Como nos conocimos

“Diré tu nombre hasta que el sol sea polvo”

Antoni Vidal Ferrando, poeta

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Antoni Vidal Ferrando y su esposa Rosa.

El poeta Antoni Vidal Ferrando y Rosa llevan 52 años casando. Ella es menorquina y se mudó al pueblo de Vidal Ferrando, Santanyí, en Mallorca, cuando era pequeña. "La primera vez que la vi me pareció la muñeca más bonita del mundo". Él tenía 14 años y ella unos 10. La veía por la calle, pero nunca le dijo nada. A esa edad, cuatro años de diferencia eran muchos.

Pasaron los años y Vidal Ferrando se fue a hacer de maestro en Menorca, aunque nunca dejó de pensar en ella. Cuando regresó a Mallorca se unió a un club deportivo y cultural y descubrió con el corazón lleno de alegría que Rosa era uno de sus miembros. "Yo siempre había estado enamorado, ella seguramente ni se había fijado en mí", señala el poeta, que desde entonces empezó a compartir con ella buena parte de su tiempo libre. "Una de las cosas que hacíamos era teatro, yo ayudaba al director y hacía de contador, y ella hacía de actriz". Así, poco a poco, en los ensayos y bailes que hacían el domingo, empezó su historia de amor. "Ha sido el amor de mi vida siempre, nunca he pensado en nadie más", asegura Vidal Ferrando.

De Rosa, dice, le gusta todo. “Es buena persona y es inteligente, son dos cosas que son difíciles de congeniar”, reflexiona, aunque añade que no es por sus cualidades, que le quiere. “El amor no se explica con la razón. Lo que sí puedo decir es que Rosa ha sido lo que me ha dado la fuerza para hacer todo en la vida. Estando con ella me he sentido tan bien, me ha dado tanta energía y tantas ganas de vivir que siento que he podido con todo. Rosa siempre me ha aconsejado, ha sido mi referente en la vida”. Por eso, dice el poeta, que tiene tanta presencia en todos sus libros: "El silenci que hi ha després dels idiomes. L'oasi, Rosa, dels teus ulls color d'herba”, escribe el poeta en Cap de cantó (2004). “Diré el teu nom fins que el sol sigui pols”, deja escrito en Aigües desprotegides (2018). Vidal Ferrando dice que habla "del amor y del paso del tiempo: las cosas van cambiando, pero en esencia el amor es el mismo".

Un día perfecto para la pareja es, por ejemplo, un día tranquilo con la familia . “Tenemos una relación extraordinaria con los hijos y las nietas, nos dan mucha felicidad. Hoy vendrán a comer y creo que ya somos casi más de los hijos y de las nietas que de nosotros mismos”, reflexiona Vidal Ferrando.

Con Rosa, dice, están acostumbrados a hacerlo todo juntos: si, por ejemplo, él se va a comer con sus amigos, aunque sea un rato, le falta “que ella esté”. “Si alguna vez hemos tenido problemas han sido pequeños. Al fin y al cabo, el amor es estar más contento cuando el otro está bien”, concluye el de Santanyí.

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