¿Qué piensa el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española de los abusos y del Procés?

BarcelonaEl arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha sido elegido este martes nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Con 70 años, el sustituto de Joan Josep Omella ha sido elegido por mayoría absoluta (48 votos de 78) en una votación que sitúa en los próximos cuatro años a un perfil claramente conservador al frente de la institución. Crítico con el hecho de que se ponga el foco de la pederastia en la Iglesia –ha llegado a matizar su alcance– y con polémicas opiniones contrarias al aborto, la eutanasia, la ley trans o la Agenda 2030, en su primera intervención tras ser escogido abogó por una actitud "leal, respetuosa y crítica" con el gobierno español.

Nacido en Meneses de Campos (Palencia) en 1953 y licenciado en derecho civil, Argüello ya había sido secretario general y portavoz de la CEE entre 2018 y 2022, año en que se puso al frente de la archidiócesis de Valladolid. Ahora accede a la presidencia tras imponerse al joven cardenal-arzobispo de Madrid, José Cobo, de perfil progresista y cercano al papa Francisco, y al arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. Cobo, nacido en Jaén hace 58 años, fue elegido finalmente vicepresidente de la Conferencia para este mandato, en sustitución de Carlos Osoro.

Uno de los principales retos que deberá afrontar la institución en esta nueva etapa es el impulso del plan de reparación de las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia, aprobado por la CEE el pasado noviembre. Argüello, que en los últimos años llegó a defender que se trata de "pequeños casos" y pidió "no juzgar con la mentalidad de hoy los abusos de hace 40 años", evitó concretar cuál será su línea de actuación en este ámbito. Por el contrario, se ha acercado a saludar a los representantes de las víctimas que se concentraban en las puertas de la sede de la Conferencia. "Seguiremos quedando con todas las asociaciones de víctimas para tener un diálogo fluido", ha prometido Cobo.

Las declaraciones sobre la pederastia de Argüello no son las únicas con las que ha encendido la polémica. En 2018, ya como secretario general de la CEE, defendió que los sacerdotes deben ser "enteramente varones, por tanto, heterosexuales", y un año después avaló la "sanación espiritual" de los homosexuales. En su hemeroteca también se pueden encontrar críticas a los derechos al aborto y al cambio de sexo, entre otros, y su elección ha sido celebrada a través de X por el vicepresidente ultra de Castilla-La Mancha, Juan García-Gallardo (Vox): "España necesita una Iglesia católica [...] e incómoda para el poder, que no tenga miedo de nadar a contracorriente, a atacar a la industria de la muerte y la Agenda 2030. Estoy seguro de que monseñor Luis Argüello será ese líder que necesita la Iglesia", ha añadido.

A pesar de su historial, el teólogo y párroco de Santa Maria del Mar, Salvador Pié-Ninot, rechaza definirlo en conversación con el ARA como "conservador duro". "Es moderado", defiende, pese a admitir –eso sí– que Cobo era un candidato más progresista. Considera, sin embargo, que si el joven prelado no ha sido elegido presidente no ha sido por una cuestión ideológica, sino porque todavía es "muy joven". Sobre Argüello, al que conoce bien y al que se refiere como alguien "muy cultivado" y con una gran "cultura política y social", asegura que no es "sectario" y que, en cuestiones de relevancia política como la amnistía, su papel será el de "pacificar".

A favor de los indultos, en contra del derecho a decidir

Pié-Ninot hace referencia, en este sentido, a las controvertidas declaraciones del actual secretario general de la CEE, Francisco César García Magán, en referencia a la medida de gracia acordada por el PSOE con el independentismo: "Si no respetamos el imperio de la ley, la alternativa es la tiranía", dijo el pasado diciembre. "Esto no se puede hacer cuando se tiene un cargo así", sostiene el teólogo, convencido de que con Argüello el enfoque será distinto. El nuevo presidente, de hecho, se posicionó a favor de los indultos cuando ejercía de portavoz de la Conferencia, y apostó por la medida como forma de generar un "clima de amistad civil y fraternidad" y de "abordar una cuestión enquistada". Por el contrario, se ha expresado contra el derecho a decidir de Catalunya porque –dijo– "no es moralmente legítimo".

A la espera de ver cuál será su actitud a partir de ahora como presidente, en la rueda de prensa de este lunes sí ha defendido el deseo de la Iglesia de "estar presente en la vida pública" y trabajar por el "bien común". "La sociedad española tiene un anhelo oculto, pero a veces muy expresado, de encontrar fuentes para una regeneración ética y espacios para encuentros y reconciliaciones", añadió. También ha apostado por trabajar en el abordaje de las "pobrezas materiales" que dificultan a los jóvenes el hecho de "contraer matrimonio" y formar una familia o que complican la "realidad de los migrantes".