Tribunales

Un disparo por 5.000 euros: la confesión por el crimen del asesino de la Villa Olímpica no revela quién le ordenó

La Fiscalía ofrecía una rebaja de pena a los acusados ​​si delataban el cerebro de la ejecución

Juicio por la ejecución del asesino de la Villa Olímpica, Valentín Moreno
03/07/2025
3 min

BarcelonaValentín Moreno llevaba 18 años la noche que mató a Carlos Javier Robledo, de 24. Tras una noche de fiesta, Moreno y sus amigos dejaron una chaqueta en el suelo de un aparcamiento y mataron a golpes al primero que la tocó. Aquel crimen, el 1 de abril del 2000, le valió el apodo del "asesino de la Villa Olímpica" y ocho años de internamiento en un centro de menores. Por pocas horas no se le aplicó la jurisdicción de adultos como a los otros seis condenados por el crimen. 21 años después, el 18 de noviembre del 2021, Moreno era ejecutado en Sant Adrià de Besòs con un disparo por la espalda que le dispararon desde una bici.

Este jueves, un hombre se ha autoinculpado ante un jurado de la Audiencia de Barcelona explicando que cobró 5.000 euros por viajar desde Colombia con un compañero y ejecutarlo. En cambio, el hombre que está acusado de facilitar y ser cooperador necesario del asesinato aseguró que no le reconoce y se defendió diciendo que él sólo ayudó a un intercambio de droga.

En la fase inicial del juicio, el fiscal Félix Martín ya había anunciado que estaba dispuesto a rebajar las condenas que reclama —25 y 31 años— apelando a "la humanidad" de los acusados ​​para que expliquen "quién estaba detrás y quién dio la orden de matar" a Valentín Moreno. Pese a que la investigación apunta que la ejecución estuvo relacionada "con el mundo delincuencial en el que ejercía" Moreno, vinculado en los Casuales, un grupo criminal conocido en la ciudad, las acusaciones no han logrado procesar a las personas que habrían dado la orden. Tampoco lo desvelaron los dos acusados, pese al ofrecimiento del fiscal.

Desde que le detuvieron en Colombia en el 2024, Daniel Alejandro Díaz había defendido su inocencia. Con la confesión de este jueves intenta rebajar los 25 años de cárcel a los que se expone. Junto a él, también había viajado desde Medellín otro sospechoso que los investigadores no han podido localizar. La investigación no ha logrado aclarar quién de los dos era el ejecutor, y en el último momento Díaz ha afirmado que fue él quien disparó un solo disparo en la nuca de Valentín Moreno.

Según Díaz, fue un amigo de Medellín —Alexander, el sospechoso jamás localizado— quien le propuso aceptar juntos un encargo para viajar a Barcelona y realizar "un seguimiento por una deuda de dinero". El trabajo acabó en una ejecución en el último momento, según el procesado, que asegura que no imaginaba el encargo que le acabarían haciendo y se vio "forzado" a hacerlo.

Un ex de los Casuales les puso en contacto

Díaz comparte el banquillo de los acusados, separado por dos mossos d'esquadra, con Sergio Gutiérrez, que habría cobrado por ser "el enlace" entre los autores intelectuales y los materiales. Gutiérrez gesticulaba con incredulidad mientras escuchaba cómo Díaz le acusaba de facilitar todo lo necesario para matar a Valentín Moreno: intendencia, direcciones, móviles, vehículos, el arma que utilizaron y la bici desde donde disparó, que ahora se expone como prueba en el juicio. También detalló cómo Gutiérrez les enseñó a él ya Alexander todos los lugares que frecuentaba Valentín Moreno, como el bar donde solía reunirse con sus amigos, y dónde estaba a punto de llegar cuando lo ejecutaron.

Cuando fue su turno, Gutiérrez negó haber visto nunca al otro acusado, que lo acababa de señalar, pero sí admitió haberse reunido con Alexander. La versión exculpatoria de Gutiérrez involucra a uno de los testigos que declararán el viernes en el juicio: Javier Gómez, conocido con el apodo de Javidubi, exmiembro de los Casuales.

Según el acusado, en un momento de precariedad económica tras cumplir condena por tráfico de drogas, recurrió a Javidubi para que le ayudara a volver a involucrarse en la venta de drogas para ganar dinero. Javidubi sería quien le hubiera puesto en contacto con Alexander, pero según el acusado no fue para concretar una ejecución, sino para ayudarle a recibir un cargamento de droga que debía llegar al puerto desde Colombia.

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