Tribunales

El juez del caso Jubany cierra el asedio alrededor de dos sospechosos

El magistrado declara prescrita la causa para el resto y cierra la puerta a dos sospechosos más que había pedido la acusación

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L'advocat Benet Salellas y la familia de Jubany ante los juzgados de Sabadell en una imagen de archivo

BarcelonaLa culpabilidad o inocencia en el caso del asesinato de Helena Jubany, la bibliotecaria que murió después de que alguien la tirara al vacío hace 20 años en Sabadell, se decidirá alrededor de dos sospechosos: el principal investigado, Santi Laiglesia, para quien se reabrió el caso en verano de 2020, y otro hombre al que se empezó a investigar hace unos días por los anónimos que Jubany recibió días antes de su muerte. Los dos habían coincidido con la víctima en la Unió Excursionista de Sabadell (UES), junto con otra mujer que inicialmente también había sido investigada por el caso y la pareja de Laiglesia, que se suicidó en la prisión. El juez que lleva el caso ha decidido archivar la investigación para todas las personas que hasta ahora no habían tenido la condición de investigados.

Esta decisión –que se puede recurrir– deja fuera a otros sospechosos que la familia de Jubany había puesto en el punto de mira. De hecho, hace unas semanas la acusación, que lleva el penalista Benet Salellas, había pedido investigar a tres personas más. El juez aceptó revisar la causa para uno de ellos. Se trata de un hombre con el que Jubany había coincidido en la UES y del que se sospecha que podría ser el autor de los anónimos que la joven recibió días antes de ser asesinada.

Dos sospechosos y un punto de conexión

Helena Jubany murió el 2 de diciembre del 2001. Su cuerpo apareció en un solar de Sabadell. La tesis de la investigación es que la tiraron del bloque de pisos donde vivía la pareja del principal sospechoso del crimen, que también estuvo investigada por los hechos y que se acabó suicidando en la prisión de Wad-Ras tres meses después. La familia de Jubany considera que el autor o autores del crimen serían personas conocidas por la joven y que el nexo de unión sería el centro excursionista. La acusación siempre ha apuntado a Laiglesia como el principal sospechoso y ha querido acreditar que el hombre estaba en el bloque de pisos de su pareja en el momento de los hechos, porque residía ahí habitualmente. Inicialmente el juez archivó el caso contra el hombre por falta de indicios pero la familia ha aportado pruebas para intentar desmontar su coartada la noche de los hechos.

En agosto del 2020 la Audiencia de Barcelona ordenó reabrir la causa y el juez volvió a investigar a Laiglesia. Recientemente la familia Jubany también pidió investigar a tres personas más vinculadas a la entidad. El juez considera que una de ellas podría estar relacionada con los anónimos que la chica recibió días antes de morir y por eso también ha decidido investigarlo. Según el juez, estas misivas tienen muchos puntos de conexión con los mensajes que este hombre escribió a la chica por otros canales. Además, según declaró una amiga de Jubany, la joven sospechaba que el hombre podría ser el autor.

Inicialmente el juzgado investigó también a otra mujer por el crimen, pero el juez que reabrió el caso hace un año descartó su participación en los hechos y la acusación tampoco la incluye en la lista de sospechosos. A pesar de todo, como inicialmente también estuvo investigada, el caso tampoco habría prescrito para ella.

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