Tomando como referencia un modelo popular y asequible como por ejemplo un Seat Ibiza con motor gasolina de unos 100 CV, con un precio de unos 20.000 euros y una vida útil de unos 10 años, nos encontramos que el propietario del vehículo habrá pagado más de 4.500 euros a las diferentes administraciones en concepto de impuestos a lo largo de sus 10 años como propietario y solo por el hecho de ser propietario del vehículo. Es decir, sin contar los impuestos que habrá pagado sobre los hidrocarburos consumidos en función de los kilómetros que habrá recorrido.
¿Cuántos impuestos paga un coche?
El estado español, la Generalitat y los ayuntamientos ingresan más de 31.000 millones de euros anuales en impuestos directos relacionados con el automóvil: os explicamos cuáles son y cómo afectan nuestro bolsillo
Este mes entrará en vigor el nuevo impuesto catalán sobre las emisiones de CO₂, una tasa impositiva que afectará a más de un millón y medio de conductores del país y que de momento solo se aplicará en Catalunya. Este último impuesto, que tiene previsto recaudar unos 66 millones de euros este año y más de 145 millones el próximo año, se suma a una larga lista de impuestos directos e indirectos a los que los conductores tienen que hacer frente para usar su vehículo, unos gastos que hay que sumar a la importante inversión de capital en el proceso de compra y posterior mantenimiento del vehículo y que a continuación analizaremos de manera individualizada.
Impuesto de matriculación
El impuesto de matriculación lo pagan todos los vehículos nuevos en función de sus emisiones de CO₂. Después de varios debates parlamentarios, hasta final de año estarán exentos de este impuesto –que supuso unos ingresos de 616 millones de euros para la tesorería del Estado en 2019– todos aquellos vehículos con emisiones de CO₂ inferiores a los 144 gr/km, y a partir de aquí el precio del impuesto varía en función de las emisiones del coche.
Todos aquellos vehículos que homologan emisiones de entre 145 y 191 gr/km tienen que pagar un 4,75% del valor del vehículo, los que homologan entre 192 y 239 gr/km tienen que pagar el 9,75% y los que superan el umbral de los 250 gr/km de CO₂ tienen que pagar un 14,75%. La mayor parte de coches nuevos vendidos en España homologan unas emisiones que los sitúan en el primer tramo, lo que puede encarecer unos 1.000 euros por vehículo con un precio de 20.000 euros antes de impuestos.
IVA
Prácticamente todos los productos nuevos que se venden en el estado español tienen que pagar el IVA (impuesto sobre el valor añadido), que se graba en un 21% en el caso de los coches. Este impuesto es el que más riqueza genera en la tesorería del Estado, puesto que significó unos ingresos de 4.877 millones de euros en 2019.
En el supuesto de que compremos un vehículo de ocasión a un particular, nos veremos obligados a pagar el impuesto de transmisiones patrimoniales, siempre que este vehículo tenga menos de 10 años. Este importe puede variar de tramo según la comunidad, el modelo y el año de compra, y en Catalunya la Generalitat lo fija en un 5% del valor de venta del coche o moto. A diferencia del IVA, que alimenta la Agencia Tributaria de España, este impuesto de transmisión patrimonial lo cobra directamente cada comunidad autónoma, y supuso unos ingresos totales de unos 533 millones de euros durante 2019.
Si optamos por adquirir un vehículo nuevo de renting o leasing no nos liberaremos de pagar el IVA correspondiente, puesto que cada cuota mensual ya incluye el 21% del IVA correspondiente.
Impuesto municipal sobre vehículos de tracción mecánica
Si bien el impuesto de matriculación, el IVA o el impuesto de transmisiones patrimoniales solo se pagan una vez, al adquirir el vehículo nuevo, hay otros impuestos que seguiremos pagando anualmente a lo largo de la vida de nuestro vehículo. El impuesto municipal sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM) es un ejemplo de tasa impositiva que paga cada propietario de vehículo a su municipio y que supuso unos 2.800 millones de euros de ingresos para los ayuntamientos de todo el Estado, cosa que supone un 4,5% de los ingresos anuales de los municipios españoles.
La cifra final a pagar varía en función del municipio, puesto que, a pesar de calcular siempre el mismo concepto (CVF o caballos fiscales), los tramos a pagar en función de la potencia dependen de cada ayuntamiento. Por ejemplo, en Barcelona y en Tarragona los vehículos de hasta 8 CVF pagan 25,24 euros anuales, los de 8 a 11,99 CVF –los más habituales– pagan 68,16 euros, los de 12 a 15,99 CVF pagan 143,88 euros, los de 16 a 19,99 CVF pasan a pagar 179,22 euros y los de más de 20 CVF pagan 224 euros anuales. En el caso de los coches eléctricos la mayoría de ayuntamientos les bonifica con una rebaja de hasta el 75% del impuesto, pero en algunas poblaciones estas excepciones solo duran un periodo determinado de cuatro o cinco años.
Impuestos sobre los carburantes
La gran mayoría de los vehículos que circulan diariamente por Catalunya tienen que llenar el depósito con carburantes fósiles para poder funcionar. Como ya hemos analizado los impuestos que pagamos cuando llenamos el depósito en otros reportajes, en este punto nos limitaremos a apuntar que prácticamente el 50% del precio de un litro de gasolina o gasóleo son impuestos que recauda la administración estatal mediante el impuesto especial de hidrocarburos (IEH) y el IVA. Durante el año 2019 el estado español ingresó más de 21.515 millones de euros gracias a los impuestos sobre el carburante, y hay que apuntar que este importe presumiblemente aumentará en un futuro no muy lejano con el aumento de impuestos al diésel.
ITV
A partir de los cuatro años de antigüedad todos los vehículos tienen que hacer revisiones periódicas sobre su estado de conservación y mantenimiento, es decir, tienen que pasar la popular ITV o inspección técnica de vehículos. A pesar de que esta inspección no es un impuesto directo, sí que está grabada con el 21% de IVA, y además de este impuesto la DGT también cobra una tasa de 4,14 euros por anotar el registro del vehículo. La DGT ingresa cada año unos 80 millones de euros gracias a esta tasa.
Impuesto sobre las primas de las aseguradoras
Este 2021 los presupuestos generales del Estado han aprobado un aumento del impuesto sobre las primas de aseguradoras, que ha pasado del 6% al 8% y que ha afectado los tipos de seguro más contratados: los del vehículo y los del hogar. Supondrá un aumento de recaudación de más de 450 millones anuales para la tesorería del Estado. A efectos prácticos, esto supondrá un aumento de entre 8 y 10 euros a cada conductor que contrata o renueva su seguro.
Impuesto sobre el CO₂
Este nuevo impuesto, que solo pagan los conductores catalanes, se dirige concretamente a los vehículos con unas emisiones de más de 120 gramos de CO₂ por kilómetro, y en el caso de las furgonetas será a partir de los 160 gramos por kilómetro. Este umbral variará de cara al año próximo, puesto que entonces lo tendrán que pagar los vehículos que superen los 95 gramos de CO₂ por kilómetro. A efectos prácticos supondrá un gasto de entre 8 y 18 euros en el caso de los turismos y de entre 8 y 16 euros anuales en el caso de las motocicletas, a la espera de futuras subidas impositivas.
Y los eléctricos, ¿qué?
Llegados a este punto podemos constatar que los vehículos eléctricos de cero emisiones disfrutan de varias bonificaciones impositivas (impuesto de matriculación, impuesto de vehículos de tracción mecánica, impuesto sobre el CO₂…), pero no están exentos en ningún caso de pagar la electricidad que utilizan para cargar sus baterías. Además del precio de la luz y potencia contratadas hay que sumar el impuesto eléctrico, que tiene una recarga del 5,122% y al que después hay que sumar el IVA.