Francia blinda la inmersión lingüística en las escuelas de la Catalunya Nord

El gobierno del país modifica la ley de lenguas regionales para garantizar la constitucionalidad

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Alumnes de la escuela Jordi Pere Cerdà, al alta Cerdaña, donde se ofrecen clases en catalán

ParísPocs días después de que la justicia haya puesto contra las cuerdas la inmersión lingüística en Catalunya, en Francia el gobierno del país la ha blindado con una norma que ofrece un paraguas jurídico a las escuelas que optan por este modelo en las regiones con lenguas propias, como el catalán, el occitano, el euskera, el bretón o el alsaciano. Francia, que tradicionalmente había ninguneado las lenguas históricas, ha dado un paso adelante decisivo para proteger la enseñanza de la lengua catalana en la Catalunya Nord. 

Una circular publicada este jueves por el ministerio de Educación pone fin a la incertidumbre que vivían desde hace meses las escuelas que aplican la inmersión lingüística en Francia. La Asamblea Nacional francesa aprobó en abril la ley de lenguas regionales, que ofrecía, por primera vez, un marco legal al modelo de inmersión lingüística, pero un mes después el Consejo Constitucional –equivalente al Tribunal Constitucional español– declaró la ley parcialmente inconstitucional. Argumentaba, resumiéndolo, que la Constitución francesa deja claro que la lengua oficial en Francia es el francés y la inmersión lingüística no garantiza que los niños lo aprendan. 

La decisión del Constitucional hacía peligrar la continuidad de la inmersión en Francia, pero el ejecutivo encargó un informe jurídico para encontrarle una ensambladura constitucional. Finalmente, con el informe en la mano, el ministerio de Educación ha optado por una fórmula que permite esquivar la inconstitucionalidad y legalizar la inmersión lingüística. Se trata de permitirla pero con una condición: los alumnos tienen que acabar la educación primaria dominando también el francés. 

El gobierno no impone cuotas ni un mínimo de horas semanales, sino que deja en manos de cada escuela decidir si con cuatro o seis horas a la semana de clase de francés hay bastante. “Hemos conseguido dar un estatuto jurídico a la enseñanza inmersiva, y esto no tiene precedentes”, destaca al ARA el poniente del informe jurídico, Christophe Euzet, diputado de Agir.

Con el aval a la inmersión, las escuelas catalanas de la Catalunya Nord, unidas en la red asociativa La Bressola, respiran tranquilas. La solución es positiva, pero lamentan que se haya añadido una condicionalidad a la ley. “En parte estamos satisfechos, pero el 8 de abril teníamos una ley que reconocía plenamente la inmersión y ahora se reconoce pero bajo el control del estado”, lamenta la directora general de La Bressola, Eva Bertrana. “Tenemos la sensación que se nos ha tratado de irresponsables: evidentemente que antes ya preservábamos el nivel de francés de los alumnos”, subraya. 

Euzet cree que se trata de un adelanto significativo: “Partíamos de una situación en la que la inmersión no tenía un estatus claro y ahora estamos en una situación en la que se autoriza con un marco muy razonable”. Bertrana, por su parte, defiende que hace falta un cambio de la Constitución para garantizar la protección de las lenguas históricas. “Tenemos que continuar trabajando para llegar al reconocimiento que en Francia no solo está el francés”. 

El poniente del informe, nacido en Perpinyà, también cree que “hay que abrir el debate” de un cambio constitucional, pero advierte que en Francia hay una gran parte de la población que considera que el francés tiene que ser la única lengua oficial. “Aún así, hay una gran preocupación por no perder las lenguas regionales”, apunta.

En la Catalunya Nord hay un millar de niños que van a escuelas catalanas, donde prácticamente toda la enseñanza se hace en catalán. Entre un 80% y un 90% de sus alumnos tienen el francés como lengua materna, según datos de La Bressola. 

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