Castelldefels abre un laboratorio de chips fotónicos de última generación
El Instituto de Ciencias Fotónicas impulsa el nuevo centro y busca situar a Cataluña como referente mundial en la investigación
BarcelonaEl Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) ha abierto un nuevo edificio en Castelldefels que se dedicará a la fabricación de prototipos de chips fotónicos de última generación. En el acto de inauguración, el director del centro, Lluís Torner, ha subrayado que la tecnología que utiliza la luz es más rápida que los chips electrónicos. Se trata de los elementos que atan los ordenadores y teléfonos con internet, aparte de las aplicaciones potenciales en el ámbito de la medicina, la automoción y la ciberseguridad, entre otros.
De hecho, se trata de una tecnología que está casi en pañales, con mucho campo por correr y, según ha indicado este experto, uno de los retos más importantes que tiene sobre la mesa la Comisión Europea es que los países apuesten por fábricas de este tipo de chips para que no tengan que comprarse fuera del espacio comunitario.
Las nuevas instalaciones del ICFO han sido financiadas por la Fundació Mir-Puig, y ocupan una superficie de 4.400 metros cuadrados, que incluye una sala blanca de 600 metros cuadrados (financiada por la Generalitat) y un gran laboratorio donde se fabrican los prototipos de microchips sin interferencias. En este espacio se comprueban si podrán llegar a comercializarse. En el interior se desarrollarán "proyectos estratégicos en tecnologías cuánticas", como el ordenador cuántico Quione II o distintos programas de investigación en ciberseguridad.
Torner ha detallado que la institución coordina la Línea Piloto Europea de Chips Fotónicos, llamada PIXEurope, que se desarrollará a lo largo de una década y que cuenta con inversiones de unos 400 millones de euros. Para el responsable del ICFO, el proyecto aspira a situar a "Europa como líder mundial en chips fotónicos". Al acto oficial asistió el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, quien aseguró que proyectos como este de Castelldefels son un buen ejemplo de cómo la tecnología debe estar al servicio "del bien común", al tiempo que subrayó que el nuevo centro sea "una pata esencial para que Catalunya y España estén en la vanguardia de la investigación".
En esta iniciativa europea participan también la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), el Instituto de Microelectrónica de Barcelona, el Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC (IMB-CNM-CSIC), la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y la Universidad de Vigo.