Salud

Pagar el doble por el vino y la cerveza reduciría las enfermedades en el hígado

La Asociación Europea para el Estudio del Hígado hace un llamamiento para endurecer los precios del alcohol

Un camarero llenando una jarra de cerveza.
ARA
25/04/2025
2 min

BarcelonaEspaña es el país con el alcohol más barato de la eurozona y el quinto con los precios más bajos de toda la Unión Europea. Hacer un abuso comporta el riesgo de desarrollar un gran abanico de enfermedades, como cáncer de faringe, de laringe, de hígado, de esófago, de la cavidad oral y sobre todo de colon y de recto en los hombres, y de mama en las mujeres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL) defiende que deberían endurecerse los impuestos a las bebidas alcohólicas para mitigar el impacto que tienen sobre la salud y reducir también el gasto sanitario. Estima que, en España, si sube entre un 40% y un 130% el precio de las bebidas más baratas, como el vino y la cerveza, habría "un efecto directo y significativo" en la reducción de enfermedades hepáticas.

Es una de las conclusiones de un informe delproyecto Hepahealth II, que ha realizado el equipo de HealthLumen para el EASL. Los autores han analizado los precios de las bebidas alcohólicas y la incidencia de las enfermedades hepáticas en Francia, Países Bajos y Rumanía y han concluido que, de subirse los precios, se evitarían más de 11.500 casos de enfermedad hepática crónica y 7.900 de cáncer de hecho de más de 620 millones de euros. Han hecho el cálculo tomando de referencia una unidad de alcohol, que equivale a un vaso de vino, una caña de cerveza o un sorbo de licor. Consideran que esta unidad debería costar mínimo 70 céntimos para que la medida fuese eficaz. Por ejemplo, una botella de vino de 750 ml y un 13% de alcohol son unas 8 unidades, por lo que debería costar al menos 5,60 euros.

Según el estudio, existen países que ya han implementado la medida y han tenido éxito reduciendo la incidencia de enfermedades. Es el caso de Escocia, que en 2018 subió el precio de la unidad de alcohol a los 50 céntimos y el consumo de bebidas descendió como no lo había hecho en los últimos 25 años. Lo mismo ocurrió en Gales, que en el 2020 copió la medida de sus vecinos y ha reportado reducciones similares en la compra de alcohol, especialmente entre consumidores con patrones de alto riesgo. Existen varias provincias de Canadá que han ajustado los precios mínimos a la inflación y han logrado una disminución tanto en hospitalizaciones como en muertes relacionadas con el alcohol.

El estudio también recomienda reforzar las políticas fiscales sobre bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados. Aunque no especifica una cifra concreta, se alinea con la recomendación de la OMS de aplicar un impuesto que incremente al menos un 20% su precio.

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