Fauna

¿Cómo lo hacen las hembras de bonobo para dominar a los machos?

Un estudio demuestra que ellas controlan las relaciones sexuales y la comida con solidaridad

Gloria, una hembra bonobo de la comunidad de Kokoalongo dejándose limpiar por otra compañera.
ARA
24/04/2025
3 min

BarcelonaSororidad femenina contra la agresividad masculina. Esta estrategia de supervivencia traspasa el género humano y también lo adaptan las hembras bonobo, los primates más cercanos al ser humano, junto con los chimpancés y que, como el resto de mamíferos, son menos corpulentas que sus compañeros machos. Partiendo de esta desventaja puramente física, las hembras aplican los dichos populares de la unión hace la fuerza o vale más ingenio que fuerza para poder ser superior a sus compañeros machos; Max Planck de Comportamiento Animal (MPI-AB, de sus siglas en inglés) que publica este jueves la revista Nature.

Durante tres décadas, los investigadores han examinado datos demográficos y de comportamiento en seis comunidades de bonobos salvajes en la República Democrática del Congo y han concluido que en el 85% de las coaliciones observadas, las hembras doman colectivamente a los machos, forzándoles a someterse y alzándose como líderes del grupo.

Esta dominación femenina entre los bonobos se constata, por ejemplo, en que son ellas que controlan las relaciones sexuales: cuándo y con quién se aparean es una decisión que toman las hembras, contrariamente a lo que ocurre en otras especies de mamíferos en los que los machos hacen valer esta superioridad física para someter a las compañeros. Las bonobos ejercen esa libertad sexual y son capaces también de rechazar pretendientes. Asimismo, éstos han aprendido también cuáles son sus límites y que no es no.

Junto al sexo, las hembras de la especie también tienen control absoluto sobre otra de las necesidades básicas para la supervivencia colectiva: la comida. Ellas son las primeras en darle el mordisco a los alimentos recolectados y también las que tienen la última decisión sobre cómo se reparte. De la observación, los investigadores describen que las hembras comen tranquilamente en el suelo, sin amenazas, mientras que los machos lo miran desde lo alto de los árboles esperando su turno. Ellas se encargan de supervisar y compartir una nueva matanza, por ejemplo.

Soporte mutuo

¿Cómo lo han hecho las bonobos para vencer la desventaja de la fuerza física para conseguir una sociedad matriarcal, donde todas las cuestiones más importantes pasan por sus manos? La solidaridad entre hembras, es decir, la sororidad, aplicando un concepto que ha popularizado el movimiento feminista que contradice la leyenda de que la competencia y las envidias de las mujeres hace imposible una auténtica compañerismo.

"Según lo que sabemos, ésta es la primera evidencia de que la solidaridad femenina puede invertir la estructura de poder sesgada por los hombres que es típica de muchas sociedades de mamíferos", afirma el profesor en biología evolutiva de Harvard, Martin Surbeck. "Es emocionante encontrar que las mujeres pueden elevar activamente su estatus social dándose apoyo mutuamente". Durante los treinta años de observaciones, el grupo siguió 1.786 conflictos entre machos y hembras. En la competición, ellas ganaron por goleada, en las que en 1.099 ocasiones se llevaron la victoria utilizando lo que los investigadores califican de poder femenino. Si con la fuerza no se puede vencer, es mejor buscar alianzas, "amigas que te apoyen", describe Surbeck.

Una de las particularidades que se concluye a partir de la larga observación es que las hembras establecen fuertes vínculos a pesar de no haber crecido juntas. Aún queda la incógnita sobre cómo y por qué se forman estas comunidades femeninas, pero Barbara Fruth, del MPI-AB, relata que cuando actúan para resguardarse o proteger a los hijos, gritan de forma tan estridente "que tienes que taparte las orejas". Se produce una corredera y una persecución del macho agresivo que, en alguna ocasión, ha terminado muerto en manos de las hembras. "Es una forma feroz de afirmar el poder", añade Fruth, para quien es otra forma de marcar los límites.

stats