvil en el bolsillo y la aplicación de grabación en marcha. Está un poco nervioso. Se tiene que encontrar con un hombre que dice que pertenece al departamento de Seguridad Nacional, que en una llamada le ha demostrado que sabe demasiadas cosas de él y que lo quiere convertir en un confidente. Pérez tiene 24 años, todavía estudia y desde el principio se pone en contacto con el ARA y con la revista Directa. Es miércoles 30 de marzo y tiene claro que quiere documentar y hacer público cómo lo intentan captar para espiar el independentismo.

Todo había empezado con una llamada de un hombre, dos días antes. "Me dijo que sabían que me había presentado dos veces para ser mosso d'esquadra y que estaban haciendo unas comprobaciones", recuerda Pérez. Cuando explicaba que no había ido a las pruebas físicas por una lesión en el hombro, el hombre lo cortó: "Me dijo: «Ya sabes que la sinceridad lo es todo, ¿verdad?»". Sabía que tenía un juicio pendiente. Esto alertó a Pérez. "Casi nadie sabe que me he presentado para ser mosso y que tengo el proceso judicial abierto". El desconocido le dijo que tenían que hablar cara a cara.

Se hace llamar Alfredo y es quien lo va a buscar a la antigua torre Agbar. Cuando se saludan, Pérez ve que tiene unos cuarenta de años, hace poco más de metro setenta y marca unos bíceps trabajados debajo de la camiseta. Los dos cogen la calle Badajoz para ir al bar de un hotel. Allí los espera otro hombre, que se hace llamar Juan. Es unos diez años mayor, también más alto y delgado, va arreglado, con camisa y un maletín.

Protocolos policiales

El ARA ha consultado a dos policías de cuerpos diferentes que han hecho trabajo con confidentes. Uno, que ha estado en una unidad de información, explica que antes de un encuentro con una fuente una unidad especializada suele elegir el lugar, la ruta que se seguirá y comprueba que no haya cámaras. Después de la reunión también se sigue al confidente para ver si se reúne con alguien. El otro policía consultado concreta que los protocolos dependen del tipo de fuente, porque hay informadores que a veces no saben ni que lo son y otros con quienes se establece una relación puntual.

Juan explica que son de Seguridad Nacional

De camino al bar del hotel, Alfredo intenta calmar a Pérez, le dice que todo es voluntario y que "quizás" lo pueden ayudar con sus "aspiraciones". Ya sentados, Juan le suelta que en el departamento de Seguridad Nacional buscan colaboradores en "todo tipos de temáticas", pero que "en Catalunya evidentemente está el independentismo". Para ellos captar confidentes no es nada extraordinario. "Esto nosotros lo hacemos cada día, nos dedicamos en exclusividad a estas cosas", asegura Juan.

Hablan de sus estudios, de los deportes que practica y debaten de política. Le preguntan por su actividad política, él les explica que había militado en las juventudes de ERC –Jovent Republicà– durante casi un año, en 2018, y que participó en algunas de las protestas convocadas por el Tsunami Democràtic. Cuando Pérez pregunta por qué y cómo lo han elegido a él, Alfredo contesta: "Cualquiera que hace un proceso selectivo de cualquier cuerpo de seguridad entra en nuestra base de datos. Y tenemos a gente que se dedica especialmente a buscar perfiles que puedan ser de interés".

El 19 de abril lo vuelven a llamar y quedan para verse el 26 por la tarde. Esta vez Alfredo lo pasa a buscar delante del McDonald’s de las Glòries. Lo hace entrar en el centro comercial y, en una vuelta extraña, salir por la calle Llacuna y volver a bajar hacia la Diagonal. Lo lleva a una cafetería que hace esquina con un gran ventanal, El Fornet. Juan los espera allí. Esta paseada también forma parte de la rutina con los confidentes: otro equipo la controla para comprobar si otro hace este mismo recorrido sin sentido, es una técnica de contravigilancia.

Juan y Alfredo explican cómo eligen los candidatos

El encuentro duro poco más de una hora y veinte. La mayor parte del rato hablan de banalidades para romper el hielo, de sus estudios y de fútbol. Alfredo y Juan lo tranquilizan –"No buscamos a un James Bond", dicen–, pero a la vez insisten en la discreción: piden a Pérez que elija un nombre clave, para proteger su identidad, y le dicen que a partir de ahora lo contactarán desde otro número. También le dan consejos de seguridad: "Si nos encontramos por la Rambla, nos cruzamos y no nos conocemos". Pérez les reprocha que no le han enseñado ningún tipo de acreditación y ellos lo esquivan con evasivas. No concretan ningún objetivo, pero Alfredo le pide si vería posible volver a los ambientes que frecuentaba cuando iba con las juventudes de ERC.

Después del segundo encuentro, las comunicaciones se hacen por Telegram, siempre con quien se hace llamar Alfredo. El 5 de mayo, el día siguiente de la acción de Batec en Cercanías, pregunta a Pérez qué sabe: "Nos interesa saber algo más sobre este colectivo". El 31 de mayo Pérez le da información que, de hecho, ya era pública. Le explica que ha hablado con excompañeros suyos de Jovent Republicà y que en Batec participan jóvenes de diferentes colectivos, pero que estos no forman parte directamente. Cuando menciona Jovent Republicà Alfredo pregunta: "¿Cómo ves volver con ellos?". Pérez contesta: "Creo que sería posible". El presunto policía lo celebra y da la orden: "Perfecto, pues, ves haciéndolo progresivamente".

Conversación de Telegram entre Enric Pérez y Alfredo.

La portavoz de Juventud Republicana, Kènia Domènech, ve "muy grave" este intento de infiltrarles un confidente. "Sospechábamos, y ahora lo confirmamos, que la represión del Estado tiene la voluntad de controlarnos y perseguirnos", asegura al ARA.

¿Seguridad Nacional?

La manera de actuar de Alfredo y Juan deja claro que siguen protocolos policiales estándares. Y tienen información de Pérez que es confidencial, de bases de datos de la administración. Afirman varias veces que son de Seguridad Nacional, pero este departamento, que depende directamente del gabinete de la Presidencia del Gobierno español, se dedica sobre todo a analizar y asesorar. El ARA se ha puesto en contacto con fuentes de la Moncloa que se han remitido a la regulación vigente. Entre las competencias del departamento no consta la de captar y gestionar informadores. Pero todos los cuerpos policiales tienen confidentes, también el CNI.

Alfredo propone ayuda con las oposiciones

Los captadores empiezan con la zanahoria, no con el palo: proponen varias veces a Pérez ayudarlo a ser policía. "A la gente que nos ayuda, en un futuro, después de conocernos bien, si se le puede echar una mano, se le echa", le dice Alfredo en el primer encuentro. Una de las fuentes policiales con quien ha hablado el ARA explica que a los confidentes se les puede recompensar ayudándolos con los mecanismos propios de la administración –como en unas oposiciones– o con dinero, pero que raramente se paga más de 200 euros por un chivatazo.

Vuelven a quedar el 21 de junio y el mismo día, por mensaje, Alfredo le pregunta el nombre de los que le han pasado la información de Batec. Pérez se niega a decirlo: "No me gustaría meterlos en líos". Más tarde Alfredo anula la cita y quedan al día siguiente. Estos cambios de última hora también forman parte del procedimiento policial normal: hacen más difícil que el informador pueda preparar nada. Lo cita en el McDonald’s, pero no se presenta y le dice por mensaje que vaya al Fornet y lo espere allí. 25 minutos más tarde le comunica que finalmente no podrá ir y al cabo de unas horas Alfredo borra todos los mensajes del chat de Telegram. Demasiado tarde, ya están copiados.

Enric Pérez admite que delatar a los que lo han intentado captar podría complicarle el juicio que tiene en octubre, pero lo asume. Se enfrenta, con dos amigos, a una petición de seis años de prisión por un delito de tenencia de explosivos en calidad de promotor y otro de conspiración por atentar contra la autoridad. En la protesta contra el consejo de ministros en Barcelona de 2018, los Mossos detuvieron a un compañero suyo con salfumán y papel de aluminio en la mochila, dos productos químicos que reaccionan con violencia si se mezclan en un recipiente cerrado. Los policías, en el móvil del detenido, encontraron un chat donde Pérez hablaba de estos productos antes de la protesta. Él asegura que era broma y que su amigo se lo tomó al pie de la letra, sin ni siquiera avisarles de que lo hacía.

A pesar de todo, Pérez todavía quiere ser mosso. "Dudo cada vez más, pero quiero hacer lo que tendría que hacer la policía: ayudar, proteger y servir. Hacer las cosas bien".

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