Radiografía de una pandemia: así impactó el coronavirus en la sanidad pública
Salut recupera los informes de calidad asistencial, que confirman una estabilización progresiva de los servicios a partir de 2021
BarcelonaHace tres años casi todos los sistemas sanitarios del mundo sufrieron la estocada de la pandemia del coronavirus. En Catalunya esta emergencia sin precedente hizo que todos los servicios rompieran costuras entre marzo y abril del 2020. Pero las consecuencias de aquellas intensas semanas se han alargado durante años. De hecho, no fue hasta 2021 que las autoridades sanitarias perciben un enderezamiento –inicialmente tímido– del funcionamiento habitual de los centros de atención primaria (CAP), los hospitales o las emergencias médicas. Aunque el monopolio del cóvido se ha ido deshaciendo, nada se ha restablecido de un día para otro. Y el ejemplo paradigmático es la salud mental: los indicadores no han dejado de empeorar (al menos) hasta el 2022; y no sólo hay más diagnósticos, sino que se cronifican. (AQuAS) para evaluar la calidad de la sanidad pública. Este instrumento funciona desde 2003, pero la publicación de los informes quedó paralizada en 2019 por la pandemia. Este miércoles la conselleria ha publicado datos hasta ahora inéditos de todos los ámbitos asistenciales, que van del año previo a la pandemia hasta el 2022, a finales de la crisis.
El informe incluye un total de 257 indicadores para evaluar la eficiencia, la equidad y la sostenibilidad de los proveedores de la sanidad pública. Son variables específicas para cada ámbito sanitario -44 para la atención primaria; 58 para la atención hospitalaria; 49 de la atención intermedia; 14 para las emergencias médicas; 65 para la salud mental y adicciones, y 27 para la salud pública– y para cada territorio.
Más trastornos y cambios en la presencialidad
Los indicadores de salud mental y adicciones son los más preocupantes. A partir de los datos de los CAP y de los centros de salud mental (CSMA, en adultos, y CSMIJ, en niños y adolescentes), se confirma una tendencia que los expertos anticipaban: cada vez aparecen más casos y hay que realizar más visitas porque hay una cronificación del trastorno. Aunque las atenciones parecen estar estabilizándose, el número de pacientes se ha incrementado en un 5,5% desde el inicio de la pandemia, especialmente en las mujeres.
La franja de edad más afectada es la que va de los 15 a los 24 años. En población joven (18-24 años), los problemas de salud mental se dispararon un 28% si se miran los datos de las chicas. En niños y adolescentes, se realizan un 25% más de visitas en chicas y un 4,6% más en chicos. Ahora bien, si se mira únicamente al grupo de los adolescentes, el que tiene entre 15 y 18 años, el incremento de visitas por parte de un especialista en chicas es del 29%, mientras que en chicos es del 13%.
Sobre la atención primaria, que fue uno de los ámbitos más afectados por la pandemia debido a la pérdida de presencialidad, el informe de Salud constata que el número de cuidados va al alza. Tras el auge de la asistencia por vía telefónica o telemática en 2020 e inicios de 2021, impuesta por el miedo a convertir estos entornos asistenciales en propagadores de la enfermedad, en el período estudiado hubo una caída de las visitas presenciales de cerca del 30% –se pasó del 84% de cuidados cara a cara al 58%–. Por el contrario, también se intensificó la demanda de la población de entre 20 y 55 años, un grupo que históricamente ha hecho un menor uso de los CAP. En términos absolutos, la conselleria cifra un aumento de medio millón de usuarios entre 2019 y 2022.
En cuanto al ámbito hospitalario, este informe también registra el número de hospitalizaciones por tipos. Constata que las domiciliarias se duplicaron por la pandemia –muchas de las personas con síntomas leves o moderados no eran admitidas en los hospitales por la situación de colapso–, y entre 2017 y 2022 esta cifra se ha más que triplicado. En cambio, según este estudio, la efectividad del Código Ictus se ha mantenido en los niveles prepandemia. Si se pone el foco en las emergencias médicas, como las llamadas al 061, hubo un alud de la demanda (más de un millón de llamadas) que evidenció que el sistema no estaba preparado. Ahora, en cambio, el 75% de las llamadas se atiende en un tiempo inferior a 20 minutos, el 60% en Barcelona, según el informe.
Asignar los recursos públicos
Cruzando estos indicadores con la información socioeconómica de la población en Cataluña, como el sexo, la edad y el nivel de renta, los datos de AQuAS dibujan un mapa que permite sintetizar el estado de los servicios sanitarios y la respuesta a las demandas específicas de la población a lo largo de los años. Los resultados se actualizan anualmente y se ofrecen en formato interactivo en la web aquas.gencat.cat/ca/fem/central-resultats.
El consejero de Salud, Manel Balcells, ha asegurado que la central de resultados es un "gran instrumento" para la generación de datos objetivos que deben ayudar al departamento a tomar decisiones a largo plazo. Por ejemplo, en la asignación de los recursos públicos. "Debemos ser asimétricos para encontrar la equidad: no todos los centros de primaria y hospitales deben recibir necesariamente los mismos recursos para las mismas áreas", ha defendido. Por ejemplo, existen entornos más desfavorecidos donde es necesario potenciar la prevención de la obesidad o intensificar las pruebas diagnósticas.
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