Salud

Adiós a la curva de la infelicidad: el malestar emocional aparece a edades más jóvenes

La precariedad económica y los ideales inalcanzables que se difunden en las redes empeoran la salud mental juvenil

Una imagen de archivo sobre una radiografía de la salud mental en la juventud.
Màrius Lamor
27/08/2025
4 min

BarcelonaDesde 2008 el bienestar durante la vida humana se ha representado con un gráfico con forma de U. Según esta idea, la felicidad de las personas es elevada a la infancia y la juventud, pero disminuye con el paso de los años hasta llegar al punto más bajo en torno a los cuarenta o cincuenta años, un descenso vinculado al estrés y las preocupaciones de la vida. A partir de esa edad, el bienestar volvía a subir. Esta teoría se conoce popularmente como la "curva de la felicidad". Cuando se invierte esta U, los economistas pasan a hablar de "curva de la infelicidad", puesto que lo que representa es el malestar asociado a la edad. Sin embargo, ahora un estudio afirma que el deterioro de la salud mental de los jóvenes ha eliminado el comportamiento típico de esta figura.

La conclusión principal de la investigación, liderada por David Blanchflower –uno de los desarrolladores de la teoría de la curva de la felicidad– del Dartmouth College (EE.UU.), en colaboración con otros investigadores, es que el patrón clásico de infelicidad según la edad (U invertida) ha desaparecido, ya que el malestar mental ha crecido entre los jóvenes y es entonces cuando va bajando con la edad. Los autores aseguran que se trata del primer documento que demuestra esta tendencia y atribuyen el deterioro de la salud mental juvenil como principal causa de este cambio. Además detallan que se trata de un fenómeno global.

Los resultados, publicados este miércoles en la revista científica PLOS One, plantean un cambio enorme respecto a las investigaciones anteriores, cuando el malestar mental alcanzaba su punto máximo en la edad media. Por este motivo, los autores alertan sobre la grave crisis de salud mental que sufren los jóvenes de hoy, y que es necesario abordar.

El estudio determina una serie de factores que podrían explicar el malestar emocional de los jóvenes, entre ellos el limitado poder económico, la dificultad para acceder a la vivienda y el impacto de las redes sociales. En esta línea, el psicólogo y vicesecretario del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya, Roger Ballescà, asegura que los jóvenes de ahora tienen "motivos por los que preocuparse", como los citados en el estudio.

Incertidumbre por el futuro

"Si pensamos que la juventud vive de espaldas a esto nos estamos equivocando", comenta Ballescà. Según explica, esta dificultad para adaptarse a la realidad social está provocando un aumento de la demanda de atención en salud mental de jóvenes y niños por los llamados "trastornos adaptativos" (o reactivos), que son aquellos que aparecen en un contexto social, económico o cultural determinado. Son ejemplos de ello la ansiedad o los trastornos alimenticios.

Más allá de esta incertidumbre por el futuro, Ballescà identifica otros factores que influyen en el malestar de los jóvenes: "Vivimos en una sociedad con un modelo de felicidad muy superficial basado en el hedonismo –centrado en el placer– en el que se entiende la felicidad como la ausencia de malestar", dice. Además, hace hincapié en que las redes sociales lo han potenciado (sobre todo por las comparaciones sociales) y se ha generado una expectativa social muy alta sobre lo que es ser feliz. "El malestar no se considera como parte constitutiva del hecho de vivir, sino una irregularidad", subraya.

Ballescà coincide con el estudio en que la pandemia por la covid-19 ha sido un "catalizador" de esta situación, y no una causa. "El confinamiento aceleró tendencias que ya venían de antes, ya que las consultas por salud mental iban al alza antes del 2019", comenta, y no cabe duda de que la situación estallaría tarde o temprano.

No todo es un trastorno mental

"El hecho de que los jóvenes expresen más infelicidad que antes no quiere decir que tengan más trastornos mentales", matiza el experto, y considera esencial recalcar que la felicidad es un concepto "muy subjetivo" y es arriesgado vincularle con la salud mental, aunque a menudo vayan en paralelo. "De lo contrario, podemos dar a entender que una persona infeliz significa que tiene un problema de salud mental", advierte.

Por poner un ejemplo, el experto explica que una persona que atraviesa una situación económica complicada se sentirá infeliz a consecuencia de este hecho, pero eso no significa que tenga una patología mental. Con ello, se refiere nuevamente a que es un tipo de infelicidad vinculada al entorno –o sea, a los trastornos adaptativos anteriormente denominados–, y debe tratarse desde un punto de vista social y no sanitario, ya que no es estrictamente una patología mental como la psicosis.

Ante esta situación, la doctora en psicología y especialista en psicología clínica, Maite Garaigordobil, destaca que el estudio deriva en una serie de implicaciones educativas y sociales sobre las que debería incidir. En declaraciones al SMC, comenta que es necesario reforzar la necesidad de desarrollar estrategias en los centros educativos con el fin de identificar signos de malestar, promocionar espacios de diálogo donde el alumnado pueda expresar preocupaciones y puedan hablar de sus problemas de salud mental con el fin de erradicar el estigma en torno a este ámbito, así como diseñar políticas públicas que apoyen a las nuevas generaciones frente. También subraya que es necesario investigar más a fondo las causas de este aumento del malestar y de los problemas de salud mental en la adolescencia y la juventud.

stats