Los vecinos, indignados con el tiroteo de la Guardia Urbana al sinhogar : "Era inofensivo"

El hombre herido el sábado está crítico y tenía una orden de busca y captura por un juzgado andaluz

L.v.
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Captura d’un vídeo del moment en què el SEM atenia l’home.

BarcelonaMarjan, el sintecho herido de bala sábado por un agente de la Guardia Urbana de Barcelona, está hospitalizado en un estado crítico. Los Mossos d'Esquadra lo custodian porque tenía una orden de busca y captura de un juzgado de Algeciras, según ha explicado el consejero de Interior, Miquel Sàmper. En una atención a los medios de comunicación, el consejero ha dicho que se teme por la vida del hombre, de 43 años, después de que la herida al abdomen se haya "complicado".

Los agentes de la Guardia Urbana explicaron que la víctima les había intentado agredir con un cuchillo y que le dispararon para evitarlo. En este sentido, el sindicato policial CSIF, mayoritario en la Guardia Urbana, ha asegurado que el hombre llevaba el cuchillo enganchado al antebrazo "con un precinto". El consejero Sàmper ha asegurado que este martes se acabará la investigación, que se enviará al juzgado, donde todavía no han recibido nada sobre el caso. Mientras dura la inspección, el agente que disparó está en activo pero sin hacer tareas operativas y su arma de fuego está a disposición de los investigadores.

El tiroteo a Marjan ha dejado sorprendidos los vecinos de la zona del Passeig de Sant Joan donde pasaron los hechos, puesto que hacía meses que conocían al hombre y lo califican de persona tranquila y nada agresiva. "Lleva aquí desde el verano, ahora hará cuatro meses. Dormía en un banco del Passeig de Sant Joan con Ausiàs March y se pasaba todo el día justo al lado de la peluquería. No bebía nunca alcohol. Estamos muy indignados con lo que ha pasado. No me puedo creer que se pusiera agresivo con nadie", explica Àngela Gonzàlez, que lleva la peluquería junto a la que él acostumbraba a pasar la mayor parte del día. Cerca de donde él se ubicaba hay un hogar de niños pero, según asegura una madre, no fue nunca un problema, ni para los familiares ni para los mismos menores: "Los niños jugaban al lado suyo y él estaba quieto, tranquilo. Era inofensivo. Es muy extraño esto que dicen de que se pusiera tan agresivo".

En la misma línea se expresan el propietario de una óptica cercana, que asegura que nunca lo había "visto encararse con nadie", y un vigilante de un parking, Ron, que explica que era una persona "muy discreta" que llevaba un brazo "vendado" enganchado al cuerpo. También los vecinos de los edificios de la zona se muestran perplejos por lo que pasó sábado. "Los vecinos del edificio le teníamos aprecio. Era una persona respetuosa. No pedía nunca dinero, paraba unos vasos de cartón y si la gente daba bien, pero si no también", dice Roser.

Fernando Mata, tendero de la zona, cree que hubo una "violencia policial desproporcionada" porque el hombre convivía muy bien con los vecinos del barrio, que a veces lo acompañaban a la tienda para comprarle alimentos o productos que necesitara. De hecho, él lo vio una hora antes del tiroteo, cuando fue a comprar con toda tranquilidad. Pero en la hora siguiente algo falló porque, según explica Nicolás, unos minutos antes de que sonaran los disparos vio a Marjan nervioso cerca de la plaza Tetuan. "Gesticulaba y hacía gestos de enfadado", dice.

El hombre solo había tenido problemas con un vecino, según explica la gente del barrio. "Unos días antes un vecino lo había amenazado que llamaría a la policía porque no tenía derecho a estar en la calle. Es un vecino que condena la pobreza y se ha peleado con otros sintecho sin motivo. Estoy convencido que ha sido una llamada falsa porque no ha tenido nunca ningún indicio violento o ninguna conducta peligrosa", remacha con contundencia Fernando, que explica que hace cosa de un mes la policía vino a buscar a Marjan y él huyó dejando todas sus pertenencias, que le fueron requisadas.

El relato de los vecinos coincide con el que hacen desde Arrels Fundación. Andrés es el educador de calle que se encargaba de Marjan, a quien conoció el junio pasado. Lo considera una persona "introvertida, de hablar poco, muy reservada y silenciosa, y amable". A través de contactos periódicos empezaba a ganarse su confianza, un proceso que requiere tiempo, y pudo empezar a intuir que podía haber algún pequeño trastorno de salud mental, como es el caso de muchas de las personas que están abocadas al sinhogarismo, pero que en ningún caso había un indicador de "violencia" o "conducta agresiva". Además, ni bebía ni tenía adicciones, y por eso cuando la noticia sobre el tiroteo trascendió, "la última persona" en la que pensó fue en Marjan.

Desde Arrels cuestionan la actuación policial, puesto que el resultado ha sido que "hay una persona en el hospital a punto de morir" y la policía tiene que tener capacidad para desescalar una situación de tensión de este tipo sin necesidad de acabar con un tiroteo. La asociación Irídia también anunció el fin de semana que veía indicios de "desproporcionalidad" porque el uso de la arma de fuego tiene que ser "siempre el último recurso", y por eso exigió que se aparte el agente.

Igual que Arrels, los Servicios Sociales del Ayuntamiento también habían identificado hacía poco a la víctima en las calles de la ciudad pero apenas se habían hecho los primeros contactos para establecer un vínculo de confianza.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha publicado esta tarde dos tuits para expresar que siguen "con preocupación el estado de salud del hombre sin hogar herido sábado". Según Colau, que se ha comprometido a "seguir informando" sobre la cuestión, los agentes de la Guardia Urbana "tuvieron que actuar en situación de máxima complejidad". También ha pedido "prudencia, no difundir rumores ni estigmatizar colectivos".

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