Turismo

Los vecinos de Lloret crean una plataforma contra el turismo de borrachera

Este verano se ha constituido la plataforma Otro Lloret Es Posible para intentar reconducir la llegada masiva de jóvenes con ganas de fiesta, sol y playa

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Turismo y alcohol en Lloret de Mar.

Lloret de MarMúsica muy fuerte durante la noche, ruido en las calles, hedor de pixum cada mañana, vomitadas, sexo en los portales, peleas, e incluso venta de drogas o prostitución a la vista de todos. De toda esta retahíla de actos incívicos se quejan los vecinos de Lloret de Mar, hartos de convivir con miles de turistas jóvenes pasados ​​de alcohol que vienen al municipio con ganas de fiesta, sol y playa. Para protestar contra esta situación y canalizar el malestar, este verano se ha constituido la plataforma ciudadana Otro Lloret Es Posible, que ya ha organizado una primera concentración de medio millar de personas frente al Ayuntamiento. Lloret, con 30.000 plazas hoteleras fijas y una veintena de discotecas concentradas en pocas calles, es el destino turístico más multitudinario de la Costa Brava, con más de 200.000 visitantes en julio y agosto.

"Hemos ido aguantando que los turistas orinen, vomiten y ensucien las calles y las playas hasta que hemos dicho lo suficiente y nos hemos juntado para impulsar acciones, hacer presión y conseguir que cambien las cosas –defiende Gràcia Ferrer, portavoz de la plataforma –. No es que los jóvenes que vienen sean todos unos delincuentes o mala gente, pero van bajo los efectos del alcohol y las drogas. se anima; es un efecto rebaño. También tenemos mucha sensación de inseguridad, la prostitución está a la vista y puedes encontrar toda la droga que quieras muy fácilmente; Este verano los vecinos denuncian que incluso han visto pegatinas de códigos QR con la imagen de una hoja de marihuana a través de los cuales se pueden realizar peticiones de sustancias ilegales a la carta.

Turismo y alcohol en Lloret de Mar

Por todo ello la plataforma ha preparado un manifiesto que apuesta por la "descolonización del turismo de borrachera" de Lloret de Mar, con un decálogo de medidas que abarcan desde la apuesta por la diversificación de la economía y el cambio de modelo turístico hasta la demanda de mayor presencia policial o el cierre de los establecimientos problemáticos. Coincidiendo con la recta final de la temporada de verano, defienden que hay que poner manos a la obra con urgencia para que, de cara al próximo curso, que ya se empieza a preparar con antelación, no se repita la misma situación.

No es la primera vez que los lloretenses levantan la voz contra el incivismo de los extranjeros. En el 2017 ya hubo un primer intento de plataforma para replantear la oferta turística, pero, con la llegada de la pandemia y unos años de tranquilidad, la protesta se apaciguó. Ahora, superadas las restricciones sanitarias, la llegada de visitantes con ganas de salir de fiesta vuelve a ser masiva y los vecinos han dicho bastante.

"El monstruo lo hemos creado nosotros"

Sobre la creación de esta nueva plataforma, el Gremio de Hostelería de Lloret de Mar, de momento, no quiere realizar ninguna valoración oficial. Sólo algunos hoteleros, a título individual, apoyan las demandas de los vecinos y apuestan por potenciar la calidad por delante de la cantidad: “El monstruo lo hemos creado nosotros mismos, así que la solución está en nuestras manos; preocuparnos de qué tipo de cliente tomamos, debemos coordinarnos con las agencias de viajes y debemos transmitir que en Lloret las sanciones contra los incívicos serán duras", argumenta Max Illa, que regenta el Hotel Bella Dolores, uno de los más antiguos del municipio.

Unos turistas tomando alcohol en una terraza en Lloret de Mar

Isla pone el foco en aquellos hoteles que "no hacen bien el trabajo", que ofrecen a precio muy bajo pensión completa, barra libre y habitaciones de grupo a turistas jóvenes: "Son fondo buitre que compran los hoteles, vienen aquí dos meses a sacudir el árbol con el único objetivo de llenar sea cual sea todas las plazas, pero eso es pan para hoy y hambre para mañana.

Desde la patronal del ocio nocturno, se pone el foco en las personas que no se comportan y provocan molestias: "Somos los primeros interesados ​​en evitarlo, porque por su culpa se nos criminaliza y nosotros estamos haciendo los deberes en las máximas distinciones de calidad y seguridad", manifiesta Joaquim Boades, secretario general de la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades Recreativas Musical.

Merder en los apartamentos turísticos de los barrios residenciales

Fuera de los hoteles y de las discotecas del centro, el ruido y el follón de los turistas que salen de noche también se traslada cada vez más a las urbanizaciones residenciales, ya que en estos barrios han crecido las licencias de viviendas de uso turístico, donde se instalan grupos de 10 o 15 jóvenes en la veintena: "Se pasan el día en la piscina, con música, ya veces también hacen balconing; por la noche se van a la discoteca y, a las 4 o 5 de la madrugada, cuando vuelven, revuelo otra vez –relata Ramon Vilaró, vecino del barrio de Rocagrossa–. Tienen derecho a venir y hacer vacaciones, no estamos en contra del turismo, pero sí de la imagen de que en Lloret todo vale: disturbios sin sanciones, playa, sexo y rock and roll", remacha.

A todo esto el Ayuntamiento de Lloret de Mar, que ha afrontado la campaña de verano con un gobierno del PSC en solitario tras la ruptura con Junts, responde que comparte el análisis y el diagnóstico de la nueva plataforma vecinal y que seguirá trabajando por "hacer más compatible el turismo con la calidad de vida de los vecinos”.

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