Cartas a la Directora
04/05/2025
El apagón
Sorprende oír hablar a nuestros políticos de normalidad o anormalidad. ¿Normal o anormal respecto a qué? ¿En medio de un lunes de apagón eléctrico general en todo el Estado se puede decir que "se está recuperando la normalidad" cuando la mayoría no teníamos luz? A casa nos vino la luz pasadas las 12 de la noche. Y de internet, cinco días después todavía no teníamos, ni tendremos hasta que un técnico no venga a cambiar el router que se ha fundido.
Conducir ese lunes sin semáforos fue temerario, pero un montón de gente no tuvimos más remedio, si queríamos llegar a casa. Y menos mal que poder dormir. Muchos no pudieron hacerlo porque quedaron atrapados en todo tipo de situaciones, desde estaciones de tren que dejaron de funcionar o, aún más terrible, dentro de ascensores.
Es necesaria más sensibilidad a la hora de tratar a los ciudadanos y más competencia para que no se repita un hecho como el del apagón general del lunes. Mientras, la normalidad que tantos políticos de cualquier color predican la seguiremos esperando, eso sí, cada vez más precavidos y desconfiados.
Eulalia Rodríguez Pitarque
Torroella de Montgrí
Decrecer
Debatemos sobre las causas del apagón, sobre si volverá a ocurrir, sobre si lo merecemos, con debates políticos y técnicos espurios. Y obviamos lo más importante: nuestro sistema de vida nos lleva a esto y, si además electrificamos el parque móvil y las calderas, la próxima será peor. No se puede seguir creciendo, debe decrecerse, pero no como hacen las élites izquierdistas de los últimos tiempos con Barcelona como ejemplo, con unos resultados nefastos –capitalismo verde elitista–, sino de una forma real. No cabe preguntarse si el aeropuerto debe ampliarse, el aeropuerto debe disminuir. El turismo debe decrecer, no un poco, sino mucho. Las ferias deben reducirse o eliminarse, no ampliarse. Los turistas y expatos no pueden vivir a nuestra costa. Esto sólo ha sido un aviso.
Polo Amat
Barcelona
Las Iglesias no católicas en el funeral del papa Francisco
En la retransmisión del funeral del papa Francisco, TV3 destacó la presencia de personalidades y autoridades de diversos gobiernos y estados. No dijo ni una palabra de los representantes eclesiásticos de diversas Iglesias y confesiones. Allí estaba el máximo representante de la Iglesia Ortodoxa, el patriarca ecuménico Bartomeu; por otra parte, muy amigo del papa Francisco.
Pero también todos los patriarcados ortodoxos estaban representados: Serbia, Rumanía, Bulgaria, Georgia... y también el patriarca de Moscú, en la persona del responsable de las relaciones exteriores. También otras Iglesias no patriarcales: Chipre, Albania, Grecia. También jerarcas de la Iglesia armenia, la Iglesia siríaca, la Iglesia asiria de Oriente, la Iglesia copta, la etiópica, la malankar, de la India... Pero también había representantes del mundo de la Reforma: la Comunión Anglicana, metodistas, luteranos, valdeses, Alianza Bautista Mundial, el Consejo Mundial estos representantes de las diversas Iglesias se encontraban agrupados justo después de los cardenales y cabe decir que se distinguían bastante, la mayoría llevando hábitos negros, junto al enrojecimiento de los cardenales. Pero TV3 no los debió de ver o quizás ni sabía de qué iba la cosa. Un acto plenamente ecuménico, por el encuentro de tantos representantes cristianos de diversas Iglesias, que no mereció la atención de TV3. Olvido? ¿O ignorancia?
Puede ocurrir lo mismo con la entronización del nuevo Papa, aunque los representantes de las Iglesias seguramente serán menos numerosos; pero estarán ahí. ¿Habrá enmienda?
Sebastián Janeras
Vicepresidente del Centro Ecuménico de Cataluña