"Es un caos": las obras y las ferias saturan plaza Espanya
La coincidencia de dos ferias con las obras de prolongación de la L8 ha puesto al límite la capacidad de esta gran rotonda barcelonesa
BarcelonaEl semáforo se pone rojo para los coches y verde peatonal. Pero las personas que esperaban en la acera no pueden ocurrir. Varios coches y una moto atravesada se han quedado en medio del paso y es imposible encontrar un espacio por el que hacer pasar el cochecito o la bicicleta que cargan algunos de los peatones. "¿Puedes tirar, tú, un poco atrás?", le pide el motorista a un taxista. Dejan un pequeño espacio, por el que sólo cabe una persona y, poco a poco —y entre reproches—, los peatones serpentean los vehículos hasta llegar a la otra acera. Entonces, el semáforo vuelve a ponerse verde para los coches, que tampoco pueden avanzar porque hay un gran tapón de tráfico.
Esta escena de ayer, en la plaza de Espanya de Barcelona, se ha vivido repetidamente durante toda esta semana, sobre todo en las horas punta, entre las ocho y las diez y media de la mañana, tal y como ha podido comprobar el ARA. La coincidencia esta semana de las obras de la L8 de Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña (FGC) y dos ferias (Barcelona Wine Week en el recinto ferial de la plaza y la del clúster audiovisual al final de la Gran Vía) han convertido esta gran rotonda barcelonesa en un tetris gigante.
Las obras para construir la prolongación de la nueva L8 -que unirá plaza España con Gràcia- empezaron hace tres semanas después de dos décadas paradas y desde entonces mantienen cortados dos carriles, que dejan la plaza con 4 carriles de circulación. No son pocos, pero esta rotonda es un nudo de grandes arterias de la ciudad: confluyen la avenida Paral·lel, la Gran Via (en su salida sur) y también las calles de la Creu Coberta y Tarragona (que baja desde la estación de Sants). Muy cerca también desembocan las calles de Sepúlveda y Diputació, que son dos grandes afluentes de tráfico. Además, el centro de la plaza también es sitio de paso y parada de numerosas líneas de autobús, tanto urbanas como interurbanas y también del Aerobús. Es un lugar de peregrinación turística, en el subsuelo pasan varias líneas de metro y FGC y, finalmente, esta semana también se han sumado muchos más taxis y congresistas de lo habitual, a consecuencia de las dos ferias en marcha en la ciudad. Todo ello hace que la densidad de vehículos sea aún más alta de lo normal y que toda se vea obligada a circular concentrada en dos carriles menos.
"Hoy esto es un caos, realmente", apunta el vigilante del Metro. "Las obras llevan tres semanas en marcha, pero lo que está ocurriendo esta semana aún no lo había visto. De hecho, he salido aquí fuera para ver si es que pasaba algo y poder informar abajo", explica. En medio de la plaza, cargando unos listones de madera, uno de los operarios de las obras confirma la misma sensación. "Las obras empezaron hace tres semanas y claro, evidentemente, provocan más tráfico, pero nada hemos cambiado esta semana para que la cosa se complique tanto. Estamos en la misma fase de las obras ocupando sólo el espacio central", detalla el trabajador.
Ayer por la mañana, al menos dos decenas de taxis esperaban en fila (más o menos pacientemente) en la calle Tarragona. "He encolchado en la estación de Sants y llevaba a los clientes al recinto de la feria", explica un taxista. Después de 20 minutos prácticamente parados a pocos metros de plaza España, los clientes decidieron bajar y llegar andando. "Aquí me quedo, hasta que se pueda pasar", decía resignado el conductor mientras, al frente de la calle, en el cruce entre Tarragona y plaza Espanya, dos guardias urbanos intentaban poner orden.
Los pocos comerciantes que hay alrededor (la plaza de Espanya está enmarcada por una comisaría de los Mossos, el recinto ferial, una escuela, un hotel y el centro comercial de Las Arenas) también se miran las obras con resignación. "Tengo que decir que nosotros tenemos clientes de toda la vida y cuando quieren o necesitan venir, vienen igualmente", explica la dependienta de la pastelería Abril. "Algunos llegan muy cabreados, eso es verdad: ¡el otro día un hombre que viene desde la Zona Franca, al otro lado de la montaña de Montjuïc, me decía que había tardado 45 minutos en atravesar la plaza con el coche!", recuerda. "También pienso que quizá debemos entender que las obras están a fin de bien y que no siempre hay que ir en coche hasta la puerta de los sitios", admite la trabajadora. Muy cerca, el propietario de una tienda de ropa coincide en que "las obras son progreso". "Cuando dentro de dos años tengamos el metro funcionando y eso arreglado todo el mundo lo agradecerá. A mí no me preocupan las obras por el negocio, me preocupan los impuestos", reivindica. Las obras, que no sólo afectan a la movilidad en plaza Espanya, sino también en otros puntos como la plaza de Gal·la Placídia o la calle Urgell, tienen un calendario de ejecución de cinco años vista y el gobierno no prevé que la línea se pueda poner en marcha antes del curso 2029-2030.
El Ayuntamiento hace un llamamiento a utilizar el transporte público
Ante este complicado escenario el Ayuntamiento de Barcelona hace un llamamiento, sobre todo a los congresistas, a dejar el coche y llegar hasta plaza España en transporte público. "La recomendación es evitar circular por zonas de obras, siempre que sea posible, y utilizar el transporte público ferroviario", apuntan fuentes municipales. Los portavoces del consistorio remarcan que "esta recomendación también va dirigida a los asistentes a eventos de Fira de Barcelona. El uso del transporte público por parte de congresistas experimenta un crecimiento año a año".
El gobierno municipal también recuerda que el tráfico está previsto que se restablezca "parcialmente" en la zona de plaza Espanya a partir de la próxima semana. "En las próximas semanas está prevista la recuperación de capacidad en la avenida Paral·lel, con un carril de circulación en sentido mar y un carril bus en sentido montaña", aseguran. Esto implicará el regreso de las paradas del Paral·lel que provisionalmente se encontraban desplazadas a la avenida Maria Cristina.