Redes sociales

'Hustle culture': los riesgos de ver la hiperproductividad como fórmula del éxito

Los expertos advierten que la tendencia surgida en el 2020 en las redes puede provocar situaciones de aislamiento

Un joven en un gimnasio al aire libre.
Laia Carpio
08/06/2025
3 min

Barcelona"Trabaja mientras los demás duermen. Estudia mientras otros se divierten. Persiste mientras otros descansan. Y después, vivirás lo que los demás sueñan". "Los hombres no tienen tiempo para sentarse y llorar desconsoladamente, y enfrentarse a sus sentimientos, estar tristes o deprimidos". "Te quedarás solo, esa es la fase que todo ganador ha tenido en su vida". Éstos son los mensajes que cada vez más jóvenes reciben a través de redes sociales. Y detrás de una portada de motivación personal se esconde un peligroso mensaje.

La hustle culture (cultura del ajetreo) es una tendencia que venera la cultura del esfuerzo con una peculiaridad: para conseguir el éxito hay que sucumbir a una productividad que los expertos califican de tóxica. Por ejemplo, es necesario levantarse a las 5 de la mañana, ir al gimnasio y tener tiempo de leer algunas páginas de un libro antes de las 8 de la mañana. Otro mensaje que se envía es que, cuando termina la jornada, no es bueno quedar con amigos y familia, sino que hay que pasar tiempo solo para conectar contigo mismo.

Aunque el movimiento irrumpió en las redes en torno al 2020, según Jordi Fernández-Castro, miembro del grupo de Investigación en Estrés y Salud (GIES) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), esta tendencia no es nueva, sino que es la actualización del stajanovismo, un movimiento soviético de propaganda del 193. "Es la misma idea y es muy peligrosa, porque quiere decir que cuanto más sufras, mayor capacidad tendrás de triunfar", añade.

Liliana Arroyo, doctora en sociología y especialista en innovación social digital, atribuye el éxito de la hustle culture a que los Z –los nacidos entre finales de los 90 y 2010– son una generación "polarizada y desencantada". Según Fernández-Castro, los jóvenes se aferran a la hustle culture porque lo ven como una "fórmula mágica" que les permite no tener que cuestionarse nada: "No pienso, no miro, no decido. Hago un camino fijo. Es la seguridad frente a un mundo complicado".

En este sentido, Clara Virós, investigadora de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), explica la lógica de la "fórmula mágica": "Quiero tener buen aspecto, lucir sana y estar en forma. Todas estas prácticas se presentan dentro de una rutina que supuestamente promueve la mejor versión de uno mismo, y es lo que atrae a la gente". Por otro lado, Arroyo apunta a "un tema de pertenencia y querer ser amado o ser objeto de deseo". "No puedes decidir la altura con la que naces ni la forma de tus ojos, pero sí puedes incidir en aspectos como la musculación o las actitudes", remarca.

El objetivo final de esta rueda es que ciertos influencers ganen dinero convirtiéndose en gurús de la deseada fórmula. "Son usuarios que crean cursos online en los que venden las claves del éxito, que supuestamente sólo tienen ellos", detalla el vicedecano de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Universidad Complutense de Madrid, (UCM) Cristóbal Fernández. Un ejemplo de estos influencers es Amadeo Llados, un mentor que ofrece un curso por ser millonario a cambio de 1.800 euros.

Hombres que quieren tener dinero para agradar

De hecho, el vicedecano de la UCM afirma que la hustle culture tiene un sesgo de género marcado: es adoptada principalmente por hombres. Se relaciona el concepto de éxito con tener dinero, puesto que "piensan que las mujeres lo valoran mucho y ellos esperan tener relaciones afectivas y sexuales con ellas". Arroyo relaciona esta tendencia con la manosfera y la cultura incel. Un ejemplo es la teoría del 80-20: "El 80% de las mujeres se sienten atraídas sólo por el 20% de los chicos, por tanto, los hustlers sienten que deben ser su mejor versión para conseguir atraer a mujeres", dice la socióloga.

El estilo de vida que promueve la tendencia puede llevar a un aislamiento social porque "te puedes acabar sintiendo más identificado con esta comunidad digital que con tus amigos que tienen otras rutinas", explica Arroyo. La socióloga añade que los hustlers pueden decidir dejar de ir a cenar con su familia para que no coman sano, o no salir de fiesta con amigos porque no pueden ir al gimnasio al día siguiente de madrugada. Todo ello hace que, si no encuentran a nadie de su entorno con estos ideales, puedan acabar encerrándose en sí mismos.

Otra de las consecuencias de esta tendencia es que, tal y como destaca Virós, el deporte y los hobbies ya no se asocian al placer, sino a una herramienta para crear "la mejor versión de ti mismo". En este sentido, Fernández-Castro lamenta que en esa espiral se olvida que el descanso es necesario para ser productivo: "El secreto del rendimiento no es sacrificarse, torturarse y descansar cuando haya tenido éxito, sino primero descansar y después rendir", insiste el catedrático. Y también hace una advertencia: el esfuerzo subjetivo, que es la percepción del sacrificio que hace uno mismo por conseguir algo, no siempre es productivo.

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