Las nuevas formas de fumar, una "epidemia" que crece entre los adolescentes
El gobierno español quiere endurecer su regulación este 2025 y los expertos avisan de que la medida llega tarde
BarcelonaCasi 10.000 muertes anuales en Cataluña. Éste es el balance de defunciones causadas por el tabaquismo, que es el principal factor de riesgo de cáncer, de enfermedades cardiovasculares y la primera causa aislada de muerte en el país. El número de fumadores ha disminuido en los últimos años gracias a las políticas de prevención y control del tabaco, pero las autoridades sanitarias insisten en que es necesario incrementar el asedio, endurecer la ley y, sobre todo, incluir las nuevas formas de fumar, como el tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos, para seguir mejorando las cifras y disminuir la mortalidad asociada a este hábito adictivo.
Según los expertos, la industria del tabaco está haciendo un esfuerzo por desarrollar nuevos productos con el objetivo de extender la adicción a la nicotina entre las nuevas generaciones, que, en cambio, sí están más concienciadas de los efectos nocivos del tabaco. Joan Lozano, gerente de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) y coordinador del grupo de tabaco de esta sociedad, advierte que estos productos son atractivos para los jóvenes porque "no hay percepción de riesgo" y asegura que su limitación a España "llega tarde" porque ya se han convertido en una "epidemia".
"Los jóvenes pueden consumirlos de forma discreta, en cualquier momento, los ven a través de las redes sociales y sus influencers preferidos también los utilizan", avisa Lozano. Por eso, el gobierno español tiene previsto regularlos con un real decreto este 2025, una medida "necesaria" que servirá para equipararlos a la limitación que sí tiene el tabaco, explica el experto. "Hay que proteger a los jóvenes, controlar su venta, limitar su acceso y hacer pedagogía para que conozcan los efectos perjudiciales para la salud", insiste.
Así pues, la aparición de estos productos plantea nuevos retos para la salud pública. Están disminuyendo las ventas de cigarrillos convencionales, pero Lozano descarta que los nuevos métodos sean menos perjudiciales. es un concepto de salud pública que la industria del tabaco ha usurpado para introducir estos productos", advierte el experto, que defiende que habrían debido hacer estudios previos a su puesta en el mercado para demostrar que realmente ayudan a las personas a dejar de fumar. consumo dual y la adicción. En concreto, dice que por cada persona que deja de fumar gracias a un cigarrillo electrónico hay cinco que pasan a hacer un consumo. dual, intensificando su adicción y el daño, y hay cuatro que persisten con la adicción a la nicotina a largo plazo. Por eso, es necesario conocer y regular estos productos "lo antes posible", concluye. Tabaco calentado
El tabaco calentado está formado por tres elementos: un aparato cilíndrico, donde se introduce el cigarrillo – que no quema el tabaco, sino que lo calienta a altas temperaturas y, según los fabricantes, no llega a producir combustión, sino que desprende vapor en lugar de humo–; el cigarrillo, que contiene tabaco transformado y recubierto por una lámina de aluminio, y un cargador para el aparato donde se introduce el cigarrillo. Todavía no hay literatura científica suficiente sobre sus efectos sobre la salud, pero tampoco hay evidencias que demuestren su seguridad aunque sea menos nocivo que el tabaco convencional.
Lozano explica que, al no existir combustión, la persona que lo utiliza no inhala monóxido de carbono, que es perjudicial para la salud. Ahora bien, el resto de sustancias tóxicas que hay dentro de los cigarrillos convencionales sí están ahí y, por tanto, el experto prevé que provoque las mismas enfermedades que el tabaco. "Dicen que es menos tóxico y no tienen ninguna evidencia. Nosotros ya intuimos que trae graves problemas para la salud y, si no actuamos, volveremos a llegar tarde, como con el tabaco", avisa.
Vapeadores
Cigarrillos electrónicos o vapeadores ya hay más de 400 tipos diferentes disponibles en el mercado. Sus fabricantes utilizan sustancias adictivas con sabores golosos y una apariencia coloreada e infantil, lo que las convierte en un atractivo reclamo para los jóvenes. "Cuando ves la curva de incidencia de los cigarrillos electrónicos da miedo, sobre todo entre los jóvenes. La industria ha logrado que los perciban como si no fueran perjudiciales para la salud", se lamenta el experto. Ahora bien, existen estudios que indican que los efectos pulmonares son similares a los del tabaco, aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y ya existen indicios de efectos cancerígenos.
Además favorecen el consumo dual. Según Lozano, el 58% de las personas fumadoras que les han probado fuman tabaco convencional y cigarrillos electrónicos, un porcentaje que oscila entre el 61% y el 80% entre los menores de edad. Los menores que fuman cigarrillos electrónicos tienen tres veces más probabilidades de ser fumadores. Son una puerta de entrada", avisa el experto.
Catximba
Las catximbes entrarán también dentro de la nueva regulación española. Lozano afirma que son igual que el tabaco de combustión, con la diferencia de que el humo pasa por el agua antes de ser inhalado. Cuando una persona fuma una pipa de agua consume 125 veces más humo, 25 veces más alquitrán, 2,5 veces más nicotina y 10 veces más monóxido de carbono, asegura. Además su uso es social, por lo que cuando se comparte la pipeta se aumenta el riesgo de sufrir infecciones.
Este producto también tiene efectos nocivos para la salud: aumenta el riesgo de cáncer oral y de esófago, de enfermedades respiratorias crónicas, de tos persistente y disminuye la capacidad pulmonar, entre otros.
Snus
El último producto que se regulará es el Snus. Se trata de unas bolsitas de nicotina sintética que se consumen por vía oral, colocándolas en la encía bajo el labio superior. La concentración de nicotina en estos productos es seis veces mayor que en los cigarrillos de combustión y, además, produce malformaciones en las células de la mucosa bucal y heridas en la encía. También se presenta en distintos sabores, como si fueran golosinas.
Para Lozano es otro producto que hace de puerta de entrada al consumo del tabaco ya la adicción a la nicotina, por lo que insiste en regularlos. A largo plazo, además, incrementa el riesgo de padecer cáncer en la cavidad oral y gastrointestinal, puede ser un potenciador de la progresión de tumores una vez aparecen y también de enfermedades cardiovasculares.