Vuelven las restricciones drásticas: toque de queda, cierre del ocio nocturno y encuentros de máximo 10 personas

El Govern enviará el miércoles la petición al TSJC para activar las medidas el mismo jueves

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El toque de queda del año pasado dejó los calle vacíos de gente y de coches

BarcelonaCatalunya recupera restricciones drásticas para intentar frenar el ascenso descontrolado de contagios cuando solo faltan cuatro días para Navidad. La Generalitat quiere limitar los encuentros sociales a máximo diez personas y cerrará el ocio nocturno. Además, recomienda el teletrabajo siempre que sea posible y reducirá al 50% los aforos en la restauración con servicio en el interior -el exterior queda exento- y al 70% en el interior de los comercios, el deporte federado, los gimnasios y las actividades culturales. El Govern también está trabajando para "implementar" un toque de queda de una a seis de la madrugada. Todas estas medidas tienen que recibir el aval del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), sobre todo el toque de queda y el límite a los encuentros sociales, que afectan a derechos fundamentales. El ejecutivo prevé que la nueva resolución entre en vigor la noche del jueves al viernes e inicialmente se alargue durante quince días.

"Todas estas son decisiones para parar de una vez por todas la pandemia. Esta última semana la crecida empieza a ser desbordante y estamos batiendo récords de contagio a pesar del efecto de las vacunas. Ahora estamos peor que el año pasado", ha afirmado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, que ha admitido que el impacto de las medidas que se quieren tomar es "especialmente alto" en estas "fechas muy señaladas". "No lo haríamos si no fuera necesario", ha añadido. La incidencia acumulada a siete días se acerca a los 500 casos por cada 100.000 habitantes (456) y el ritmo de crecimiento está desbocado con la amenaza de la variante ómicron, que va ganando terreno a la delta y se sospecha que ya puede representar el 30% de los casos.

Plaja ha asegurado que es "necesario y urgente" reducir la movilidad y la interacción entre personas de diferentes burbujas. El conseller de Salud, Josep Maria Argimon, también ha indicado que la previsión es que los contagios todavía crezcan más, con la incertidumbre todavía de cómo puede impactar en el sistema sanitario. "Hemos crecido [en casos] un 100% esta semana y esto lo tenemos que parar. El día que tuvimos más contagios en julio [en la quinta oleada] se notificaron 10.000 y hoy superaremos este dato", ha advertido.

El Govern se ha reunido este lunes para valorar los informes técnicos de los expertos, tanto del comité de asesores independientes como del propio departamento de Salud, y decidir si se despliegan nuevas restricciones. Hacía días que se daba por hecho que la Comisión Delegada del Covid, el órgano de la Generalitat que toma las decisiones relacionadas con el control epidemiológico, acordaría nuevas medidas de contención a la interacción social, tal como reclamaban varios expertos coincidiendo con el aumento de la presencia de la ómicron.

500 enfermos en la UCI a finales de año

El Govern justifica las restricciones con los datos. En Catalunya la transmisión del covid sigue disparada y ya se declaran más de 35.000 infecciones a la semana. El diciembre pasado se registraban 180 infecciones cada 100.000 habitantes, casi tres veces menos. Plaja ha admitido que la vacunación no está siendo suficiente para frenar el virus y que "ahora estamos peor que el año pasado", si bien en una entrevista por la mañana a TV3 Argimon había destacado que los indicadores de la pandemia se tienen que poner en contexto: “A pesar de que ahora hay el triple de incidencia, la cifra de hospitalizados es similar o menor y se registran tres veces menos de defunciones”. Un escenario que el conseller ha atribuido eminentemente al efecto protector de las vacunas y por eso ha asegurado que se intensificará la campaña de terceras dosis.

A pesar de que las cifras de nuevas infecciones son muy superiores a hace un año, no hay una correspondencia directa entre el volumen de contagios y la proporción de enfermos graves. La mortalidad es ahora mucho más baja que en las anteriores oleadas a pesar de que todavía se produzcan defunciones. Esta semana habido un repunte, puesto que han perdido la vida 84 personas con la infección, pero hace apenas un año se certificaban 277 víctimas mortales a la semana. Pasa lo mismo con las hospitalizaciones: en estos momentos hay 1.280 ingresados y el año pasado había 1.666, casi 400 pacientes menos.

El único indicador que no se diferencia tanto es la ocupación en las unidades de cuidados intensivos (UCI), puesto que ahora hay 310 enfermos y el año pasado había 326. Y si la curva de contagios sigue escalando a este ritmo, la previsión de Salud es que en unos diez días se llegue a los 500 enfermos críticos. La directora del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Gemma Craywinckel, ha admitido que la situación es “tensa” y el momento “complejo” y ha advertido de que la sexta oleada ya impacta de lleno en los centros sanitarios, que están desprogramando o aplazando actividades no urgentes. 

Aunque la aceleración de casos afecta a todos los grupos de edad, sobre todo la franja de los menores de 15 años (560 casos cada 100.000 habitantes) y la que va de los 30 a los 49 años (523), la secretaria de Salud Pública, Carmen Cabezas, asegura que este crecimiento de casos es más suave entre los mayores de 70 años y lo relaciona con la cobertura de terceras dosis, que considera "hipernecesarias". Con todo, ha recordado que la mayoría de hospitalizados tienen una edad media de 50 años, una franja que pronto será citada para recibir la dosis de recuerdo.

Niños en casa por prevención

El aumento de contagios de los últimos días y la proximidad de la Navidad también han hecho que muchas familias hayan optado por dejar de llevar a los niños a la escuela y evitar nuevos contagios o nuevas cuarentenas que los obliguen a pasar los festivos confinados. Ante esto, el sindicato de maestros USTEC ha pedido el “cierre inmediato” de los centros en los territorios “donde la incidencia es grave”. El 22 de diciembre es el último día lectivo, pero el sindicato pide cerrar las escuelas porque la transmisión “se ha disparado de manera alarmante”. 

De hecho, ahora hay 235 grupos escolares confinados, que, a pesar de que solo son el 0,33% del total, han aumentado considerablemente desde el viernes, cuando había 186. De hecho, en solo una semana, se ha disparado el número de personas confinadas en los centros educativos: ahora hay más de 62.000, el doble (27.742) que el pasado lunes. En este contexto, USTEC ha pedido no descartar el atraso de la vuelta a las aulas después de las vacaciones de Navidad. Fuentes de Educación han explicado que el calendario escolar se mantendrá y, por lo tanto, el último día de clase será el miércoles y el primero del segundo trimestre será el 10 de enero. También Argimon ha asegurado que “las escuelas y universidades tienen que mantener las clases” y “es lo último que se tiene que tocar”. 

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