Ola de calor

Un julio mortífero: la ola de calor ha provocado 180 defunciones

El 86% de los difuntos eran personas frágiles de más de 75 años, según el MoMo

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Un hombre y una mujer se refrescan a la fuente de Canaletes durante una oleada de calor

BarcelonaEl calor intenso de este mes de julio, uno de los más sofocantes de la última década, ha provocado la muerte de 180 personas en Catalunya y 2.176 en todo el Estado. El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), la herramienta que radiografía los excesos de mortalidad respecto a otros años, estima que entre el 1 y el 30 de julio de este año se han producido el doble de muertes atribuibles a las altas temperaturas que en el mismo periodo del 2019, el último año sin el sesgo del coronavirus. Entonces Catalunya registró 93 defunciones relacionadas con los episodios de calor, mientras que en toda España se notificaron 1.087.

Julio de este año se ha convertido en el mes más mortífero debido al calor que se ha registrado desde que se puso en marcha este sistema, que se nutre a partir de los registros civiles, las temperaturas según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y la población por edad, sexo y lugar de residencia del Instituto Nacional de Estadística (INE). El pico de sobremortalidad se ha producido entre el 17 y el 19 de julio, coincidiendo con el momento más álgido de la ola, cuando el mercurio marcaba temperaturas superiores a los 40 ºC en prácticamente todo el Estado. Seis comunidades autónomas han concentrado el 70% de las defunciones atribuibles al calor: Madrid (486), Castilla y León (338), Andalucía (268), Castilla-La Mancha (183), Extremadura (143) y Galicia (136).

En los primeros siete meses del año, el MoMo calcula que han muerto 352 personas más de las esperadas por las condiciones meteorológicas en Catalunya, 4.090 en todo el Estado. Y a pesar de que se tienen en cuenta las defunciones por golpes de calor (cuando se considera que el aumento repentino de la temperatura corporal es la causa directa de la muerte) como las de los trabajadores municipales en Madrid, estas representarían poco más del 2% de los casos que se incluyen en el MoMo, según informa el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). En efecto, la mayoría de los certificados indican que la persona ha sufrido una descompensación metabólica; es decir, se ha deshidratado y su organismo se ha visto incapaz de adaptarse y reaccionar contra el calor, lo cual ha agravado insuficiencias renales, cardíacas y respiratorias preexistentes.

El hecho de que el calor sea la causa indirecta de la muerte explica por qué el 86% de los certificados de muerte compatibles con estos episodios de calor (dos desde el inicio del verano) corresponden a personas frágiles y de más de 75 años, más susceptibles a no poder reaccionar adecuadamente a la exposición a las altas temperaturas. Ahora bien, se han notificado muertes en todos los grupos de edad (por ejemplo, una decena de defunciones en todo el Estado corresponden a menores de 14 años, una de ellas en Catalunya).

352 muertos en siete meses

El MoMo no proporciona datos reales de defunciones, sino que hace una estimación estadística de excesos de mortalidad comparando series históricas. Además, esta cifra no se puede considerar consolidada hasta que ha pasado al menos un mes desde su publicación, puesto que siempre hay retrasos en la notificación. Los datos sí que permiten hacerse una idea de la evolución de la mortalidad en episodios de altas temperaturas como los actuales y, de momento, constatan que las muertes por calor se han disparado, como mínimo, en comparación con julio del 2018.

Hace cuatro años (ver gráfico) se vivió un verano muy húmedo y con unas temperaturas anormalmente bajas, de aquí que se registraran 8 muertes en Catalunya y 125 en todo el Estado. Julio del 2019 fue uno de los más calurosos del siglo y las cifras de sobremortalidad atribuibles al calor se dispararon, a pesar de que muy por debajo de las que se registran actualmente. En 2020, debido a la pandemia, el impacto de la ola de calor no se puede ver reflejado en el MoMo. Por otro lado, en 2021 hay un pico de mortalidad en todo el Estado, con 568 muertos, pero en Catalunya no se observa ningún exceso de mortalidad.

El verano del 2003 continúa siendo el año con un exceso de mortalidad más elevado, con 12.804 muertos (1.719 en junio , 2.011 en julio, 8.727 en agosto y 347 los primeros 15 días de septiembre), pero las expectativas de futuro no son optimistas. En 2016 la revista Environment International advertía que unas 1.300 personas podían morir en España cada año por olas de calor, pero solo desde principio de año se han registrado más de 4.000. La Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas (OMM) avisa que estos episodios serán cada vez más habituales al menos “hasta el 2060”, independientemente del éxito de las medidas para mitigar el cambio climático, cosa que aumentará las muertes atribuibles a estos fenómenos. 

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