Indemnización millonaria para Luca, el niño que quedó parapléjico en una operación "sencilla" en el San Juan de Dios
La familia llega a un acuerdo con el CatSalut que "no compensa" el sufrimiento de los últimos cuatro años
BarcelonaEl segundo hijo de Carla, Luca, nació sano, pero sus padres se dieron cuenta de que tenía una pequeña malformación en los genitales: uno de sus testículos no había bajado como se espera a partir de los seis meses de vida. Tras celebrar el primer aniversario del pequeño, los padres le llevaron al Hospital Sant Joan de Déu para que le operaran de esta disfunción, "una operación sencilla y ambulatoria" que debía permitir bajar el testículo dentro del escroto . Un "cúmulo de errores", sin embargo, obligó a Luca a ingresar en el centro, primero en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y luego en planta. Aunque la operación fue bien, la criatura salió del hospital tres meses después con una paraplejía completa. Necesitaría silla de ruedas de por vida por una complicación médica. Cuatro años después, la aseguradora del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) ha indemnizado a la familia con 1,5 millones de euros; una cantidad que tanto Carla como Oscar, su padre, coinciden en que "no compensa nada".
Tras la operación de testículo, Luca empezó a tener fiebre y los padres le llevaron de urgencias a el hospital. Al empeorar, los profesionales le ingresaron en la UCI con un diagnóstico compatible con sepsis, que es una infección generalizada en el cuerpo, y no fue hasta una semana después que los médicos detectaron que tenía una peli película de pus que le obstruía la médula. Fue la madre quien alertó a los profesionales porque detectó un bulto rojo en la espalda, concretamente en la zona donde siete días antes le habían hecho la punción para la anestesia. Según la asociación El Defensor del Paciente, cuando los profesionales del centro le pusieron la anestesia, le inocularon una bacteria de origen intestinal (E. Coli) y, además, hubo un retraso diagnóstico de la infección una vez ya estaba en la UCI.
Luca tuvo que operarse de urgencia por la infección en la columna porque llevaba seis días con la médula oprimida. La consecuencia de esta problemática le dejó parapléjico de por vida y, además, su infección le provocó una acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro, que se conoce como hidrocefalia. Ahora Luca debe llevar una válvula en el cerebro para drenar la acumulación de líquido.
Luca tiene ahora cinco años y medio y tiene dependencia absoluta de una tercera persona: no controla los esfínteres y necesita sondajes cada tres horas. Oscar ha dejado de trabajar para ayudar a su hijo: además de necesitar ayuda por cosas básicas, como ir al baño, tiene muchas complicaciones respiratorias; cuando tiene un resfriado, habitualmente termina en bronquitis y debe ir con regularidad al neumólogo y al urólogo. Los padres le siguen llevando al Hospital Sant Joan de Déu para hacerle los controles rutinarios e intentan "hacerle la vida más fácil" aunque la paraplejía no cuida, explica al ARA el Oscar.
Pactar para recibir la indemnización
La abogada de la familia, Luisa Blanco, ha explicado que el pasado diciembre llegaron a un acuerdo con la aseguradora del CatSalut y finalmente no irán a juicio, previsto para este enero. "Hemos tenido que pactar", reconoce Oscar, quien ha remarcado que lo han hecho porque los tratamientos y las necesidades de Luca son caros y no podían alargar más el litigio. De hecho, cuando iniciaron el procedimiento, encontraron muchas dificultades para contratar a un perito médico que acreditara la situación de su hijo. "Al ser un hospital tan grande, nadie quería mojarse", lamenta.
Por último, la aseguradora del CatSalut y los padres del niño han llegado a un acuerdo y la familia recibirá 1,5 millones de euros. Aún así, la abogada criticó a la aseguradora por no "asumir su responsabilidad" y defendió que estos procedimientos judiciales deberían evitarse. Fuentes del Hospital Sant Joan de Déu consultadas por el ARA lamentaron el caso, pero remarcaron que "no se ha demostrado ningún tipo de negligencia médica" por parte de los profesionales del centro. Las mismas fuentes han argumentado que en cualquier práctica clínica se pueden derivar daños y complicaciones, pero que se dan de forma muy infrecuente.
Luca ahora va a la escuela Jaume I de Barcelona. La familia pidió al CatSalut que un profesional les ayudara con los sondeos para evitar que el padre acudiera cada día al centro a asistirle, pero no salieron adelante. Ahora, finalmente han encontrado una solución: los profesores se ofrecieron a hacerlos si Oscar se lo enseñaba y ahora son ellos quienes ayudan al niño mientras está en el centro. Carla explica que quiere seguir luchando para que Luca sea feliz y admite que, más allá de los problemas de salud que sufre, y que no pueden evitar, les preocupa la exclusión social que pueda sufrir.