Salud

El récord de donantes permite realizar cuatro trasplantes cada día

Salut estudiará la causa del ligero aumento de las negativas familiares a autorizar la donación, que ya son del 22%

La doctora Joana Ferrer en el quirófano realizando el trasplante de páncreas de Núria.

BarcelonaEn los hospitales catalanes se realizaron el año pasado 1.393 trasplantes de órganos, un 3,5% más que en el 2022 y una cifra que supera el récord registrado en el 2019. Con todo, el departamento de Salut estudiará las causas que hacen haya también un aumento de negativas de familias a autorizar la donación. En este balance, que el consejero de Salud, Manel Balcells, ha calificado de "orgullo para el sistema sanitario", también se ha superado el máximo de donantes vivos, que ya son la segunda vía más importante para poder dar una segunda oportunidad a los enfermos. Son cuatro trasplantes por día, lo que equivale a una tasa de 176 intervenciones por cada millón de habitantes, una de las más altas del mundo.

En este año de récord de donaciones y trasplantes, más de un millar de pacientes han logrado un órgano vital y más de 14.300 han recibido desde córneas hasta piel que se recoge en el Banco de Sangre y Tejidos.

En cuanto a los órganos, el riñón sigue siendo el trasplante rey, y casi se rozan el millar de intervenciones. Concretamente se han realizado 976, cuatro veces más que los 226 de hígado y ocho más que los 102 de pulmón. Por detrás se sitúan los 56 de corazón, que junto a los hepáticos son los que más han crecido en el último año, y los 33 de páncreas. . Son donantes hombres que de media tenían 61 años, y en su mayoría han muerto por un paro cardiorrespiratorio. Un 30% de los donantes tenían más de 70 años y el mayor, 88. Aunque los donantes provenientes a causa de accidente de tráfico han subido levísimamente, hasta suponer el 4,2% de los totales, son insignificantes respecto a las 150 víctimas en siniestros viarios.

En cambio, 187 personas dieron solidariamente uno de sus riñones en vida, por los 178 del año anterior, una cifra récord. El retrato robot de la persona que da altruistamente es el de una mujer de 56 años que ofrece el órgano a un hombre de 51 años. En la mayoría de los casos, a ambos les une el parentesco familiar, en especial pareja o padre e hijo. El director de la Organización Catalana de Trasplantes, Jaume Tort, ha subrayado que "por suerte" no se necesitan donantes vivos de hígado: por un lado, porque hay más donaciones de cadáveres; y, por otro, por el buen funcionamiento del programa split, que permite dividir el hígado en tres partes, dos para adultos y una tercera para criaturas. Esto permite que no haya lista de espera hepática infantil, indicó el responsable.

Evolución de los datos de trasplantes en Cataluña,

Pese al aumento de la actividad de trasplantes, a finales del pasado año todavía había 1.285 personas en lista de espera. De media están dos años, pero los responsables de Salut han minimizado la cifra y han insistido en que unos 1.200 son personas que necesitan un riñón y están en tratamiento de diálisis. En cuanto a los pacientes que esperan hígado, corazón, pulmón y páncreas, se trata de “casi una espera técnica”, de un tiempo necesario para tener las pruebas y analíticas a punto.

Cincuenta días estuvo esperando a Ona Alzina para tener un corazón nuevo. La joven tuvo una grave taquicardia en noviembre del 2020 y desde entonces su actividad se había visto afectada por la insuficiencia cardíaca, hasta el punto de que subir las escaleras o hablar le suponía un grave esfuerzo. Para intentar mejorar su estado, le colocaron un desfibrilador en función de marcapasos hasta marzo del pasado año, que fue trasplantada. Alzina ha querido agradecer la "generosidad" de los donantes y sus familias y ha explicado que el tiempo que estuvo en lista de espera lo vivió con "una mezcla de emociones", entre la frustración y la ilusión de salir -se. Lo primero que hizo cuando ya le dieron el alta fue realizar una excursión que habría sido imposible con su corazón antiguo.

Las buenas noticias en materia de trasplante se aguan por el incremento de familias que no permiten la donación de su pariente fallecido que cumple los requisitos para serlo. En la mitad de los casos no se justifica la causa de la negativa, y en una tercera parte se cumple así la negativa previa del posible donante. Un 7% argumenta motivos religiosos, un 5% apunta problemas con el personal sanitario y un 3% confía en que el estado vegetativo del paciente mejore o no quiere desconectarlo a pesar de que la opinión médica no le dé ninguna oportunidad.

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