Molac insta a Macron a reformar la Constitución a favor de la inmersión lingüística

Quiere incluir la promoción de las lenguas minorizadas, como el catalán, en el artículo 75

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El diputado bretò Paul Molac al acto de hoy a la UCE de Prades

PradesEl diputado bretón de la Asamblea Nacional Paul Molac, impulsor de la ley Molac sobre la protección y la promoción de las lenguas minorizadas en el estado francés, ha instado ahora al presidente de la República, Emmanuel Macron, a cambiar la Constitución francesa a favor de la inmersión lingüística después de que el Consejo Constitucional tumbara la medida que lleva su nombre. Concretamente, pide que se incluya en el artículo 75, en que ya se reconoce el patrimonio lingüístico del país. "Ahora es un buen momento, nadie se atrevería a posicionarse en contra a menos de un año de las elecciones [presidenciales francesas]", ha asegurado Molac en la 53 edición de la Universidad Catalana de Verano de Prades.

Molac ha explicado que sería "ideal" que la modificación se aprobara a través de una iniciativa legislativa propuesta por Macron y ratificada por el Parlamento, puesto que si lo propusiera la Asamblea Nacional habría que celebrar un referéndum. También ha asegurado que la opción de modificar el artículo dos de la Constitución, que señala el francés como la lengua de la República, sería "mucho más polémico" y para una parte importante de la sociedad gala podría ser visto como un ataque al francés. "La concepción política e ideológica francesa impone la unidad y excluye las identidades y lenguas diferentes", ha criticado el profesor de la Universidad de Perpiñán y miembro del Institut d'Estudis Catalans Alà Baylac-Ferrer, que también ha participado en la conferencia.

De hecho, el Consejo Constitucional suspendió los puntos de la ley Molac –que la Asamblea Nacional aprobó con 247 votos a favor y 76 en contra– sobre la inmersión lingüística en catalán, bretón, occitano, vasco y corso, entre otras, porque la "lengua de la República es el francés". Además, el tribunal superior censuró el uso de grafías que no existen en francés en los documentos del registro civil. Así, por ejemplo, todavía no se pueden poner nombres catalanes que contienen acento cerrado en la í, como Martí. La sentencia provocó manifestaciones multitudinarias en diferentes partes del estado francés, como Perpiñán. En cambio, el Constitucional sí que avaló otros aspectos de la ley, como las disposiciones que permiten que los ayuntamientos subvencionen los centros con una educación lingüística llamada regional, siempre que no sea inmersiva.

Así, la decisión de los magistrados ha dejado sin un marco legal claro la financiación de las escuelas concertadas que imparten una educación inmersiva pero que cuentan con dinero público y que a menudo utilizan edificios municipales. De momento, el primer ministro francés, Jean Castex, que fue alcalde de Prades y conoce la situación crítica del catalán en la Catalunya Nord, aseguró que las escuelas de educación inmersiva podrían iniciar el próximo curso sin ningún tipo de problema. En este sentido, todo apunta a que el gobierno francés dictará una circular para garantizarlo.

A su vez, la directora de la Escola Arrels-Vernet de Perpiñán, Elena Gual, ha defendido la necesidad de la inmersión lingüística y ha explicado que en los primeros años escolares solo enseñan en catalán porque para la mayoría de alumnos "es como aprender una lengua extranjera". Aún así, según Gual, "todos los alumnos acaban con un francés perfecto y, en cambio, con un catalán aceptable". "Y esto no es culpa de la escuela, sino del contexto lingüístico".

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