Narcotráfico

Una vida marcada por el atropello de un narco

Juan, natural de La Línea, ha tenido que dejar de trabajar por culpa de las heridas causadas por el atropello de un narco mientras estaba trabajando como guardia civil

4 min
Imagen captada con Google maps de Villanarco

Ésta es la historia de cuatro hombres, tres apellidos y una misma localidad: La Línea de la Concepción. Es también una historia sobre fútbol. Porque habían jugado de pequeños en el campo del Zabal Luis y los hermanos Antonio e Isco Tejón. Y porque es el deporte preferido de El Haj Sadek El Menbri, un marroquí que llegó de adolescente a Algeciras y que dicen estar absolutamente loco por Leo Messi.

Hoy, 40 años después, Luis es guardia civil retirado. En realidad no se llama Luis –ha pedido utilizar un nombre ficticio– y está retirado porque un narco le atropelló y le dejó incapacidad de por vida. Los niños con los que jugaba se han hecho célebres con el apodo de Los Castañas, un clan que ha enfrentado el juicio por mayor narcotráfico que se ha celebrado en España. Y El Haj Sadek El Menbri está fugado, se le conoce con el apodo de "el Messi del Hachís" y en la ficha de Europol se le describe como el “jefe de la mayor organización de tráfico de hachís” de España”.

“El mal endémico de La Línea es vivir a la sombra del Peñón. Somos la mano de obra barata de Gibraltar”, dice Luis, que se marchó de allí con sólo 15 años y recuerda desde siempre cómo mucha gente se dedicaba al contrabando. Se hizo guardia civil y pasó por Ceuta, Madrid, Torrevieja, Tenerife y Huelva. Pero, en un momento en el que no había vacantes, le tocó volver a la Línea. No quería, pero iba a ser sólo un año. A las 18.30 del 18 de octubre de 2018 un narco le arrolló con el coche. Habían visto algo sospechoso, le pidieron que se detuviera, pero el vehículo, tras fingir que frenaba, le embistió. Encontraron el vehículo una hora después, abandonado y vacío, y el conductor, que tenía antecedentes, acabó presentando en comisaría pasadas 48 horas. Luis estuvo tres días en la UCI, la próxima semana pasa por cuarta vez por el quirófano y tras varios años de pruebas le han dado la prejubilación. El juicio, cinco años y medio después, no se ha celebrado porque el acusado ha alegado primero depresión, después esquizofrenia y finalmente falta de recursos para pagar al abogado. Ríe con sarcasmo cuando lo cuenta, y recuerda cómo vio a la mujer dando 6.000 euros en metálico al abogado para pagar la fianza que se dictó poco después del atropello, a la primera vista.

Es dinero con el que el narcotráfico intenta pagar también a la policía. A él le había pasado, por ejemplo, cuando fue a comprar una moto. Se podía gastar un máximo de 2.500 euros y el vendedor le ofreció una de 12.000 euros. "No me la puedo permitir", dijo Luis. "Si te gusta te la puedes llevar y ya se pagará". Recuerda también cómo un compañero suyo de trabajo le contaba los problemas con la equipación de fútbol del hijo pequeño, y cómo lo comentaban con otros padres. Un día el hijo le dijo que le habían dado una bolsa con todo dentro, y cuando él quiso hablarlo se encontró con la misma respuesta: “No te preocupes; estamos aquí por lo que necesites”. Al día siguiente cambió el hijo de equipo. Desde 2018 se han detenido a 65 policías en el Camp de Gibraltar, según cálculos de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC).

Los clanes y Villanarco

En el tráfico de hachís por el estrecho fue importante que se conocieran Los Castañas y El Haj Sadek El Menbri. Los primeros empezaron a robar en supermercados con sólo 14 años, pasaron rápidamente al contrabando de tabaco para dar el salto poco después al hachís y llegaron a controlar el 70% del hachís que entraba en España por Cádiz, según fuentes de la AUGC que aseguran que fue clave para conseguirlo la colaboración de El Haj. El impacto en esta zona y su barrio es evidente hasta el punto de que existe un punto en Google dentro del barrio del Zabal donde pone "Villanarco". Es un pedazo de suelo agrícola que empezaron a comprar personas que supuestamente están vinculadas con el narcotráfico y se construyeron allí sus chalés. Los caminos son de tierra, no hay suministro de agua ni luz y los muros altos hacen imposible ver nada de lo que hay dentro, pero cuando alguna puerta se abre para dejar salir algún coche siempre se intuye una piscina y casas que por lo menos deben costar algunos cientos de miles de euros. Estos vecinos no están en el padrón ni tampoco en el registro de la propiedad y la policía admite que no tiene claro quién vive en cada sitio. "Los narcos importantes están fugados o en otras zonas", apunta una persona vinculada a la investigación policial. Están fugados como El Haj Sadek El Menbri, un nombre fundamental en el tráfico de hachís por el estrecho. Entrando y saliendo de prisión como Los Castañas, que son todavía uno de los clanes importantes de la zona y que permanecen en La Línea, donde ya no vive Luis. Se marchó con su mujer porque asegura sentir la presión de estos grupos, con los que se había llegado a encontrar por la calle o en el supermercado. Hoy ha aprendido a disfrutar de deportes distintos como el pilates, y ha empezado un doctorado centrado en memoria histórica. En los últimos cuatro años se han tenido que retirar 27 agentes del Campo de Gibraltar que, como Luis, tienen concedido lo que en terminología administrativa se llama "pérdida de condiciones psicofísicas de origen traumatológico en acto de servicio".

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