La lava se traga casas y cultivos en La Palma mientras avanza hacia el mar

Se calcula que un centenar de viviendas han quedado sepultadas por la erupción

Ara
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Una casa quema por lava en la zona residencial de Los Campitos a Los Llanos de Aridane, en la isla canaria de La Palma

BarcelonaLenta pero imparable, la lava del volcán que ha entrado en erupción en la isla de La Palma avanza hacia la costa y podría llegar al mar esta tarde, hacia las 20 h hora local (a las 21 h hora peninsular). A su paso, el río de lava, de unos seis metros de altura , se "come literalmente" todo lo que encuentra a su paso, según ha explicado el presidente del Cabildo Insular de La Palma, Mariano Hernández Zapata: un centenar de casas han quedado arrasadas y la escuela de los Campitos, en el municipio de El Paso, ha quedado sepultada, así como infraestructuras y cultivos. El volcán está emitiendo entre 6.000 y 9.000 toneladas de dióxido de azufre al día. Hasta ahora, unas 5.000 personas han tenido que ser evacuadas debido al fenómeno natural, en una isla de unos 80.000 habitantes.

Los vecinos se lo miran con impotencia. La expectación que genera un espectáculo natural de estas proporciones da paso a la desolación de no poder hacer nada ante la fuerza de la naturaleza, que sepulta "el trabajo de toda una vida", dicen los habitantes que han perdido su casa. El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, se ha comprometido a ayudar a los afectados que han perdido casas o cultivos, así como a restablecer las infraestructuras arrasadas por la erupción, y el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, también ha asegurado que trabajarán para que la economía de la población "no quede dañada" y se pueda "recuperar todo lo que se ha dañado y perdido". A pesar de todo, recuperar para la agricultura el suelo volcánico que dejará la erupción será "un proceso bastante lento", puesto que podría tardar más de veinte años en volver a ser fértil, según ha explicado el investigador del Real Jardín Botánico Sergio Pérez Ortega.

Un antes y un después

Sea como fuere, parece claro que la erupción marcará un antes y un después en La Palma. El presidente de la Cruz Roja de las Canarias, Antonio Rico, ha alertado de que la erupción puede causar “un deterioro de la convivencia” para las personas que han tenido que interrumpir su actividad habitual por un tiempo imposible de predecir. Según Rico, han “dejado atrás” buena parte de su historia y de su vida. Es una “verdadera catástrofe”, ha advertido. En unas polémicas declaraciones, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha defendido en cambio que la erupción puede servir de "reclamo" turístico.

La duda ahora es cómo reaccionará el mar cuando llegue la lava. El plan especial de emergencias por riesgo volcánico de las Canarias (Pevolca) intensificará el dispositivo, porque se prevé que se generen explosiones y emisiones de gases nocivos. Capitanía Marítima ha establecido un perímetro de seguridad en el mar y por tierra también se impedirá el acceso. El catedrático de geología de la Universidad de Las Palmas José Mangas ha advertido de que los ríos de lava pueden crear una lluvia ácida cuando lleguen al mar. En cambio, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ve "poco probable en estos momentos" que se produzca lluvia ácida en las zonas pobladas a consecuencia de los gases tóxicos que salen de la erupción volcánica, a pesar de que es una hipótesis que no se puede descartar.

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