El juez cree que el nuevo investigado por el caso Jubany participó en el asesinato

El juez lo deja en libertad con cargos, pero le retira el pasaporte y lo obliga a comparecer mensualmente ante los juzgados

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El nuevo investigado por el caso Jubany y autor de los anónimos a la víctima, entrando en s juzgados de Sabadell

SabadellDos décadas después del asesinato de Helena Jubany, esta mañana, a falta de veinte minutos para las 10, entró en los juzgados de Sabadell el nuevo investigado por este caso: Xavi Jiménez. No era la primera vez que lo interrogaban por el crimen porque había formado parte de la lista de sospechosos, pero nunca le habían llegado a imputar. Esto cambió hace un mes, cuando una prueba caligráfica aseguró que es el autor de una parte de los anónimos que recibió Jubany poco antes de que la mataran. La primera declaración de Jiménez en calidad de investigado no ha aportado, a priori, revelación inesperada alguna, pero el juez que lleva el caso no se le ha creído. El magistrado aprovechó el auto de las medidas cautelares al nuevo investigado –lo dejó en libertad con cargos, pero le retiró el pasaporte y lo obliga a comparecer mensualmente en los juzgados– para decir que piensa que está implicado en el crimen.

En esta resolución, el juez asegura que ve indicios "suficientes" de que Jiménez "participó de forma activa en la comisión del asesinato" de Jubany. Apunta fundamentalmente a dos indicios: por un lado, a los anónimos escritos por Jiménez y que, según el magistrado, constituyen una prueba de la existencia de una "conexión formal, material, espacial y parcialmente temporal" del investigado con la víctima. Por otro lado, el juez subraya las "contradicciones notorias" que existen en la versión del investigado, sobre todo en cuanto a su coartada el día de la desaparición de Jubany. El magistrado sostiene que Jiménez y Jubany "necesariamente tuvieron que verse entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre" de 2001, justo las jornadas previas al asesinato, porque él sabía una información que solo le había podido decir la víctima y si se lo había comunicado, "tuvo que ser presencialmente".

El juez recuerda que "existe una sustancial conexión entre los anónimos y el crimen", y una vinculación "adicional" que es la Unión Excursionista de Sabadell (UES). Añade que el segundo anónimo que recibió Jubany hace referencia a las excursiones y que Jiménez no solo era miembro activo, "al igual que la víctima", sino que en el lugar donde encontraron el cuerpo de ella residían Montse Careta y Santi Laiglesia, también miembros del grupo y amigos de él. Además, el magistrado recoge que el médico forense concluyó que el crimen no lo había podido cometer una única persona y planteaba "de forma clara" una autoría conjunta. La familia Jubany, representada por el abogado Benet Salellas, pedirá nuevas pruebas, entre ellas un análisis de ADN de la ropa y de los objetos de la víctima en la escena del asesinato. Las pertenencias ya se analizaron, pero cree que con los medios actuales se pueden obtener nuevas muestras.

Un "acercamiento" con Jubany

Joan Jubany, hermano de la víctima, esperaba que la declaración de Jiménez sirviera para aclarar “de una vez por todas” qué pasó la noche del 2 de diciembre de 2001, pero Jiménez se ha limitado a mantener lo que ya declaró como testigo al inicio de la investigación. Según fuentes judiciales, Jiménez –que solo ha contestado a su abogado– ha admitido que intentó un “acercamiento” con Jubany, con quien se intercambiaba correos y llamadas, pero ha asegurado que ella nunca le contestó y ha negado haber escrito los anónimos, a pesar de que las pruebas caligráficas apuntan a su autoría. De hecho, el abogado de Jiménez, Marc Pérez, ha pedido una contraprueba caligráfica.

El investigado ha asegurado que mantenía una buena relación con la víctima, con la que coincidía a menudo en la UES. A veces le acompañaba a casa, porque vivía cerca del domicilio de su padre. Según su versión, la noche que desapareció Jubany, estuvo con un amigo tomando una cerveza y después se acercó a casa de su padre, que ya no podrá corroborar esta coartada, porque tiene 89 años y sufre pérdidas de memoria. Sin embargo, la acusación cuenta con otro testigo que podría tumbar la versión de Jiménez. Se trata de otro hombre que asegura que esa noche quedó en Barcelona con la persona con la que Jiménez se había citado. Salellas también pedirá su declaración.

Los familiares no tienen ninguna duda de la implicación de Jiménez y Laiglesia en el crimen. El primer juez que llevaba el caso acabó archivando la causa contra Laiglesia por falta de pruebas en octubre de 2005, después de que su pareja, Careta –que estaba en prisión preventivamente por el caso–, se suicidase. De hecho, hace ya tiempo que el juez ha acabado cerrando el círculo en Laiglesia y Jiménez, pero el primero no consta formalmente como investigado porque haría falta una nueva prueba contra él para que pudiera volver a adquirir esta condición.

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