Un rompecabezas de restricciones: el estado de alarma se queda corto

Las comunidades pugnan por ampliar el toque de queda pero Illa mantiene que el decreto actual es suficiente

Mariona Ferrer I Fornells
3 min
El Govern tanca bars i restaurants.

MadridEn el mapa de restricciones de España por la tercera oleada del coronavirus queda espacio para pocas medidas más que no sean el confinamiento domiciliario. El aumento de los contagios, que ha llevado al Estado a superar el pico de la segunda oleada, con una incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes los últimos 14 días de hasta 714 casos -pero en comunidades como Extremadura, de 1.412-, ha obligado a las comunidades a exprimir al máximo las medidas recogidas en el estado de alarma actual, en vigor desde octubre. Los gobiernos de Castilla y León, Andalucía y Galicia (gobernadas por el PP) han abanderado una campaña para poder decretar confinamientos domiciliarios como en primavera y, si no es posible, al menos avanzar el toque de queda nocturno a las 20 h o las 18 h, una propuesta a la cual se han unido gobiernos de otros colores políticos como por ejemplo el de Catalunya, siempre que se mantengan las competencias.

Este debate se dirimirá este miércoles en una nueva reunión telemática del Consejo Interterritorial de Salud. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha abierto la puerta a avanzar el toque de queda a las 20 h, pero lo subordina a aprobar un nuevo estado de alarma o ampliar el actual y que lo vote el Congreso -obligando así al PP a retratarse después de haber facilitado con una “abstención crítica” la prórroga de seis meses-. De todos modos, la Moncloa mantiene que el estado de alarma actual es suficiente para doblar la curva de la tercera oleada. Es más, recuerda que en este caso se cuenta con una “arma terapéutica”, la vacuna de Pfizer, que dentro de pocos días ya habrá inmunizado a las primeras residencias que recibieron las dosis. Fernando Simón, el epidemiólogo de cabecera del ministerio de Sanidad, mantiene que hay que esperar a efectos de las nuevas restricciones y apunta a un ligero descenso en el ritmo de crecimiento de contagios a pesar de la situación todavía crítica.

Madrid, a la cola en medidas

Las comunidades han multiplicado desde el final de las fiestas de Navidad las restricciones. El día después de Reyes podía parecer que Catalunya era la zona con unas medidas más severas por el cierre de comercios en fin de semana, pero la decisión de Castilla-La Mancha de cerrar toda la hostelería y los comercios no esenciales ha marcado un camino para el resto de comunidades según los indicadores epidemiológicos. El País Valenciano también decidió el martes cerrar bares y restaurantes y los comercios a partir de las 18 h, informa Daniel Martín.

La tendencia es la siguiente: reducir el grupo de reuniones privadas de seis a cuatro -Catalunya lo ha hecho solo en la hostelería-, avanzar el toque de queda a las 22 h -si pudiera ser, antes, a las 20 h, como Castilla y León, cosa que ha sido recurrida por el gobierno español-, el confinamiento perimetral de todos los municipios y, finalmente, cerrar todos los comercios que no sean esenciales y bares y restaurantes.

En la otra cara de la moneda, en cambio, se sitúa Madrid. A pesar de tener una incidencia acumulada más alta que la catalana, una presión hospitalaria también superior y situarse en el 42,1% en la presión en las UCI -cinco puntos menos que en Catalunya-, la única medida que ha tomado es avanzar el toque de queda de las 00 h a las 23 h y cerrar la hostelería a las 22 h (hasta el pasado domingo podía cerrar a medianoche), además de seguir confinando por zonas de barrios y municipios con alta incidencia. A diferencia de sus compañeros de partido, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, se niega a avanzar el toque de queda. “Para arruinar todavía más la hostelería en España, no cuenten conmigo”, señaló ayer. Este miércoles el debate cristalizará en el Consejo Interterritorial e Illa tendrá que decidir si amplía el estado de alarma.

stats