El análisis de Antoni Bassas: "Rufián, de 'enfant terrible' a conciencia crítica de la izquierda española"
Para Esquerra no es coherente, para Rufián sí lo es. Rufián lleva ya tiempo hablando en el Congreso como si fuera la conciencia moral de la izquierda española. Empezó haciendo el papel del 'enfant terrible' independentista y ahora es el diputado que advierte al PSOE, partido de estado, que el estado profundo va por él y le empuja hacia políticas para la gente y no para el Ibex
Hoy hace dos años que Pedro Sánchez perdió las elecciones pero terminó gobernando gracias a la carambola de los siete diputados de Junts. Perder pero acabar ganando es algo que el PP no ha perdonado a Sánchez, que ya había llegado a la Moncloa ganando una moción de censura a Mariano Rajoy en el 2018. Son dos cosas, perder y gobernar, ganar una moción de censura, que nunca habían pasado.
Dos años después, el de Sánchez es un gobierno débil que se sostiene, fundamentalmente, porque con el PP nadie quiere ir, a causa de Vox. Ayer, el gobierno español perdió la votación del decreto energético con los votos en contra del PP y Podemos, de Junts y de Vox, de UPN y del BNG… Ya se ve, por tanto, que mucha gente diferente tenía una factura por cobrarse. Cuando esto ocurre es que el gobierno todavía cree que puede ir a la suya y los partidos que lo mantienen vivo le castigan racionándole la confianza. Sánchez no ha logrado aprobar presupuestos ni para el 2024 ni para este año 2025, y los del 2026 pintan mal, porque para cumplir las promesas diversas en los diversos grupos que le invirtieron presidente necesita los votos de todos, Ábalos incluido, y el sudoku no sale. Sánchez ha llegado a la mitad de la legislatura arrastrando su debilidad parlamentaria, aún más perjudicada porque tiene el número 3 del partido, Santos Cerdán, en prisión preventiva por presunta corrupción. Dos años más con esa parálisis pueden ser insufribles para todos. Claro que la alternativa es aún peor.
Precisamente, el caso Cerdán provocó un pleno del Parlamento en el que el presidente Illa se desmarcó de cualquier vínculo con la corrupción destapada en el PSOE. Fue un lleno tranquilo para el presidente, en el que solo recibió una tarjeta amarilla de manual: si el caso Cerdán lo acaba salpicando, Esquerra y los Comuns podrían retirarle los apoyos.
Sin embargo, la nota política del día la puso Gabriel Rufián. El diputado de Izquierda en el Congreso lanzó un globo sonda: en las elecciones españolas del 2027 (o antes), hacer un frente común plurinacional de izquierdas. Capella, fijó la posición oficial del partido: el frente de periféricos "no está sobre la mesa" La propuesta de Rufián querría decir que un partido independentista se presentaría en la misma papeleta que otros partidos del resto del Estado. Rufián sí lo es. Con independencia de que su tono guste más o menos, Rufián ya hace tiempo que habla en el Congreso como si fuera la conciencia moral de la izquierda española. diputado que advierte al PSOE, partido de estado, que el estado profundo va por él y que le empuja hacia políticas para la gente y no para el Ibex. Ha habido días que su discurso parecía el de Sumar o el de Podemos. su desmarque no ha gustado.