La traición detrás de la designación del árbitro de la final de Copa
Que Ricardo de Burgos Bengoetxea dirija al Barça-Madrid del sábado ha levantado polvareda entre los colegiados españoles
BarcelonaLa designación de Ricardo de Burgos Bengoetxea como árbitro de la final de la Copa del Rey ha levantado mucha polvareda entre el colectivo arbitral y ha incrementado la indignación de los propios colegiados hacia su presidente, Luis Medina Cantalejo. El dirigente sevillano del Comité Técnico Arbitral (CTA) ha decidido dejar con la miel en los labios a César Soto Grado, que se ha quedado sin la suya final. Detrás de esta elección se esconde una historia de traiciones, intereses políticos y una venganza que se ha ido cociendo en los últimos días.
El premio para los árbitros que se retiran
Históricamente, el árbitro que se despide de los terrenos de juego suele dirigir la final de Copa, especialmente si es internacional. En los últimos años, Estrada Fernández, Undiano Mallenco, Clos Gómez, Mejuto González o el propio Medina Cantalejo pudieron poner la guinda a su pastel y sólo se ignoró a Pérez Lasa por mantener una guerra abierta con Sánchez Arminio, el entonces presidente del CTA.
Esta temporada se retiran tres árbitros de Primera: Soto Grado, Melero López y González Fuertes. Lo único que luce la escarapela FIFA es el primero, por lo que su nombre estaba en todas las quinielas. Dentro de la cúpula del CTA no había debate y el hecho de estar inscrito en el colegio riojano (a pesar de haber nacido en Castilla y León) facilitaba su designación, ya que ningún equipo de aquella comunidad podía llegar a la final.
Soto Grado daba por hecho que la final de Copa llevaría su nombre. Meses antes jugó sus cartas para intentar alargar una temporada más su carrera arbitral. Recientemente se eliminó la limitación de edad a los 45 años y el CTA puede conceder una prórroga si lo considera conveniente. Hay dos precedentes: Mateu Lahoz y Del Cerro Grande. La trayectoria del valenciano y la del madrileño se alargaron porque optaban a acudir al Mundial de Qatar y además, formaban parte del selecto grupo de la UEFA de Categoría Élite, la máxima consideración para un árbitro internacional.
Soto Grado no cumple estos requisitos, puesto que su presencia en Europa es testimonial: este año sólo ha pitado un partido de Conference League. Es el árbitro internacional español con la categoría más baja y, deportivamente, no existen argumentos que justifiquen su continuidad.
Aún así, el árbitro del Comité de La Rioja puso sobre la mesa esa posibilidad y cuando se topó con la negativa de Medina Cantalejo mostró su apoyo a David Fernández Borbalán, uno de los candidatos más firmes a sustituir al actual presidente. Esto sacó de quicio al dirigente andaluz, que decidió de forma unilateral que Soto Grado no silbaría el clásico de este sábado en La Cartuja (Sevilla) y, de paso, le regaló el caramelo a uno de sus defensores, De Burgos Bengoetxea, un árbitro que siempre ha estado al servicio de la actual CTA.
La triste despedida de Mateu Lahoz
El modus operandi de Medina Cantalejo no es sorprendente a causa de los precedentes de las últimas temporadas. En su día colocó a Estrada Fernàndez en la FurgoVAR y también complicó la vida a Mateu Lahoz en el tramo final de su carrera. El colegiado valenciano tuvo una notoria participación mundialista en el 2022, donde pitó los cuartos de final entre Argentina y Países Bajos, pero en su vuelta a la Liga fue apartado de las grandes citas.
A pesar de ser uno de los colegiados con más prestigio internacional, recibió designaciones nada adecuadas a su categoría y no se le permitió despedirse dónde quería. Los árbitros que se retiran siempre tienen la oportunidad de elegir el estadio en el que quieren colgar el silbato y Mateu pidió el Celta-Barça. Su último deseo fue denegado: su último partido fue un deslucido Mallorca-Rayo en Son Moix.