El incendio hace estallar bombas de la Guerra Civil: "Ves las llamas, pero no te esperas una gran explosión"

Vecinos confinados por el incendio en el Baix Ebre esperan una mejora con una mezcla de desconcierto y angustia

Los habitantes de Xerta, confinados en casa y con mascarilla, observan como un helicóptero tira agua, para ayudar a extinguir el incendio.
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Tortosa / XertaLas ventanas cerradas, los cristales llenos de polvo negro y el calor, que, pese a los ventiladores, entra dentro de las casas diseminadas de Els Ports. De repente, se siente una gran explosión y un vecino no puede evitar abrir la ventana. Después de ésta vienen más y entre los grupos de WhatsApp de los vecinos de la zona de la población de Jesús (Tortosa, Baix Ebre) lo tienen claro: el incendio que arde en el Parque Natural de Els Ports hace estallar las bombas enterradas desde la Guerra Civil.

La hipótesis ha sido confirmada por los Bomberos, que en el tramo de la carretera de la zona de Paüls la noche del lunes tuvieron que trabajar muy cerca de las bombas que se oían estallar junto a la carretera. El cuerpo no tiene ningún protocolo para hacer frente a estas situaciones, si bien ésta no es la primera vez que deben trabajar con detonaciones en la zona. Este martes por la mañana, diferentes agentes de los Mossos d'Esquadra desplegados en Xerta también afirmaron oír diferentes explosiones que hacían "feredad". "Ves las llamas, pero no puedes esperarte una gran explosión", explicaban efectivos del cuerpo.

La sorpresa de los agentes también la vivieron con pánico diferentes vecinos que estaban confinados en los municipios de la zona. "Al menos una docena de bombas estallaron anoche", explica un vecino de Jesús que pasó la noche en el municipio confinado. "La verdad es que hubo momentos de miedo, hice marchar a la mujer ya los hijos y me quedé yo para vigilar a los animales", explica un padre de familia. Como él fueron varias las personas que siguieron las indicaciones del Gobierno y se quedaron confinados en los municipios.

Las bombas siguieron estallando a lo largo de una noche en la que a los vecinos les fue muy difícil conciliar el sueño. "No se hizo de noche en ningún momento. Las llamas iluminaban el interior de la casa y pese a tener las ventanas cerradas entraba bastante humo en casa", explica este vecino, aún compungido por lo que vivió.

Pese al miedo que sintieron los vecinos de Jesús durante la noche, esta situación no les coge por sorpresa: "Este es un punto neurálgico de la batalla del Ebro y quien más quien menos se ha encontrado trozos de metralla en los bosques", afirma el mismo vecino que señala que las bombas que estallaron ayer por la noche podrían estar la noche de la noche Paúles. "A pesar de que tienes constancia de que pasa, nunca sabes cuándo puede estallar una y si todavía tienes munición de la guerra cerca de casa por estallar", afirma todavía angustiado.

Noches en blanco y desconcierto

"Ya volvemos a estar", estalla Ermenegildo, que descansa de una noche sin descanso a orillas del río. Este vecino de Xerta no habla de otro incendio, sino de la sensación de soledad que reina en el pueblo. Su ubicación en un meandro del río ha sido clave en la estrategia de los Bomberos para extinguir el incendio, ya que está el azud compartido con la vecina Tivenys y es el lugar por el que todo apunta a que, a la medianoche, las llamas saltaron al otro lado del río por unos instantes.

Desde que se ha decretado el confinamiento de Xerta, los vecinos pueden salir de casa, pero no del municipio, y el comercio, los bares y también los supermercados han ido cerrando progresivamente. "A ver, nadie nos ha obligado a cerrar, pero si no hay gente en las calles, ¿por qué quieres tiendas?", remacha Ermenegildo, que pese a todo no borra la sonrisa de la cara. Como de costumbre, está dejando pasar las horas viendo correr el caudal del río Ebro, donde los camiones cisterna chupan el agua para las maniobras de extinción del incendio.

Una calle vacía en Xerta, al día siguiente del inicio del fuego en el Parque Natural de Els Ports.
Otra calle desierta en Xerta con la luz naranja que provoca el fuego.

"Cualquiera diría que volvemos a estar en pandemia", espeta una de las pocas vecinas de Xerta que ha salido a la calle, que desde hace horas está iluminada con una luz tenue y anaranjada por la nube de humo que cubre el pueblo. "La gente está preocupada. ¿Cómo teníamos que dormir anoche?", continúa esta mujer, que recuerda cómo vio las llamas de cerca en la madrugada.

Como ella, son muchos los vecinos que hoy han pasado la noche en blanco o con pocas horas de sueño temiendo por su vida, la casa y el futuro. Muchos de los habitantes de Xerta se dedican a la agricultura de las mandarinas clementinas oa la ganadería y no saben cómo han quedado los campos después de que las llamas casi entraran en el pueblo.

Un refugio para caballos

Uno de los vecinos que se dedican a la ganadería es Jordi Hierro, que tiene un rebaño en la falda de Els Ports. Subido a un margen de un campo agrícola intenta ver cómo avanza la situación en las montañas de las afueras de Xerta. "Parece que ya no hay fuego, pero hay un montón de columnas de humo por doquier", dice con tono optimista. Quiere creer que lo peor ya ha pasado.

Hierro explica que ya el lunes por la tarde decidieron evacuar a los animales por precaución, si bien entonces las llamas todavía estaban lejos y adentro de las montañas de Els Ports. "Hicimos tres cuartos de hora de camino con los caballos hasta llegar a un centro hípico de la zona que se ha prestado a resguardarlos", relata este joven ganadero. El recorrido hasta llegar a la hípica fue "complicado y de muchos nervios", ya que los animales estaban nerviosos por las altas temperaturas y el humo.

Xerta se acercó el lunes a los 40 grados, una temperatura que las llamas que quemaban a poca distancia aún atizaban más. Por suerte, Hierro supo que la granja está sana y salva, ya que el fuego rodeó la zona ganadera, posiblemente por los trabajos de extinción de los bomberos. Lo demuestra que otros terrenos cercanos están calcinados.

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