Esta será la nueva vida de los hospitales que se construyeron para el covid

La mejora de la pandemia ya permite pensar en nuevos usos y se construirán dos anexos nuevos en los hospitales de Sabadell y Granollers

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El hospital polivalente que se construyó en el Hospital de Bellvitge durante la pandemia de coronavirus

BarcelonaLa primera oleada de covid desbordó los hospitales catalanes que habilitaron espacios de emergencia para acoger pacientes de coronavirus. De cara a la segunda oleada, el departamento de Salut aprobó la construcción de equipamientos anejos a cinco hospitales catalanes —Bellvitge, Vall d'Hebron, Moisès Broggi, Arnau de Vilanova y Germans Trias— para atender el posible rebrote de enfermos. Los centros que, sin embargo, no llegaron a tiempo para la segunda oleada y entraron en funcionamiento entre febrero y el abril de este año, ya se preparan para tener nuevos usos, ahora que la pandemia empieza a ir de baja gracias a la vacunación.

El departamento de Salut optó por construir equipamientos satélite en los hospitales, pero sobre la mesa también había la posibilidad de hacer un macrohospital al estilo de Isabel Zendal de Madrid. “Pero tenías que sacar personal de los centros para enviarlos a un lugar que no sentirían suyo y donde no había una continuidad clara, y nos pareció que esto era un handicap insalvable”, reconoce el director del Servei Català de la Salut (CatSalut), Adrià Comella, que añade que era “más adecuado” un modelo de proximidad con edificios “enganchados” a cada hospital —en algunos casos unidos por pasarelas con el edificio principal— en que cada centro tendría autonomía de gestión. A pesar de que estos anexos se construyeron para atender enfermos de covid, cada centro se ha organizado en función de sus necesidades. En el caso de Bellvitge, el edificio Delta, como se ha bautizado, concentra toda la actividad covid —“nos ha ido muy bien para separar circuitos, agilizar el diagnóstico de covid y no tener que parar actividad ordinaria”, dice la directora de enfermería del Hospital de Bellvitge, Rosa Soldevila—. Mientras que Arnau de Vilanova, por ejemplo, ha preferido mantener los pacientes covid en el edificio principal y dedicar el anexo a hacer pruebas PCR y vacunación. "Nos está salvando, porque habría sido muy complejo hacer la vacunación en el hospital", admite el gerente del ICS en Lleida, Ramon Sentís.

El modelo madrileño vs. el modelo catalán

“Catalunya y Madrid son dos modelos muy diferentes y en Catalunya tenía más sentido hacer edificios que no acaban su servicio con la pandemia. Necesitábamos esta expansión y ha sido un acierto estratégico”, explica el director asistencial del Vall d'Hebron, Antonio Roman. “Para nosotros ha sido un lujo. Este edificio es un proyecto de futuro para el hospital”, añade el director del complejo hospitalario Moisès Broggi, Jordi Vilarasau, que reconoce, sin embargo, que el anexo, que hace poco más de un mes que se puso en marcha, llegó cuando las peores oleadas ya habían pasado. “Ha tenido una duración más limitada de lo que pensábamos, pero ya se diseñó pensando que tuviera un segundo uso”. La mayoría de hospitales esperan poder abandonar la actividad covid en los edificios anejos a lo largo del verano, si la evolución de la pandemia lo permite, y esperan prepararlos ya para los nuevos usos entre otoño y principios de 2022. Servirán para paliar necesidades existentes, ya sea de espacio para consultas externas, como en el caso de Arnau de Vilanova, o de camas de críticos, como en el caso del Germans Trias. "En un futuro también se podría reconvertir en hospital de pandemia y funcionar como un hospital aislado, si fuera necesario", explica el director del Hospital Germans Trias, Antoni Dávalos.

Para elegir los cinco hospitales se tuvo en cuenta que hubiera terreno edificable y posibilidad de construir deprisa, que hubiera necesidad de más recursos en aquel territorio y que una vez acabada la pandemia los espacios tuvieran “un uso alternativo y de continuidad”. “Anticipamos unas obras que quizás se habrían tenido que hacer al cabo de pocos años”, dice Comella. Se han hecho con construcción modular y tienen una duración útil de entre 20 y 25 años. El primer equipamiento que se puso en marcha fue el de Bellvitge, en febrero, y el último, el del Hospital Moisès Broggi, el 22 de abril. “Todos los edificios se han usado progresivamente para dar respuesta a la epidemia. No hemos encontrado ningún caso en que no se haya activado”, señala Comella.

La puesta en marcha de estos nuevos espacios permitió, en algunos casos, recuperar la actividad normal de espacios que se habían dedicado al covid. “Estos edificios han sido estratégicos para el covid, ya nos habría gustado tenerlos en la primera oleada, pero nadie se esperaba lo que pasó”, asegura Roman. Antes de estos anexos se habilitaron pabellones municipales para acoger enfermos de covid. Algunos, como el de Sabadell, que se acaba de desmantelar, no se llegaron ni a poner en marcha mientras que el del Vall d'Hebron, por ejemplo, fue “una versión de emergencia” del edificio que se ha acabado construyendo, el Garbí.

Más de 80 millones de euros

Los hospitales polivalentes, que han costado en total 85 millones de euros, ya se construyeron para que fueran adaptables a nuevas necesidades. “Si dentro de diez años tuviéramos algo parecido a lo que hemos vivido, en dos o tres días sería posible habilitar 500 o 600 camas complementarias sin alterar el funcionamiento normal de los hospitales”, sostiene Comella.

El coronavirus también ha dejado a cuerpo descubierto las carencias de camas hospitalarias en algunos territorios, como el Vallès. En este sentido, ya se ha aprobado la construcción de dos nuevos edificios en los entornos del Hospital Parc Taulí de Sabadell y del Hospital de Granollers. “Se han hecho con contratación de urgencia porque son dos poblaciones en que hacen falta más camas hospitalarias y, si todo va bien, no harán falta para el covid”, admite Comella. Está previsto que estén en marcha entre finales de año y principios de 2022. Estos dos nuevos edificios son equipamientos más grandes y complejos que los cinco anteriores, y tendrán un coste superior: 60 millones de euros.

Hospitales de día, centros monográficos o consultas: los nuevos usos
  • Hospital Vall Hebron El edificio Garbí, situado en el parque sanitario Pere Virgili, es un edificio de cuatro plantas dedicado 100% al covid: hay hospitalización, laboratorio de microbiología, radiología y se hacen pruebas PCR. En los próximos meses se prevé abandonar en un 75% la actividad covid en el edificio. Durante el verano no se hará actividad y a partir de octubre funcionará como hospital de día de oncología.
  • Hospital de Bellvitge El edificio Delta, de cuatro plantas, está conectado por una pasarela con el edificio principal. Acoge semicríticos y críticos, consultas, radiología y hospitalización covid. Todavía se está estudiando el uso futuro que se le dará. Una posibilidad es hacer un centro monográfico de alguna patología. “Esperemos que llegue el momento que no lo necesitamos más pero esperaremos a finales de año para ver cómo evoluciona el invierno y decidiremos qué hacemos”, dice Soldevila.
  • Hospital Arnau de Vilanova El hospital polivalente, o ‘Arnauet’, como se lo conoce de puertas adentro, es un edificio de más de 4.000 m2 en cuatro plantas junto al edificio principal y conectado por una pasarela. A partir de septiembre, si la pandemia lo permite, ya se podría trasladar el hospital hematológico de día y las consultas externas a dos plantas. Hasta ahora acoge pruebas PCR y la vacunación covid.
  • Hospital Moisès Broggi És un edificio de 4.000 m2 en 4 plantas sobre la superficie de un parking y unido por una pasarela con el hospital. Acoge una área de intensivos para pacientes covid pero se espera que durante el primer trimestre de 2022 ya pueda funcionar como hospital de día y como espacio de tratamientos ambulatorios. Y el espacio que ahora ocupa el hospital de día se habilitará como área de intensivos.
  • Hospital Germans Trias El hospital polivalente tiene tres plantas y ahora acoge camas de UCI para enfermos covid. Después del verano se prevé habilitar en la tercera planta una UCI estructural para enfermos no covid. Otra planta se convertirá en hospital de día y otra para pacientes semicríticos y para pacientes que necesitan cuidados posquirúrgicos. En el futuro se prevé construir una cuarta planta. También se ha diseñado para que pueda ser un hospital de pandemia si vuelve a ser necesario. Está conectado con el edificio principal por cuatro puntos.
  • Sabadell y Granollers Se construirán dos anexos junto al Hospital Parc Taulí y del Hospital de Granollers que acogerán camas de críticos ante la carencia actual que hay en el Vallès. Se prevé que el de Sabadell esté en marcha a finales de diciembre. “Las camas eran necesarias y se ha puesto en evidencia con la pandemia”, dice Núria Serra, directora del sector sanitario del Vallès Occidental del CatSalut.
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