Sánchez acusa a Casado de aprovecharse de las calamidades: "España sufre un desafío de Marruecos"
El líder del PP reclama al presidente español que rectifique en la política exterior y rompa con Podemos
MadridCada vez que España sufre una crisis humanitaria y migratoria en la frontera sur se abre un nuevo frente entre el gobierno español y la oposición. Marruecos lo sabe bien y aprovecha esta debilidad. A pesar de que Pablo Casado llamó el martes a Pedro Sánchez interesándose por la crisis en Ceuta y dando todo su apoyo para "garantizar la integridad territorial" del Estado, este consenso se ha hecho añicos este miércoles durante la sesión de control en el Congreso, en la que la crisis con Marruecos ha pasado a monopolizar el cara a cara entre el gobierno español y la oposición y no la pandemia, como era habitual, y más después del fin del estado de alarma. A pesar de que el líder del PP ha tendido la mano al presidente español, también le ha reclamado que rectifique en política exterior y lo ha acusado de alimentar los problemas con Marruecos. "Esta era la crónica de una crisis anunciada", ha dicho. Sánchez ha acusado al jefe de la oposición de utilizar cualquier "calamidad" para intentar "derrocar el gobierno de España". "No solo es desleal con el gobierno [español], sino que lo es con el interés general de los españoles", ha replicado el presidente.
Después de un día intentando no señalar a Rabat en la crisis en Ceuta, Sánchez ha dado el paso y ha reconocido que "España está sufriendo un desafío de un tercer país que es Marruecos". Por eso ha pedido por encima de todo la unidad de todas las fuerzas políticas, en especial las conservadoras. Vox no ha dudado desde el primer momento en hablar de "invasión" y en pedir contundencia. La Moncloa ha respondido con una ofensiva de todo el ejecutivo, con el despliegue del ejército –con imágenes de apoyo a las personas que cruzan la frontera, pero también otras difundidas por periodistas de golpes de porra a jóvenes que parecerían menores– y el viaje exprés de Sánchez tanto a Ceuta como Melilla el martes por la tarde. Una visita que Rabat podría considerar un desafío, pero que de momento se ha traducido en un flujo de llegadas más bajo.
Fuentes del gobierno español pronostican que "la situación se normalizará pronto" porque en ningún caso ha sido una crisis migratoria como la de Canarias, a su parecer, sino un "asalto". La Moncloa sigue yendo con pies de plomo con Marruecos y asegura que es un país "amigo de España" y que confía en que pronto vuelva la embajadora para normalizar las relaciones. El hecho es que la llegada de personas ha aflojado después de que el consejo de ministros aprobara de urgencia una ayuda de 30 millones de euros para Marruecos para el despliegue policial contra la inmigración ilegal.
4.800 devoluciones y 169 menores en un campamento
Según ha informado Sánchez, hasta esta mañana se había devuelto en caliente hasta 4.800 personas que habían cruzado la frontera y se ha trasladado a un campamento dentro de Ceuta a 169 menores. El ministerio del Interior asegura que no se ha devuelto a ningún niño ni adolescente, pero sí hay imágenes que muestran devoluciones de menores. Sea como sea, supone una nueva muestra del retroceso en las promesas del gobierno de coalición. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, llegó al ejecutivo con la promesa de retirar las concertinas tanto en Ceuta como en Melilla, también prometió acabar con las devoluciones en caliente, y Sánchez quiso erigirse como el presidente europeo que responde a la crisis en el Mediterráneo al aceptar la llegada del Aquarius de Open Arms a Valencia en verano de 2018, cuando acababa de llegar a la Moncloa.
Pero todas estas políticas han quedado en papel mojado, tal como ha recordado este miércoles Casado. Cree, sin embargo, que Sánchez ha debilitado las relaciones con Marruecos por el hecho de que no fuera a Rabat en su primer viaje oficial después de ser escogido, tal como era tradición; que protestara por la decisión del expresidente norteamericano Donald Trump, en diciembre pasado, de reconocer la autoridad de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, y, finalmente, que decidiera acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, con una identidad falsa en un hospital de Logroño sin informar a Rabat. El líder del PP ha pedido una rectificación y ha alertado de que el "caos" en el gobierno español es la debilidad más grande a nivel internacional, a pesar de que la Unión Europea ha apoyado a Sánchez en la crisis en Ceuta. "Ha demostrado que el gobierno le queda grande. No ha sabido gestionar ni la crisis sanitaria, ni la crisis económica, ni la crisis territorial, ni la crisis internacional", ha advertido. A su parecer, encontrará más lealtad en la oposición que en el consejo de ministros, a pesar de que el número dos del PP, Teodoro García Egea, ha pedido pocos minutos después al ejecutivo que "vaya haciendo las maletas" porque este es un "gobierno en descomposición".