Sucesos

Reconstrucción del trágico derrumbe de Badalona: "Pasaban las horas y no sacamos piedras"

Los mandos de los Bomberos que lideraron la intervención recuerdan cómo fue el complejo operativo

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Un bombero se descuelga para la inspección de los escombros del edificio de la calle Canigó de Badalona.

Barcelona"En la primera acción asumimos un riesgo elevado", explica el subinspector de los Bomberos de la Generalitat Josep Manel Escudero, jefe de intervención del trágico derrumbe del pasado martes en Badalona, donde tres personas perdieron la vida bajo los escombros. El riesgo lo asumieron porque la mujer de uno de los tres vecinos que no conseguían localizar les contó, con su bebé de un mes en brazos, que llevaba pocos minutos saliendo del edificio y su marido estaba haciendo una videoconferencia. "Nos dijo que vivían en el tercer piso y que él estaba o en la cocina o en el comedor", recuerda Escudero. Sin el edificio asegurado, se acercaron tanto como pudieron al punto donde, aproximadamente, se encontraba el hombre. "Asumimos el riesgo de ir hasta la cocina. Lo hicimos deprisa, y ahí no estaba", continúa el subinspector.

Gritaron. Picaron. Nadie respondió. "La escucha y llamada no tuvo resultados", explica el oficial Lluís Mendo, que ese día coordinó el Grupo de Estructuras Colapsadas (GREC) de los Bomberos. Siguiendo el protocolo, combinaron gritos y golpes en las piedras porque "las frecuencias de sonido son distintas" y esperaban que alguien respondiera. También pasaron los perros de venteo del Grupo Caní, que con el olor pueden detectar vidas humanas. Entonces eran las once de la mañana, y no encontraron el cadáver del hombre hasta las dos de la madrugada del día siguiente.

El edificio derrumbado era de cinco plantas. El forjado del último piso cayó y arrastró las estructuras inferiores, desencadenando un efecto dominó de paredes y techos que dejó un agujero cuadrado. "Cayeron todos los comedores", dice Mendo. El resultado fue una montaña de escombros que llegaba un poco más arriba de la primera planta. Eran más de tres metros de piedras, arena y hormigón y había tres desaparecidos. el oficial del GREC. Mientras, un primer grupo de Bomberos recorrió varias plantas para descartar que no hubiera ninguna persona atrapada. "Con esta primera actuación rescatamos al gato de una vecina", recuerda Escudero. En ese momento también se intentó mirar si podrían haber "espacios de supervivencia". Es decir, que por la tipología de derrumbe y edificación se hubieran creado agujeros con supervivientes. "Vimos que esto era muy difícil", concluye Mendo.

Rápel por las paredes

"El papel que nos tocó fue desescombrar y asegurar la zona de trabajo", narra Rafael Esteban, oficial del Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE) de los Bomberos. La entrada en juego de los GRAE abrió la segunda fase de la intervención: una vez descartadas víctimas accesibles, comenzó el desescombro. Es una tarea lenta y laboriosa, y son conscientes de que "una vida humana puede ir de minutos", apunta Jordi Riera, jefe del Grupo Caní dels Bombers. En el agujero de cinco pisos existían varios elementos que podían caer y poner en riesgo la integridad física de los Bomberos. "Con unas cuerdas instaladas en una autoescalera, un GRAE fue sacando estos elementos", precisa Esteban. Es decir, haciendo una especie de "rápel evolucionado" se fueron moviendo por los distintos puntos del agujero. "Es una maniobra ensayada. Hay mucha reflexión previa. ¿Qué hacen los Bomberos cuando están en el parque? Pues prepararse para servicios así", explica el oficial de los GRAE.

"Mi preocupación era que la gente pensara que no estábamos haciendo nada, porque pasaban las horas y no sacamos piedras", recuerda Escudero. Finalmente llegó el momento de sacarlas. Con el espacio asegurado por los GRAE, bajaron los primeros bomberos a desescombrar y los perros consiguieron ubicar a la primera víctima. "Fue un marcaje muy bueno. Ladraron en un rincón: nos estaba diciendo que ahí hay alguien", comenta Riera. Este perro que logró localizar al primer desaparecido estaba en Marruecos buscando víctimas del terremoto hace cinco meses. La conexión del perro con su guía llega al punto de que, si el perro le ve nervioso, se distrae y su marcaje ya no es tan fiable. Ahora, en Badalona, ​​priorizando el punto donde ladraron pudieron llegar antes al primer cadáver. El orden estaba estrictamente pautado: los bomberos desescombraban durante 30 minutos; después, los GRECS entraban 15 minutos a realizar la tarea de llamada y escucha; y 15 minutos más tarde era el turno de los perros. "Fue un ejemplo de servicio coral de todos los bomberos, de la no improvisación", concluye el oficial Esteban.

Bomberos encaramados en una grúa inspeccionando el estado del edificio derrumbado en la calle Canigó de Badalona.

La primera víctima la hallaron a las dos de la madrugada. Era el marido de la chica que había salido unos minutos antes. La segunda, sobre las seis de la mañana. Era una madre con dos hijas menores a su cargo que ese día nadie había ido a buscar a la escuela. A las siete de la mañana localizaron el último cadáver, el de una mujer de edad media. "Aparecieron de forma lógica. Primero el del tercero, después la del primero y finalmente la de los bajos", apunta el jefe de intervención, que añade que fue un derrumbe "atípico". Sin embargo, Mendo puntualiza que no es lo primero que se encuentran así, con un efecto dominó de salas y la fachada de pie. Los mandos de los Bomberos lamentan las tres víctimas mortales, pero apuntan a que el hecho de que fuera la mañana de un martes laborable, con muchos vecinos fuera de su casa, evitó un peor balance.

Los Mossos d'Esquadra siguen investigando las causas. Una de las hipótesis sigue siendo la acumulación de escombros en el ático por unas obras, aunque no se descarta que el edificio tuviera alguna deficiencia. Hacía un mes que el blog había pasado la inspección, y no se habían detectado incidencias graves. "No mostraba señales de daño", apuntaba el arquitecto que avaló la última revisión en declaraciones al ARA.

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