Once detenidos y nueve armas escondidas: golpe de los Mossos en los clanes implicados en el tiroteo de la Mina
Unos 350 agentes se han desplegado en Sant Adrià de Besòs desde primera hora de la mañana
Sant Adrià del Besòs / BarcelonaUn agujero en medio de una puerta enrejada o un par de orificios en un aire acondicionado algo alzado son algunas de las cicatrices que aún recuerdan en el barrio de la Mina de Sant Adrià de Besòs qué ocurrió hace 70 días. Era el 7 de enero por la noche cuando se oyó un estruendo de disparos: más de 150 detonaciones en cinco minutos. Algunas balas impactaron en coches, otras en las fachadas y una rebotada entró por una ventana e hirió levemente a una señora mayor que estaba tranquilamente en su casa. En el mundo de las drogas y clanes, las demostraciones de fuerza para marcar territorio son importantes. Exhibir armas para probar que tienes y disparar al aire para demostrar que tienes la valentía para pulsar el gatillo. El tiroteo de la Mina fue una demostración de fuerza y este lunes los Mossos d'Esquadra han respondido de la misma forma.
A primera hora de la mañana, cuando el sol aún no había salido, hasta 350 agentes han invadido la zona cero de la Mina, la plaza que queda entre los edificios Venus y Saturno. Agentes armados se han colocado en las azoteas para observar desde el aire que todo siguiera el guión previsto con el apoyo de drones y de un helicóptero. En la calle se han desplegado efectivos del Grupo Especial de Intervención (GEI), la unidad militarizada de la policía. Hacía dos meses que la policía investigaba el tiroteo y hoy fue el día escogido para practicar las detenciones de los implicados.
En total, la policía ha detenido a once personas. Según ha podido saber el ARA, son cinco mujeres de entre 27 y 73 años y seis hombres de entre 23 y 48 años. Nueve arrestados estarían vinculados al tiroteo y dos al tráfico de drogas. Los primeros, presuntamente relacionados con los rasgos, forman parte del clan familiar de Los Cascabeles. Aunque la operación se haya demorado dos meses, hacía tiempo que la policía tenía claro qué ocurrió el 7 de enero: todo empezó con una discusión entre dos menores de edad, que provocó que los mayores se pusieran de por medio. La policía cree que el clan de Los Cascabeles disparó la mayoría de balas en una demostración de fuerza contra el clan de los García Cortés. Los detenidos son los presuntos pistoleros y colaboradores que les dieron cobertura.
Armas vinculadas
La investigación ha sido compleja y se ha centrado mucho en los vídeos de esa noche que grabaron varias escenas del tiroteo. La policía también ha esperado a que la mayoría de los implicados estuvieran en la Mina (tras el tiroteo hubo algún destierro) y también que las armas no se movieran de los pisos. Y este lunes han encontrado hasta nueve armas de fuego, ocho de ellas largas, sobre todo escopetas y fusiles. Ahora los expertos de balística, que han recreado el tiroteo de la Mina, comprobarán si alguna de estas armas se disparó ese día. Detrás de estos hechos (y de muchos problemas de la Mina) estaba el tráfico de drogas y el control del barrio por quien es más fuerte para vender más droga. Este lunes la policía ha encontrado una plantación de marihuana en un piso del edificio Venus en uno de sus 14 registros.
El macrodispositivo policial también ha servido para controlar una posible respuesta violenta de los familiares de los detenidos. Se han producido algunos momentos de tensión, sobre todo cuando han sacado al último detenido del edificio Saturno. El hombre, del clan de Los Cascabeles, ha gritado una frase en medio de la plaza que ha adoptado un tono de aviso a los vecinos que se asomaban por las ventanas: "Me cago en los muertos de los chivatos". Poco después, avisaba de que tenía dinero para "salir", otro aviso: dentro de poco estará en la calle. Los familiares han increpado a la policía ya los periodistas, con algunos lanzamientos de objetos.
Investigación "laboriosa"
Entre los investigadores de la policía había satisfacción después de la operación. El intendente Sarrias, jefe de la comisaría de Sant Adrià, afirmó que la investigación fue "muy laboriosa" y que se logró el objetivo, que era retirar armas de la calle. También ha destacado el refuerzo policial de la zona en los últimos meses para evitar nuevos enfrentamientos.
Tras las detenciones, en la Mina ha reinado la tranquilidad. Pero era una silenciosa calma. Eran pocos los que querían hablar de ello y sólo algunos discretos, como un hombre mayor que prefiere hablar desde el anonimato, esperaba que, con esta operación, el barrio se pacifique y acaben los tiroteos. "La droga lo enmerda todo", decía. La instrucción judicial la han llevado los juzgados de Badalona y en las próximas horas los detenidos pasarán a disposición del juez.