Los jóvenes de 16 a 18 años podrán conducir coches eléctricos pequeños con un nuevo carné de conducir

La DGT exigirá el seguro obligatorio a los conductores de patinetes y acortará el plazo de renovación del permiso para personas mayores

ARA
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Un coche eléctrico en Barcelona, en una imagen de archivo

BarcelonaConducir un turismo con dieciséis años será posible en el Estado antes de 2030. La Dirección General de Tráfico impulsará un nuevo carné de conducir que permitirá a los jóvenes de entre 16 y 18 años conducir un vehículo eléctrico pequeño que no supere los 90 km/hora. La medida forma parte de un plan estratégico que pretende reducir la siniestralidad a las carreteras en 2030 y que incluye otras novedades: se obligará a los conductores de los patinetes a tener un seguro obligatorio, se acortará el plazo de renovación del permiso para personas mayores y se fomentarán los exámenes de conducir con coches con cambio automático.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha justificado este jueves la puesta en marcha del nuevo carné para menores para facilitar la movilidad de los jóvenes en el ámbito rural y fomentar la igualdad de oportunidades con los chicos y chicas que viven en entornos urbanos y tienen más acceso al transporte público. Marlaska ha recordado que este nuevo carné está previsto a la directiva europea de carnets de conducir y que ya se aplica en Francia, con “buenos resultados”. 

Hasta ahora, los vehículos eléctricos de hasta 400 kilos y que no pueden superar los 90 km/hora solo se podían conducir con el carné B, que es el que tienen los conductores de turismos mayores de 18 años. El nuevo carné para menores pasará a denominarse B-1 y, según el ministerio, permitirá que los jóvenes conozcan el tráfico de la mano de la movilidad eléctrica y, así, lleguen a la edad adulta con una sensibilización completa hacia este tipo de vehículos. 

La estrategia del Gobierno español también pasa por reducir la siniestralidad y reducir al 50% las víctimas mortales –de las 1.755 de 2019 a no más de 877– y los heridos graves en las carreteras. En total el nuevo plan de seguridad vial prevé 62 líneas de actuación. Este año y de cara al próximo la apuesta se centra sobre todo en la educación y la formación, y también en la implantación de una regulación más amplia para los vehículos de movilidad personal, sobre todo los patinetes.

Hasta ahora tan solo existían normativas a nivel local y hacía tiempo que diferentes municipios, como el Ayuntamiento de Barcelona, pedían el impulso de un marco legal estatal para poder regular ámbitos a los cuales no tenían acceso por falta de competencias, como por ejemplo la posibilidad de exigir un seguro personal obligatorio de responsabilidad civil a los propietarios de los patinetes. Además, también se hará obligatorio el uso del airbag para las pruebas de circulación en moto en los exámenes de conducir para el permiso A, es decir, para motocicletas de alta cilindrada.

Mejorar las carreteras secundarias

Otra de las medidas que se implantará en los dos años próximos es la revisión de los planes de renovación del carné de conducir. La intención es adaptarse a la directiva europea que apuesta por reducir el plazo de renovación del permiso para las personas mayores y ampliar el de las personas jóvenes.

En cuanto a las infraestructuras, la DGT quiere ampliar los tramos de carreteras secundarias con dos carriles por sentido separados por una mediana y actualizar el código de señales de tráfico. El objetivo es que la existencia de estas vías también ayude a reducir la siniestralidad. En este sentido, el propósito es reducir a la mitad el número de víctimas mortales en las carreteras de cara a 2030. 

El director de la DGT, Pere Navarro, ha asegurado que hay que trabajar más para reducir la siniestralidad entre los colectivos más vulnerables, sobre todo los motoristas, que suponen un 15% de los conductores españoles y representan ya el 27% de las víctimas mortales en el Estado. Según Navarro, también se tienen que dedicar esfuerzos a otros “desafíos”, como evitar las distracciones al volante, que desde 2016 son la primera causa de los accidentes mortales en las carreteras. Las directrices del plan serán revisadas de aquí cuatro años.

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