Fotograma de la película Starship Troopers
1 min

GinebraHay películas que llegan demasiado temprano y no es hasta pasados treinta años de su estreno que el público llega a entenderlas como fueron concebidas. Éste es el caso de Starship Troopers, del director neerlandés Paul Verhoeven, conocido por otros filmes de ciencia ficción como Robocop y Total Recall.

El largometraje, basado en el libro homónimo del escritor Robert Heinlein, uno de los máximos exponentes de la edad de oro de la ciencia ficción, nos presenta las crónicas de un grupo de soldados espaciales en su misión de poner fin a la vida de unos gigantes seres en forma de insecto de un planeta extra. Aunque parezca una película clásica de marcianos, no lo es. Personajes extremadamente sexys luciendo dentaduras perfectas, y una trama absurda y unos diálogos inverosímiles hicieron que el filme inicialmente se considerase bastante pobre y recibiera críticas injustificadas.

El problema fue que, en el momento de su estreno en 1993, le faltó el contexto social apropiado. La actual, por el contrario, parece ser muy distinta. Es ahora que nos damos cuenta de que el largometraje es una sátira y una crítica desgarradora contra el fascismo, el progreso tecnológico acelerado y la sociedad del consumo, tan inmaculada ya la vez tan superficial, y donde la ignorancia supone una ventaja.

Si se rió y vio reflejada nuestra sociedad en No mires arriba, en este filme identificará también la tendencia belicista y ultranacionalista del mundo actual. La encontrará en Filmin hasta finales de julio. Si no, probablemente la encontrará en la biblioteca de su barrio.

stats