Cabalgata de Reyes

Los Reyes Magos: "Os traemos la lluvia que tanto nos habíais pedido!"

Ni la lluvia ni el frío hacen sombra a la llegada de Sus Majestades a Barcelona, ​​pero algunos municipios han anulado las cabalgatas por el mal tiempo

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Lluvia en plena exhibición de la Cabalgata.

Barcelona"Nunca había mirado tantas veces la previsión del tiempo", asegura una mujer de primera fila que lleva horas esperando con sus dos hijos a que los Reyes Magos lleguen a Barcelona. Y por más que todos los presentes hayan abierto la aplicación del tiempo del móvil un sinfín de veces esperando buenas noticias, la previsión no ha fallado.

Antes de la entrada triunfal de Sus Majestades y bajo un cielo amenazante, la guardia montada a caballo ha salido del Parque de la Ciutadella con un poco de retraso para anunciar que el momento más mágico del año estaba a punto de empezar . Con los primeros sonidos de los tambores de la compañía Brincadeira que encabeza la cabalgata, un mar de gente que todavía utiliza el paraguas de bastón se ha levantado de repente. Como si se tratara de una coreografía ensayada, padres y madres levantan a los más pequeños a hombros de manera simultánea para que no se pierdan ningún detalle. Desde lo alto de uno de los cientos de escaleras que las familias han traído de casa, Ot comenta a su hermano pequeño con un paraguas en la mano: "Ves, si no llueve lo podemos poner al revés y es como si fuera una bolsa gigante". Mientras comentan la jugada, el paje Estrella pasa por delante suyo con una gran carroza de 20 metros de largo y una estrella fugaz que guía el camino haciendo brillar más de 48.000 luces de led.

Poco después, llega la carroza más antigua de la cabalgata de Barcelona, ​​la de los pajes carteros. Con un gran rótulo de Correo Real y acompañada de la música Ilusión del autor gelidense Joan Manuel Pagan, sirve de transporte para los pajes que todavía dan la última oportunidad para que los más despistados puedan enviar las cartas a los Reyes. Unas filas más atrás, Bruna, que no tendrá más de cuatro años, llora preocupada con la carta en la mano en los hombros de su padre. La madre, que carretea los gorros y bufandas de los tres, entra en acción como si fuera una superheroína: "Dámela a mí, pediré que me hagan espacio y entregaré la carta al paje!" La niña se la da sin estar demasiado convencida y la mujer se desliza entre la multitud para completar la misión.

Cuando todavía nadie ha conseguido ver a los Reyes Magos, la lluvia estalla y provoca un momento bastante caótico. Mientras pasa el querido paje Gregori acompañado de un nuevo cortejo con interpretación de lengua de signos, todo son correderas, paraguas que se abren rápidamente y conversaciones rápidas entre adultos: "¿Qué hacemos? Y si lo dejamos para el año que ¿viene?", propone un hombre con un niño en brazos que duerme abrigado con una chaqueta que imita las orejas de un oso polar. Pero un mensaje hace que todo el mundo se detenga de golpe: "No sufra, llueva, nieve o haga viento... ¡Ya estamos aquí!", anuncia uno de los pajes de la carroza del rey blanco.

A los pocos segundos el rey Melchor, que tiene una sorprendente retirada en Mag Lari, saluda con entusiasmo. "Ya es fuerte que después de un año y medio sin ni una gota ahora caiga ese chaparrón", comenta un anciano que ha acompañado al hijo y la limpia a ver el espectáculo. No hay tiempo para contemplaciones, porque tras la carroza de los juguetes donde hace rato que bailan los integrantes de la compañía Brodas llega la segunda gran celebridad de la noche: el rey Gaspar.

Llegada de los Reyes Magos al puerto de Barcelona por la cabalgata de Reyes.

"¡Os traemos la lluvia que tanto nos había pedido!", exclama el paje del rey rubio. Desde una carroza nueva de trinca, el rey Gaspar, que perfectamente podría ser el hermano de la concejala del Ayuntamiento de Barcelona, ​​Laia Bonet, echa besos bajo un paraguas transparente. Desde el suelo, empapadas y con restos de nieve artificial pegada a la chaqueta, Greta y Sofía discuten para decidir si el rey ha saludado a una u otra. "Si ve que se enfada sólo le traerá carbón", advierte su madre con cierto cansancio. "Viendo cómo llueve, ya podrían acelerar un poco", se queja. , llega el tercer rey. El rey Baltasar, que es la viva imagen de Olamide Adisa, de la plataforma The Voodoo Club, también estrena carroza. Ahora que la lluvia ha aflojado un poco, el rey negro sonríe a los valientes que se han quedado a esperarle mientras suena la voz de la cantante Tutti Mane.

Pero todavía queda la guinda del pastel: la carroza del carbón y sobre todo, la última, la de los caramelos. Con una gran caramelera, las mascotas del Tibidabo cierran la noche más mágica del año con una lluvia dulce. "Suerte que hemos aguantado", grita Gala abrazando a su madre. Ella le contesta: "Ahora hacia casa, pijama ya dormir".

Sus Majestades en polideportivo por la lluvia

Aunque la lluvia ha permitido hacer las cabalgatas de las principales ciudades de Cataluña, en ciertos municipios del Maresme, como Alella, Cabrils y Masnou, han decidido suspender la rúa por el mal tiempo y han hecho que los niños recibieran Sus Majestades en los pabellones municipales. Otros municipios han alterado el recorrido por la lluvia. En Tarragona, los Reyes han amarrado su barco en el puerto y han ido hasta la plaza de la Font para recibir las llaves de todas las casas; en Lleida, Sus Majestades han llegado en tren y han hecho un espectáculo itinerante de más de 2 kilómetros, y en Girona, Melchor Gaspar y Baltasar han recorrido las calles de la ciudad bajo una fina lluvia que muchos llevaban días deseando.

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