La lava caída al mar hace crecer la isla entre cinco y diez hectáreas
El volcán ha destrozado casi 700 edificaciones y ha enterrado plantaciones enteras de plátanos
BarcelonaDiez días después de que entrara en erupción, la lava del volcán Cumbre Vieja, en La Palma, ha llegado al mar. Cuando el martes pasaban unos minutos de las 11 de la noche en las Canarias, las primeras coladas entraron en contacto con el océano, y desde entonces se ha formado una especie de pirámide o montaña sobre el mar, que ya tiene unos 50 metros de altura y se extiende por una superficie de entre cinco y diez hectáreas. La lava ha empezado a caer en la playa del Perdido, en Tazacorte, donde vecinos de varios núcleos se mantienen confinados en el interior de los edificios por prevención y hasta que no se reciban los resultados definitivos del seguimiento de los gases emitidos. Las autoridades insisten en que no hay riesgos para la salud para tranquilizar a una población inquieta por la aparición de estelas blancas en el cielo -al estilo del rastro que dejan los aviones- pero recomiendan a la ciudadanía que en el exterior se proteja los ojos y las vías respiratorias y tapen los recipientes de agua.
Al caer al mar, la lava del volcán ha empezado a formar un delta en la costa de Tazacorte que "poco a poco gana terreno al mar", según ha dicho el Instituto Español de Oceanografía. Los deltas de lava se forman con la solidificación de la lava al entrar en contacto con el agua: se enfría y rompe los fragmentos que se van depositando sobre el mar, formando una superficie no uniforme.
La oscuridad de la noche hizo difícil ver el instante en el que se empezaron a formar unas columnas de vapor, que pueden ser tóxicas. Pero con la salida del sol, las imágenes de lava en el mar son espectaculares. La conversión del tipo de erupción de estromboliana a hawaiana hizo que la lava más fluida y caliente se deslizara rápidamente sobre las coladas anteriores (300 metros por hora), y en pocas horas cubrió los 5 kilómetros de distancia hasta la costa. El magma se fue acumulando en un acantilado de 100 metros de altura y, poco a poco, fue cayendo al agua.
Según ha explicado a la televisión canaria Claudia Rodríguez, geoquímica de Involcan, cuando la lava ha tocado el mar se ha producido un gran choque térmico (la lava está a 1.000 grados y el agua a unos 20) y se ha formado una columna de vapor que también contiene ácido clorhídrico, que es tóxico. Los barrios más próximos están confinados y, según los expertos, la población tendría que mantenerse confinada hasta que se puedan monitorizar mejor los efectos de esta nube. Si bien en los primeros minutos la lava caía más poco a poco, a medida que ha avanzado la noche las imágenes han empezado a mostrar cómo la lava se convertía en un río brillante que, suavemente, cae al mar.
"Desperfectos irreparables"
El presidente del gobierno canario, Ángel Víctor Torres, ha confiado en que la vía que la lava ha encontrado hacia el mar deje de ampliar las coladas en tierra y, por lo tanto, de ampliar los daños que causa en la isla, que ya son 476 hectáreas. En una entrevista a la cadena Cope, Torres ha dicho que ya hay "desperfectos irreparables", porque la erupción ha destruido totalmente 656 edificaciones, y un centenar más han quedado afectadas parcialmente, así como más de 21 kilómetros de carreteras principales y secundarias, que han desaparecido bajo una gruesa capa de magma. Además, se han perdido cosechas enteras de plátanos y explotaciones agrarias.
Desde el mar, Eugenio Fraile, el jefe científico de la misión que está llevando a cabo el barco Ramon Margalef del Instituto Español de Oceanografía, ha explicado que ya se ha detectado "una decoloración de las aguas del océano", que se han vuelto de un color verde turquesa en la zona de afectación del impacto de la caída de la lava, que se encuentra cerca de una reserva marítima y es el hogar de tortugas, delfines, atunes y especies protegidas, así como una importante flora.
Con todo, los científicos confían en que se repita el patrón de la gran erupción marina que se produjo ante la costa del Hierro hace una década. Después de unos meses de desastre ambiental debido al gran volumen de magma derramado en las profundidades, finalmente la zona se recuperó rápidamente y la vida animal y la flora volvieron con mucha fuerza una vez la lava se asentó y se estabilizó.