"La gente nos perseguía por la calle": el gran apagón desde la sala de control de los Bomberos de Barcelona
El ARA entra en el centro de mando del cuerpo de emergencias desde donde gestionaron el dispositivo
BarcelonaMaru, de 67 años, y su marido, Josep Manel, de 68, habían salido de casa por la mañana para ir al médico. Era el lunes 28 de abril, y el gran apagón les pilló saliendo del hospital. Viven en un sobreático de nueve pisos en el barrio de Sant Andreu y Maru va con una silla de ruedas eléctrica desde que sufrió un accidente en el 2013. El ascensor no funcionaba y se vieron condenados a "dar vueltas", a comer algo en un parque ya esperar. Esperaron hasta las seis de la tarde, cuando vieron un vehículo de los Bomberos de Barcelona y pidieron ayuda. "Justo en ese momento estábamos ayudando a subir a una persona con movilidad reducida a su casa", narra el cabo de los Bomberos Yago Abad Galcerán.
Ese día Cataluña volvió siglos atrás. "La gente nos perseguía por la calle", explica el cabo Abad, y describe que se iba apuntando todas las peticiones en un papel. Les recordaba las escenas de la DANA en el País Valencià, donde fueron a echar una mano. En el listado estaba la petición de Josep Manel y Maru. "Tardaron muy poco, en media hora ya estaban en nuestra casa", narra Josep Manel. Eran nueve pisos y con una escalera "muy puñetera". Colocaron a Maru en una silla de madera y entre cuatro bomberos la subieron hasta arriba. "Les ofrecí bebidas y comida, que no habían comido, pero no lo aceptaron", lamenta Josep Manel, que quiere hacer constar su agradecimiento. Eran las seis de la tarde y el cabo Abad y varios bomberos más del parque de Sant Andreu llevaban desde la mañana a la calle.
Ya han pasado casi dos semanas de ese día, y en el parque de Sant Andreu la tarde pasa sin grandes incidentes. Los bomberos y mandos comentan anécdotas del apagón, y aún sacan hojas y papeles llenos de servicios de ese día. En la otra punta de Barcelona, en la Sala Conjunta de Mando de la calle Lleida, se encuentra un camión de los Bomberos de Barcelona aparcado fuera. No es un vehículo normal y corriente, es un centro de coordinación adelantado que ese lunes estaba estacionado en el mismo lugar. Dentro, hay muchas pantallas y botones, pero también pizarras que todavía están tachadas con la información del gran apagón. De entrada llama la atención una gráfica: parece el contorno de una ruta alpina, con el ascenso y el posterior desnivel. En realidad, son todos los servicios acumulados que tuvieron ese día. El pico fue a las 17.30 horas, con 248 servicios, ya las doce de la noche ya sólo quedaban 48.
"Priorizamos a las personas vulnerables, los trenes subterráneos y la gente atrapada en metros", explica Maite Català, gerente del Área de Seguridad, Prevención y Convivencia del Ayuntamiento de Barcelona. Lo cuenta mientras va señalando la pizarra, junto a los mandos de Bomberos que ese día lideraron la operativa. Una parte se hacía desde este vehículo, aunque dentro del edificio municipal de la calle Lleida estaba el centro de coordinación con los responsables institucionales, entre ellos el alcalde Jaume Collboni.
El vehículo aparcado en la calle tiene un mapa digital enorme, donde van apareciendo en directo todos los incidentes en Barcelona. Hoy es un "día normal", con ocho servicios, explica Ángel López, de la jefatura del Servicio de Protección Civil, Prevención Extinción de Incendios y Salvamento. El lunes del apagón había más de 200. Aquel día tuvo que activarse el plan básico, que pone en marcha todos los servicios municipales.
Escenarios
Las pizarras tachadas de ese día dejan entrever que la actividad fue frenética. Hay una en la que se divide Barcelona por zonas y se marca qué mando lidera cada espacio. Hay otra en la que se marcan las horas límite en las que se acaban los generadores de espacios clave, como los de los geriátricos, hospitales e incluso zonas concretas del propio hospital. Los Bomberos de Barcelona tienen un depósito con 1.000 litros de gasóleo, y ese día tuvo que rellenarse tres veces, tal y como explica Gerard Pradas, jefe de la Unidad de Espacio Bomberos y de Divulgación de la Prevención.
En una pizarra al fondo todavía hay un apartado para bomberos que estaban fuera de servicio, pero que se habían ofrecido para trabajar, y estaban apuntados por si los necesitaban. También están apuntadas las horas de las reuniones, y quién es el interlocutor en cada temática. Sebastià Massagué, jefe del Servicio de Protección Civil, Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento, hace una valoración positiva del dispositivo, aunque admite que se vivieron unas "horas de angustia", sobre todo ante la posibilidad de que el paro se alargara.
En el parque de los Bomberos de Sant Andreu suena la alarma. Hay una persona atrapada en un ascensor y se moviliza un vehículo. "Cada día hacemos unos cuantos", comentan los bomberos del parque. Pero el lunes del apagón hicieron muchos. Unos 150 en toda la ciudad. Incluso una mujer quedó atrapada en un ascensor del metro todo el día. No respondió cuando llamaron por varios espacios de la estación si quedaba alguien. Ya por la tarde, cuando se hizo una última revisión, la hallaron.
Aprendizajes
Ese día todo el mundo aprendió muchas cosas, y los bomberos también. Por ejemplo, que los ascensores más modernos son muy complicados de bajar o subir manualmente para poder sacar a las personas atrapadas. Por eso, tuvieron que buscar soluciones imaginativas. "De ahí el dicho de que tenemos ideas de bombero", bromean. Por ejemplo, conectaron el ascensor a un generador del camión para moverlo. Ahora, apuntan, intentarán tener esa conexión más preparada por si vuelven a encontrarse. También redescubrieron las guías de Barcelona para moverse por la ciudad ante la imposibilidad de utilizar los navegadores y que podría ser útil tener sillas de ruedas en los parques porque, si tienen que subir muchos pisos personas con sillas eléctricas (que más pesan) se hace muy pesado.
Los responsables de los Bomberos también han aprendido cosas. Català, por ejemplo, apunta que el espacio de la calle Lleida les ha quedado pequeño. En este sentido, explica que ya está en marcha el proyecto para poner la Sala Conjunta de Mando, donde también se encuentran la Guardia Urbana, los Mossos y el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) en torno a las Tres Chimeneas del barrio del Poble-sec. Asimismo, habla de mejorar la autonomía de ciertas comisarías e incluso el conocimiento y la formación de los responsables en emergencias de esta tipología, empezando por los gerentes. "No era un riesgo planificado, debemos aprender", afirma. Mientras, a la espera de otra jornada maratoniana, las pizarras siguen tachaduras en uno de los episodios más intensos que se recuerdan a los bomberos.